Con la llegada de un gran número de sudaneses a la frontera con Sudán del Sur, ACNUR y sus socios se apresuran para brindar asistencia
Con la llegada de un gran número de sudaneses a la frontera con Sudán del Sur, ACNUR y sus socios se apresuran para brindar asistencia
GINEBRA – Han pasado más de veinte meses desde que estalló la guerra en Sudán, que continúa recrudeciéndose. ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, advierte que los servicios en las zonas fronterizas en Sudán del Sur están sobrepasados con el aumento del número de personas recién llegadas. Asimismo, recalca que no son suficientes los fondos para la respuesta humanitaria.
Con la intensificación de los enfrentamientos en los estados de Nilo Blanco, Sennar y Nilo Azul, en Sudán, más de 80.000 personas han llegado a Sudán del Sur en busca de protección en menos de tres semanas. Esta cifra implica que, en comparación con semanas anteriores, más del triple de personas ha llegado a Sudán del Sur diariamente.
Mujeres, niñas y niños componen la mayoría. Han llegado, sobre todo, por cruces fronterizos de difícil acceso y se han asentado en pequeños pueblos fronterizos. Tienen fuertes necesidades humanitarias. Las personas que huyeron de la última ola de violencia en Sudán no solo provienen de ese país, sino que entre ellos también hay refugiados sursudaneses que solían vivir en el estado de Nilo Blanco, que se había mantenido en relativa calma desde que iniciaron los enfrentamientos.
Las personas sursudanesas refugiadas y retornadas se han estado guareciendo en albergues improvisados, incluso debajo de los árboles. Aunque los servicios y los recursos son escasos en las zonas fronterizas, muchas personas se rehúsan a seguir avanzando, pues esperan que, de mejorar la situación de seguridad en Sudán, podrán volver rápidamente a sus lugares de origen.
En las evaluaciones preliminares que se llevaron a cabo en Joda – el principal cruce fronterizo entre Sudán y Sudán del Sur – se detectó que los índices de desnutrición superan el umbral en situaciones de emergencia. No hay tratamientos, y los alimentos han llegado a niveles preocupantemente bajos; así, la alimentación de las personas ha empeorado, sobre todo en el caso de niñas y niños de menos de cinco años, y de mujeres embarazadas o lactantes.
Por otra parte, la falta de agua potable, letrinas suficientes e instalaciones para el saneamiento hace que la situación sea aún más complicada, lo cual supone un riesgo latente de propagación de la cólera y de otras enfermedades mortales. Aunado a ello, son pocas las instalaciones sanitarias, o bien no funcionan o están saturadas.
La necesidad de apoyo psicosocial es enorme, pues las personas que huyen del conflicto en Sudán han vivido experiencias traumáticas, como ataques aéreos y asesinatos en masa. Algunas de ellas, por ejemplo, mencionan que tuvieron que caminar durante dos semanas hasta llegar a un sitio seguro; reportan que muchos perecieron en el camino a causa del hambre, la deshidratación y el agotamiento.
La población de los pueblos de difícil acceso – a los que han llegado las personas desplazadas – se ha duplicado o triplicado. Ejemplo de ello son los pueblos de Gerbana y Dukuduku, que están dando acogida a personas refugiadas por primera vez desde que estalló el conflicto. En total, su población sumaba 6.000 personas hace un par de semanas; sin embargo, con la llegada de 15.000 personas, los recursos y la infraestructura de ambos pueblos están rebasados.
De igual manera, en los centros de tránsito en Renk hay cerca de 17.000 personas, lo cual triplica la capacidad prevista. Además, el hospital del condado de Renk ha estado sobrepasado desde hace un par de semanas con la llegada de cientos de personas heridas.
Para dar respuesta a esta repentina afluencia, ACNUR y sus socios están ampliando el alcance de la protección y la asistencia que brindan, sobre todo porque no hay presencia de socios humanitarios en algunos de los sitios a los que están llegando las personas. En este momento, ACNUR y sus socios se están enfocando en brindar asistencia vital, que incluye agua y atención médica. En el cruce fronterizo de Joda se ha ampliado la capacidad de monitoreo; además, los actores humanitarios han instalado sistemas de monitoreo fronterizo en los cinco cruces no oficiales.
Por otra parte, se han distribuido galletas de alto contenido energético, artículos menstruales y de higiene personal, y soluciones hidratantes para atender la deshidratación y la diarrea. Los socios del área del cuidado de la salud también han ampliado el alcance de sus acciones incorporando más camas y casas de campaña, resurtiendo suministros médicos y desplegando más personal para atender a pacientes en estado crítico en el hospital más importante.
Asimismo, se están buscando sitios para instalar un nuevo centro de recepción; también para ampliar los centros de tránsito existentes. Así se acelerarán el registro y la reubicación en distintas partes del país, incluidas las áreas de retorno. Las autoridades locales han estado asignando lotes a las personas recién llegadas, lo cual ha facilitado la construcción de alojamientos.
De cualquier manera, si bien se está haciendo lo posible por atender esta repentina afluencia, siguen siendo insuficientes los fondos para la respuesta humanitaria: los socios humanitarios en Sudán del Sur han recibido apenas un 24% de lo que se necesita para sufragar adecuadamente las necesidades este año. La falta de financiación es una amenaza para los esfuerzos por atender esta nueva situación de emergencia y por asistir a las personas recién llegadas y a las comunidades que les están dando acogida. Junto con 48 socios, ACNUR necesitará USD 468 millones en 2025 para brindar asistencia a las personas refugiadas y a las comunidades de acogida.
Desde que estalló el conflicto en Sudán, en abril de 2023, casi un millón de personas ha llegado a Sudán del Sur.
Para obtener más información, favor de contactar a:
- Con respecto a Sudán del Sur, Carla Calvo, [email protected]; +211 927 141 812
- En Nairobi (regional), Dana Hughes, [email protected], +254 717 540 160
- En Ginebra, Olga Sarrado, [email protected], +41 797 402 307