Transcripción: El director de la Oficina de ACNUR para Asia informa a la prensa sobre el proceso de tramitación que Australia lleva a cabo fuera de sus fronteras, en Nauru, y sobre las conversaciones de ACNUR con Bangladesh y Myanmar
Transcripción: El director de la Oficina de ACNUR para Asia informa a la prensa sobre el proceso de tramitación que Australia lleva a cabo fuera de sus fronteras, en Nauru, y sobre las conversaciones de ACNUR con Bangladesh y Myanmar
Indrika Ratwatte: Gracias y buenos días. He desempeñado una misión en Nauru y ACNUR, por supuesto, lleva a cabo visitas regulares a Nauru y a PNG [Papúa Nueva Guinea] en el contexto de la política del proceso de tramitación que Australia leva a cabo fuera de sus fronteras. Esta política mantiene, ahora mismo, mientras nosotros hablamos, a unos 1.100 individuos solicitantes de asilo y refugiados en Nauru y alrededor de otros 800 en PNG. El propósito de mi misión era también observar la situación sobre el terreno y también coordinar con las autoridades australianas y las autoridades de Nauru las condiciones de los solicitantes de asilo y los refugiados y lo que nosotros consideramos los esfuerzos mínimos que deben emprenderse para hacer que [las condiciones de] vida de estas personas sean más favorables.
Llevo 25 años trabajando en la ONU y con refugiados y debo decir que cuando estuve en Nauru, recibí un shock por la situación de, sobre todo, los niños en Nauru.
El largo periodo de detención – más de cinco años – en Nauru se cobra un alto precio en las personas y creo que hay tres cosas que me impactaron como muestras reveladoras de la situación.
Una fue la situación en relación a la salud mental. Más del 80% de estas personas han sido diagnosticadas por psiquiatras clínicos y otros [profesionales] como pacientes que sufren de trastorno de estrés postraumático (TEPT) y trauma y depresión, tanto en PNG como en Nauru. Creo que la falta de unos cuidados sanitarios y psiquiátricos tienen un impacto en las personas. El sentimiento de desesperanza y desánimo era muy obvio entre el grupo de personas que se encuentran allí.
El segundo punto que también era bastante revelador era la separación de las familias. Como quizás ustedes sepan, dado el punto de corte de cuando algunas personas fueron enviadas a Nauru y a otras se les permitió ir a Australia para ser instaladas, algunas familias resultaron separadas. En segundo lugar, también hubo casos médicos, por ejemplo, en los que una madre y su hijo han ido a Australia a seguir un tratamiento médico y el padre y la hija están en Nauru, y no pueden volver a reunirse, están separados. Esto también ha causado muchos traumas en los niños. Recuerdo el caso de una niña de 12 años, con la que intenté hablar. Estaba en la cama, catatónica, llevaba una semana sin salir de la cama, y un mes sin salir de la habitación, su padre estaba desesperado sobre qué hacer con su hija y esto es sintomático de algunos de los problemas de salud mental que se dan allí.
El tema siguiente que yo creo que también debe ser abordado inmediatamente es la retirada o el cambio o la transferencia o el traspaso de servicios desde Manus y en Nauru, donde se están facilitando algunos servicios, particularmente de cuidados médicos y psiquiátricos, y ahora se van a ceder a las autoridades de Nauru. Hemos expresado nuestra profunda preocupación sobre el hecho de que debería haber una capacitación, formación y competencia para que el gobierno de Nauru asuma esos servicios si le son traspasados y sobre el hecho de que Australia debería comprometerse a seguir apoyando estos esfuerzos. Si no es así, el impacto sobre los solicitantes de asilo y los refugiados será bastante grave.
