Los donantes se solidarizan con las personas refugiadas y apoyan firmemente los programas de ACNUR para 2021
Los donantes se solidarizan con las personas refugiadas y apoyan firmemente los programas de ACNUR para 2021
Los países donantes se comprometieron hoy a brindar financiamientos al ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, por una cifra récord de 932 millones de dólares para las actividades del próximo año en la conferencia anual de donantes en Ginebra. Estos generosos compromisos de contribución iniciales permitirán al ACNUR seguir prestando ayuda para salvar vidas y proteger los derechos de casi 80 millones de personas refugiadas, desplazadas y apátridas a partir de principios de 2021. En total, los donantes han comprometido más de 1.100 millones de dólares para los programas de ACNUR en 2021 y en adelante, mostrando una fuerte solidaridad con los refugiados y confianza en la labor de ACNUR.
Al dirigirse a la conferencia, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi, que acaba de regresar de Afganistán y Sudán, planteó: “Los refugiados que huyen de los conflictos, la persecución y las violaciones de los derechos humanos necesitan nuestro apoyo ahora más que nunca. Nos alientan los compromisos que nuestros donantes han asumido hoy y que son un salvavidas para millones de personas que necesitan ayuda, esperanza y un hogar”.
Para cumplir con las responsabilidades de su mandato y satisfacer las necesidades humanitarias críticas en 2021, ACNUR necesita 9.070 millones de dólares. Esto incluye 8.616 millones de dólares para su Llamamiento Mundial de 2021, y otros 455 millones de dólares en necesidades adicionales para sus actividades relacionadas con la COVID-19.
Las necesidades clave esbozadas en el Llamamiento Mundial 2021 del ACNUR abarcan operaciones en 135 países, muchos de los cuales con crisis y conflictos antiguos o nuevos, que obligan a las personas a huir. Entre los ejemplos recientes se incluye la respuesta de emergencia del ACNUR para los refugiados etíopes que huyen al este de Sudán. En el Sahel, millones de refugiados y desplazados internos viven en condiciones terribles en lo que constituye una de las crisis regionales más complejas del mundo. Cientos de miles huyen de la violencia brutal en el norte de Mozambique. La guerra que continúa en Yemen está infligiendo un costo catastrófico a los civiles, muchos de ellos desplazados. En Europa, el reavivamiento de un conflicto de decenios entre Armenia y Azerbaiyán ha provocado nuevos desplazamientos de civiles. En América Latina, decenas de miles de nicaragüenses han huido de una grave crisis que ha dado lugar a violencia y a abusos de los derechos humanos.
En respuesta a estas y otras crisis, las principales actividades de ACNUR en 2021 se centrarán en los refugiados y la protección de las niñas y niños, la preparación para emergencias y el envío urgente de ayuda de primera necesidad, asistencia en efectivo para los más vulnerables, seguridad alimentaria y asistencia sanitaria, agua y saneamiento, apoyo nutricional, albergue, educación, medios de vida, energía limpia y protección del medio ambiente, así como el apoyo a las personas apátridas.
La crisis mundial de refugiados y humanitaria se ha visto agravada dramáticamente en 2020 por la pandemia de la COVID-19. Hasta ahora, la inclusión de los refugiados en las respuestas nacionales de salud pública y la labor del ACNUR y otros organismos de ayuda ha ayudado a mantener las tasas de transmisión entre los refugiados más o menos al mismo nivel que las de las comunidades de acogida.
“Estos hombres, mujeres, niñas y niños no pueden ser dejados atrás y no podemos permitir que la pandemia nos distraiga de satisfacer sus crecientes necesidades mientras buscamos soluciones a su difícil situación”, explicó Filippo Grandi, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados. “ACNUR hace un llamamiento en los términos más urgentes para que aquellos que tienen los medios continúen apoyando la respuesta humanitaria en todo el mundo”.
El coronavirus está teniendo un impacto devastador en la vida de millones de refugiados, más del 85% de los cuales son acogidos por países en desarrollo que ahora están luchando con el grave impacto económico de la pandemia. Los refugiados se enfrentan a la pérdida de sus medios de vida, a una espiral de indigencia y a una ayuda insuficiente. No pueden alimentar a sus familias ni mantenerse abrigados durante el invierno. Algunos son desalojados de sus alojamientos. Otros se ven obligados a recurrir al sexo por supervivencia o matrimonio infantil, convirtiéndose en víctimas de abusos y explotación. Los más desesperados terminan autolesionándose o peor aún, en algunos casos, quitándose la vida. Incapaces de sobrevivir, algunos refugiados también regresan prematuramente a situaciones de conflicto y peligro.
Por lo tanto, ACNUR reitera sus llamamientos para que se incluyan plenamente a las personas desplazadas por la fuerza en todas las respuestas nacionales a la pandemia, desde las respuestas en materia de salud hasta el acceso a las vacunas y las redes de seguridad social.
Las contribuciones voluntarias constituyen casi la totalidad de la financiación de ACNUR. Además de los compromisos de contribuciones de hoy asumidos por los países donantes, y en señal de la creciente diversificación del apoyo a la causa de los refugiados, los representantes de los socios nacionales del sector privado de ACNUR anunciaron su compromiso inicial y sin precedentes de 275 millones de dólares para 2021.
ACNUR agradece todas las contribuciones recibidas, en particular las que proporcionan una financiación flexible y un apoyo plurianual, que son esenciales para la capacidad de la organización de responder rápidamente a nuevas crisis y atender las necesidades de las personas desplazadas y las poblaciones de acogida.
A finales de este mes, la Agencia de la ONU para los Refugiados cumplirá siete décadas de trabajo humanitario por las que ha sido galardonada dos veces con el Premio Nobel de la Paz, en 1954 y en 1981.