ACNUR ayuda a desplazados iraquíes a adquirir documentación vital
ACNUR ayuda a desplazados iraquíes a adquirir documentación vital
CAMPAMENTO HASANSHAM U2, Irak, 19 de julio de 2017 (ACNUR) – Jassem, de 21 años, y Najlaa de 22, se sonríen tímidamente el uno al otro. La joven pareja se casó hace tres años, pero nunca tuvo un certificado legal porque vivían bajo el dominio de los extremistas en una ciudad cerca de Mosul.
Después de huir de los combates para retomar la ciudad, ahora están albergados en el campamento Hasansham U2, construido por ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados. Además de un certificado de matrimonio, necesitan certificados de nacimiento para sus dos hijos, Ibtihal, de 2 años y Abdulsalam, de un año de edad.
La falta de papeles ha significado que la joven pareja no haya podido viajar o acceder a servicios sociales vitales, y sus dos hijos pequeños corren el riesgo de convertirse en apátridas, aunque están recibiendo ayuda para solucionar esto.
"No podíamos conseguir un taxi dentro de Mosul porque no teníamos un certificado de matrimonio"
Cada semana, un tribunal móvil visita cinco de los principales campamentos para iraquíes desplazados en el este de Mosul. En una visita reciente, Jassem y Najlaa fueron al tribunal, presidido por un juez visitante y organizado por el socio de protección de ACNUR, Qandil, en una instalación en el campamento, y finalmente recibieron su certificado de matrimonio.
"Es como si me estuviera casando por primera vez hoy. No podíamos conseguir un taxi dentro de Mosul porque no teníamos un certificado de matrimonio", dijo Najlaa, refiriéndose a las estrictas reglas de moralidad impuestas por los grupos rebeldes que controlaban la ciudad, las cuales impedían que las parejas no casadas fueran vistas juntas en público.
El gobierno iraquí declaró la victoria en Mosul el 9 de julio. En los nueve meses desde que comenzó la operación para retomar la segunda ciudad más grande de Irak, más de 900.000 personas han huido de la ciudad, según cifras del gobierno iraquí.
Miles de personas siguen desplazadas y se albergan en campamentos alrededor de Mosul. Otros han regresado a la ciudad, alquilan, se quedan con amigos o familiares o viven en edificios dañados por la guerra.
El tribunal móvil se estableció en diciembre, y emite alrededor de 20 a 25 certificados de nacimiento y matrimonio cada semana. El tribunal también ayuda a las familias que necesitan certificados de nacimiento y defunción, así como documentos de identificación personal, y hasta la fecha ha emitido 2.500 documentos legales. Algunos de estos documentos fueron perdidos o robados durante la guerra, nunca existieron, o fueron emitidos por grupos armados por lo que ya no son válidos.
La restricción de movimiento de los desplazados iraquíes que viven en los campamentos significa que no pueden acceder a las oficinas de asuntos civiles o a los tribunales locales para reemplazar o solicitar nuevos documentos. El ACNUR también está trabajando con equipos legales de la ONG Harikar, CDO (Organización para el Desarrollo Civil) e INTERSOS para ayudar a aquellos que necesitan documentos.
"Las personas han estado en un limbo legal. Aunque todavía hay mucho trabajo por hacer, hemos logrado ayudar a miles de personas a obtener documentos legales, y las instalaciones de los tribunales móviles han sido una parte importante de este éxito", dijo Bruno Geddo, representante de ACNUR en Irak.
"Aunque todavía hay mucho trabajo por hacer, hemos logrado ayudar a miles de personas a obtener documentos legales"
"En los campamentos, las familias desplazadas reciben alimentos, pañales, leche y otras ayudas básicas para el uso diario. Pero si los padres no tienen un certificado de matrimonio, no pueden recibir ninguno de estos beneficios . . . sin documentos oficiales, la persona desplazada no tiene estatus legal", dijo el abogado Aram Mahmoud, que trabaja con Qandil, un socio del ACNUR. Todavía hay alrededor de 40.000 documentos faltantes que necesitan ser reemplazados, añadió.
Cuando llegó el momento, Najlaa y Jassem se pararon dentro de la pequeña instalación y facilitaron sus huellas dactilares y fechas de nacimiento al juez, que luego emitió su certificado de matrimonio.
Después, de regreso en su tienda de campaña con sus hijos, Jassem dijo: "Siento que he llegado a ser como cualquier otro ciudadano normal. Ahora ella es oficialmente mi esposa, y los niños están registrados bajo mi nombre. Es su derecho básico, y puedo usar estos documentos para inscribir a mis hijos en la escuela".
"Quiero que vayan a la escuela porque no quiero que terminen como yo. No tengo un certificado de educación así que lo único que puedo hacer es ser trabajador de construcción. Quiero que sean doctores y policías. Eso les garantizará un buen futuro", dijo.
Por Cathy Otten y Rima Cherri