Por último, pienso en todo el tema de las soluciones para estas personas. Estamos muy animados porque el acuerdo bilateral entre el gobierno de EEUU y Australia ha hecho posible, o hará posible que unos 1.200 de estos solicitantes de asilo y refugiados encuentren una solución en EEUU. Pero aún hay aproximadamente 1.000 individuos que necesitan una solución. Aquí hemos urgido al gobierno australiano a considerar aceptar la oferta del gobierno de . . . Nueva Zelanda de potenciales plazas de reasentamiento y realmente urgimos a Australia a considerar esa opción y buscar otras opciones para que los individuos no estén en estas condiciones, que son similares a las de una detención, por más tiempo, porque las repercusiones de ese periodo de tiempo en Nauru y Manus sobre las personas sobre su bienestar psiquiátrico, físico y mental son evidentes y bastante impresionantes.
La cuestión aquí es también que Australia tiene una larga tradición de apoyo a programas de refugiados y humanitarios en general, pero en este caso, la política del proceso de tramitación que Australia lleva a cabo fuera de sus fronteras tiene un impacto extremadamente nocivo sobre los refugiados y los solicitantes de asilo, y para aquellos que dicen que quizás estas personas no necesitan protección internacional, las estadísticas indican que más del 80% de ellos han sido reconocidos como refugiados. Esta cifra muestra que se trata de personas que, realmente, necesitan protección. Este ha sido también el punto que hemos defendido ante el gobierno australiano: que estas son personas que necesitan protección, que deberían poder gozar de protección y soluciones, y que el proceso de tramitación fuera de sus fronteras no es el camino para avanzar en el tratamiento del tema de facilitar protección y soluciones para las personas que las necesitan.
Estas son algunas de mis sensaciones después de mi visita y debo decir que ver a los niños y a sus padres y a su desánimo y desesperanza era impresionante en estas condiciones. Ahora responderé gustoso a algunas preguntas.
Se abre el turno de preguntas.
Pregunta: Usted ha mencionado el traspaso de servicios, pero yo estoy interesado en otro elemento del traspaso que es que, aparentemente, Nauru ha roto sus relaciones con la corte de apelaciones de Australia de tal manera que los migrantes – solicitantes de asilo – ya no tienen derecho a apelar al sistema judicial australiano para que se revise su caso y, obviamente, hay algunos activistas que dicen que esto va a dejar a estas personas aun más en un limbo legal. Nauru ha dicho algo así como que establecerá una especie de tribunal local provisional de apelaciones para considerar los casos de asilo, pero no hay ninguna estructura en marcha y no está claro cómo se va a materializar. ¿Tiene usted algún comentario sobre este tema?
Indrika Ratwatte: Correcto. El gobierno de Nauru ha decidido establecer sus propios procedimientos de apelación, rompiendo sus vínculos con Australia. Si bien está claro que es una decisión soberana de Nauru, desearíamos que no hubiera un vacío, una discontinuidad en la posibilidad de que los solicitantes de asilo busquen una apelación, que se debe mantener esta posibilidad y que hasta el momento en que Nauru haya establecido un proceso en el que sea posible la apelación, yo creo que Australia debería continuar manteniendo ese servicio operativo y que la transición debería ser fluida. La conclusión es que los individuos, como usted ha apuntado acertadamente, tengan acceso a procedimientos de apelación.
Pregunta: ¿Nos podría hacer un breve resumen sobre qué está pasando, en referencia a quien tiene la responsabilidad sobre estas personas? Australia se ha ido pero lo que pusieron en marcha fue un centro de proceso de tramitación. ¿Tiene ese país alguna responsabilidad o no? También . . . ¿podría hacer un desglose de las cifras? Usted ha hablado de 1.100 personas, pero ¿cuántas de ellas son niños, mujeres y cuáles son sus nacionalidades?
