Panadero refugiado sirio asume un desafío en Alemania
Panadero refugiado sirio asume un desafío en Alemania
Mohamad Hamza Alemam no había probado un pan alemán hasta que puso un pie en la panadería de Björn Wiese. Desde ese momento, se sintió cautivado.
Ahora, el sirio de 23 años es un aprendiz de ventas, y espera aprender los secretos de la panadería alemana y llevarlos algún día de vuelta a su hogar.
“Me encanta que haya tantos tipos diferentes de pan aquí”, dijo Mohamad, durante un descanso en la panadería Privatbäckerei Wiese en Eberswalde, en el noreste de Alemania. “Cuando regrese a Siria un día, espero llevarme un poco de esta cultura alemana, de este pan alemán. Tal vez abriré una panadería alemana allí”.
Fue hace dos años que el maestro panadero Björn descubrió por primera vez la idea de capacitar y emplear a los recién llegados en su cadena de tres panaderías.
“Me encanta que haya tantos tipos diferentes de pan aquí”.
“Queríamos unir a las personas a través de la comida”, dijo Björn, de 46 años, que pertenece a la tercera generación de panaderos en su familia. “Por supuesto, emplear personas de una cultura diferente a la tuya puede ser un trabajo difícil a veces, pero es posible”.
Björn ahora emplea a diez personas refugiadas y solicitantes de asilo. Juntos, forman una sexta parte de su fuerza laboral y entre ellos hay varios aprendices como Mohamad, que comenzó como un empleado a tiempo parcial.
“No quería quedarme solo en casa y no hacer nada”, dice Mohamad, quien se había postulado sin éxito para muchos trabajos antes de unirse a la panadería de Björn a principios de este año. “Quería trabajar para poder mejorar mi alemán, para hacer algo con mi tiempo”.
Aunque ha estado aprendiendo alemán desde que llegó en 2015, la barrera del idioma fue el mayor desafío de Mohamad. Tenía miedo de cometer errores delante de los clientes. Sin embargo, los colegas le ayudaron y su confianza ha mejorado.
“Tener este trabajo ha cambiado completamente mi vida”, dijo Mohamad. “Con el tiempo todo ha mejorado, cada día me gusta más el trabajo. Mis colegas son buenos y el jefe es aún más amable. Siempre entienden lo que estoy tratando de decir y siempre están dispuestos a ayudarme con lo que necesito”.
Mohamad dice que la cálida bienvenida y la dedicación de Björn a su personal fueron lo que provocó que decidiera comprometerse más seriamente con el trabajo de panadería. Este verano, le preguntó a Björn si podía progresar capcitándose para convertirse en asistente de ventas. Björn estuvo de acuerdo, ayudando a Mohamad a trabajar para obtener una cualificación profesional.
“Tener este trabajo ha cambiado completamente mi vida”.
Ahora es miembro del equipo a tiempo completo, y está aprendiendo a manejar la tienda y la cafetería, así como los aspectos básicos de la panificación en la panadería de Björn.
“Este aprendizaje significa que puedo construir una vida aquí”, dice Mohamad. “Significa mucho para mí tener un futuro seguro”.
Para Björn, ver la diferencia que puede hacer en la vida de los empleados como Mohamad hace que todo el trabajo valga la pena. Es un mensaje que le gustaría transmitir a otros dueños de negocios.
- Ver también: La escuela alemana ayuda a las mujeres refugiadas a perfeccionar sus habilidades tecnológicas
“Cuando veo cuánto aprecian el trabajo, entonces estoy feliz de hacerlo”, dice Björn. “Especialmente con los refugiados, porque buscan construir una nueva vida. Cuando ofreces a las personas posibilidades, obtienes mucho compromiso y aprecio a cambio”.
Es el compromiso de los dueños de negocios como Björn Wiese, así como los alcaldes, voluntarios y otros líderes comunitarios, lo que ayuda a promover la integración en muchas partes de Alemania.
“Ellos son la fuerza motriz”, dice Dominik Bartsch, Representante de ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, en Alemania. “No se preocupan por la política de integración, se arremangan, hablan con los refugiados como iguales y ofrecen perspectivas tangibles”.
“Cada ciudad, cada municipio debe identificar a tales individuos y apoyarlos. Son la clave para empoderar a las personas refugiadas y permitirles prosperar y retribuir a la comunidad”.