Indrika Ratwatte: Gracias. El desglose: inicialmente, eran unos 3.172 individuos que fueron transferidos desde a Australia a PNG y Nauru y actualmente tenemos unos 1.100 en Nauru y 800 en PNG. Por ejemplo, en Nauru, 40 niños han nacido en Nauru. Lo único que conocen son condiciones similares a una detención y otros cincuenta llevan media vida en Nauru. En esa media vida solo conocen Nauru y la detención. Otros 400 casos también han sido transferidos a Australia por razones médicas y de otra índole, y hasta ahora unos 169, casi 170 individuos han partido hacia EE. UU. bajo el acuerdo bilateral entre Australia y EE. UU. En Manus, la mayoría de los casos son de hombres solos, unos 800, mientras que las 1.100 personas de Nauru son familias y niños. Así es que las familias están en Nauru y los hombres solos en Papúa-Nueva Guinea. En el traspaso de servicios, la preocupación real es que se faciliten los servicios adecuados, juntamente con individuos formados y cualificados, sobre todo en el terreno de la salud mental y, tal como indican las estadísticas, este es un problema grave y se debería ofrecer apoyo a Nauru, y Australia debería estar a la altura de sus responsabilidades ante estos refugiados y solicitantes de asilo.
Pregunta: Querría entender el aspecto legal. ¿A qué está Australia obligada – bajo la legislación internacional? ¿Está obligada a cuidar de ellos – lo que hacen es otra historia – pero deberían ocuparse de estas personas?
Indrika Ratwatte: Bajo la legislación internacional y como país firmante de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951, Australia está obligada a garantizar a los solicitantes de asilo acceso a su territorio y a los procedimientos de determinación de su estatus. Así es que la política de proceso de tramitación que Australia lleva a cabo fuera de sus fronteras es, de hecho, una abrogación de sus responsabilidades ante la legislación internacional.
Pregunta: ¿Tiene alguna idea de cuáles son los motivos de Australia para dar este paso? ¿Se trata de recortes presupuestarios? No quieren seguir financiando los servicios en Nauru. Según su opinión, ¿qué está pasando, realmente? Y otra cuestión: No entiendo por qué Australia se mostraría reticente a la oferta de Nueva Zelanda. Nueva Zelanda está ofreciendo algunas plazas de reasentamiento, ¿por qué no decir "hagámoslo"?
Indrika Ratwatte: Hay dos elementos. Yo creo que, inicialmente, cuando llegaban los barcos, con muchas personas, querían considerar cómo gestionar el tema. Existía la percepción de que podría tratarse de personas que abusaban de los sistemas de asilo y, en segundo lugar, está la delincuencia internacional, transnacional, y la trata y tráfico [de personas]. La cuestión es que la gente se traslada de un sitio a otro de manera global, y sí, es un reto, para los Estados Miembros considerar cómo gestionan este proceso, pero esta no es la manera de hacerlo. Tenemos un procedimiento donde hay un debido proceso para los individuos que buscan protección, que pasan por el sistema de determinación de su estatus y luego son reconocidos como refugiados o no, en virtud de este debido proceso, y ese ha sido nuestro argumento con Australia. ¿Es un reto? Sí. ¿Se debe gestionar? Sí, pero no de esta manera. Se puede gestionar de otra manera. Y Australia cuenta con una larga tradición de programas para refugiados y programas humanitarios – un país de migrantes y refugiados, muy hospitalario. Muchísimos refugiados han sido reasentados en Australia. Y Australia continúa siendo un generoso promotor de los programas humanitarios y para los refugiados y, en este caso, el precedente que está sentando no es el que debería sentar un país firmante de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados.
Pregunta: Si he entendido bien lo que está explicando, ¿Australia ha decidido dejar de facilitar estos servicios esenciales en Nauru porque cree que las personas que se encuentran allí no son solicitantes legítimos de asilo, que son personas – que son delincuentes o personas que se aprovechan del proceso de asilo?
Indrika Ratwatte: No, Australia ha elaborado una política con la que apoya financieramente a Nauru para facilitar esos servicios y nuestro argumento es que debería ser adecuado, debería contar las herramientas apropiadas y debería ofrecer el nivel de servicios que estas personas necesitan.
Pregunta: Respecto a la cuestión de Nueva Zelanda, ¿por qué Australia no dice simplemente: "sí, esta es una buena solución"?
Indrika Ratwatte: Esta es una pregunta que quedó sin respuesta y seguimos preguntándole a Australia "¿Por qué no?, ¿por qué no?" Porque es una oferta muy sincera y Nueva Zelanda también cuenta con un excelente programa de reasentamiento de refugiados, globalmente.
Pregunta: ¿Puede ofrecernos un desglose de las nacionalidades de las personas que se encuentran ahora mismo en Nauru?
Indrika Ratwatte: No tengo las cifras exactas, pero tenemos constancia de personas de Afganistán, Irán, algunos refugiados rohinyás, de Siria y también creo que algunas personas de Sri Lanka y . . . Myanmar, algunas otras nacionalidades, algunos otros grupos étnicos de Myanmar, también.
Pregunta: Cuando usted ha dicho que el 80% son, en efecto, refugiados, ¿este hecho ha sido verificado por ACNUR?
Indrika Ratwatte: No, la determinación del estatus la hacen las autoridades de Nauru y Australia mediante los procedimientos que tienen para estos fines. Este es también el argumento que hemos defendido ante aquellos que dicen que no son individuos que necesiten protección: el 80% han sido reconocidos en virtud de un debido proceso como personas que necesitan protección internacional, que son refugiados.
Pregunta: Si hay personas en esa isla que tienen el estatus de refugiado; hay un país, Nueva Zelanda, que se ha ofrecido a reasentarlos según todos los procedimientos de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados y Australia está diciendo: "No estoy segura de que queramos permitir eso", creo que me estoy perdiendo algo.
Indrika Ratwatte: Yo estoy tan sorprendido como usted y si tuviera que aventurar una especulación, diría que hay algunas personas que creen que, si van a Nueva Zelanda, volverán a Australia. Debido a lazos familiares, o por otras razones, creo que es una percepción que asumo, pero, en realidad, no es el caso, porque hay miles de refugiados reasentados en Nueva Zelanda [gracias a] su excelente programa de reasentamiento.
Llegados a este punto, no hubo más preguntas sobre Nauru y Australia.
Indrika Ratwatte: Si me permiten, para mantenerles al día sobre otro punto que les puede interesar, sobre Myanmar y Bangladesh, les ofrezco ahora los últimos acontecimientos.
Como ustedes saben, ACNUR estaba en conversaciones con el gobierno de Bangladesh sobre un memorando de acuerdo que trate de la repatriación voluntaria, porque ACNUR estaba muy interesado en que los principios internacionales se reflejaran y afirmaran en cualquier potencial retorno en el futuro – si y cuando se den. Estas negociaciones [con Bangladesh] casi han finalizado ya y tenemos la esperanza de que, en un futuro próximo, firmaremos este acuerdo con Bangladesh que estipula las condiciones, los estándares y las normas internacionales que se deben seguir en caso de que se dé alguna repatriación voluntaria.
En segundo lugar, por parte de Myanmar, el gobierno de Myanmar, el PNUD y ACNUR están en conversaciones para llegar a un acuerdo tripartito para tener acceso al estado de Rakhine y comprobar las condiciones sobre el terreno y considerar las posibilidades de tener programas para crear condiciones en esas zonas para posibles retornos y repatriaciones en el futuro.
Así es que hay dos procesos diferentes en marcha. Pero en Myanmar, es entre PNUD, ACNUR y el gobierno de Myanmar. Como ustedes saben, hemos dicho claramente que el acceso es imprescindible para la ONU y para nosotros, como parte de la familia de la ONU, tener acceso al estado norteño de Rakhine para comprobar la situación sobre el terreno.
Pregunta: ¿Sería acertado decir que ACNUR no podría abogar por el retorno de estos rohinyás si algún tipo de mecanismo de supervisión sobre el terreno en el estado de Rakhine? Si cientos de miles de personas empiezan a volver y los militares también vuelven, no será solo una tragedia humana, será un desastre para la comunidad internacional, porque este ciclo se está repitiendo ahora. ¿No le gustaría ver algún tipo de presencia sobre el terreno para ver cómo la gente vuelve a sus hogares, para observar y supervisar durante un tiempo?
Indrika Ratwatte: Desde luego que sí. Como dijo el Alto Comisionado en su informe ante el Consejo de Seguridad, las condiciones para una repatriación voluntaria a Myanmar no existen ahora mismo. Cualquier repatriación debe ser voluntaria, los refugiados deben estar bien informados y se debe llevar a cabo con seguridad y dignidad. Y como usted acertadamente ha dicho, para que eso pase es imprescindible que tengamos presencia y un acceso significativo al estado norteño de Rakhine.
Pregunta: Hace tres meses, cuando se anunció el acuerdo entre Bangladesh y el gobierno de Myanmar, se mencionó a ACNUR, pero ACNUR dijo que no había participado en este proceso. Ahora ustedes tienen un acuerdo solo con Bangladesh. ¿Cuál es la relación entre el marco sobre el que los dos países se pusieron de acuerdo y el otro acuerdo al que ustedes han llegado solo con Bangladesh?
Indrika Ratwatte: Los dos gobiernos llegaron a un acuerdo bilateral en el que ACNUR no participó. No se nos invitó a tomar parte. Tradicionalmente, siempre se llega a un [acuerdo] tripartito: el país de acogida, el país de origen y ACNUR. Les explicamos a ambos gobiernos que incluso en su [acuerdo] bilateral se deben articular ciertos principios claros sobre la naturaleza voluntaria [de los retornos], etc. Esto ya está incluido en el acuerdo bilateral, lo cual es bueno. Nosotros no tomamos parte en ese acuerdo y por eso particularmente queremos consagrar los principios de los retornos voluntarios y, ya que el país de acogida está albergando a los refugiados, pensamos que es importante reiterar que con Bangladesh tenemos ese acuerdo. Lo ideal hubiera sido un [acuerdo] tripartito, que tiene las mismas condiciones.
Pregunta: ¿Por qué no intentan llegar a un acuerdo separado con Myanmar?
Indrika Ratwatte: Bien, en Myanmar hay un gobierno que ha comparecido porque hemos estado insistiendo, como ACNUR, como parte de la familia de la ONU, en tener acceso al estado norteño de Rakhine y ellos han dado su visto bueno y [han dicho que] considerarán un acuerdo tripartito con el PNUD y ACNUR y por eso estamos ahora en negociaciones. Para establecer las condiciones, de nuevo, vinculados a un acceso significativo y sin restricciones al estado norteño de Rakhine.
Pregunta: ¿El objetivo de esto es verificar lo que está pasando en el estado norteño de Rakhine y, además, establecer las condiciones para, a la larga, aceptar a algunos retornados?
Indrika Ratwatte: Ante todo, esto es para tener un acceso sin restricciones, exactamente y, en segundo lugar, para poder tener programas que impacten en las comunidades y crear las condiciones para los retornos, para unos retornos sostenibles y para la reintegración. Todo esto es, reitero, si las personas finalmente deciden volver, Pero el acceso es el punto principal y fundamental aquí, el acceso significativo y sin restricciones al estado de Rakhine que, como usted ha observado correctamente, en la actualidad no existe.
Pregunta: Cuando ustedes están negociando, ¿las fuerzas de seguridad de Myanmar están presentes en la sala? ¿O negocian estrictamente con el gobierno civil?
Indrika Ratwatte: No. [Negociamos con] el gobierno civil.
Gracias a la Voluntaria en Línea Esperanza Escalona Reyes por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.