ACNUR ayuda a refugiados de Kirguistán a pasar el invierno

BISKEK, Kirguistán, 22 de abril (ACNUR) – Centenares de refugiados y solicitantes de asilo en Kirguistán han dado las gracias al ACNUR por haberles proporcionado ayuda durante el invierno, gracias a la cual han podido sobrevivir a pesar de la crisis económica. Esta gratitud ha sido expresada después de que la Agencia para los Refugiados haya indicado que prolongará hasta finales del mes de mayo su programa especial de equipamiento contra el invierno.

Abdullah*, que vive con su familia en Biskek desde hace 10 años, ha explicado que la ayuda, que incluye mantas, les "ha salvado la vida y les ha dado esperanzas a los refugiados en estos tiempos tan difíciles". Este refugiado afgano ha añadido que la fuerte subida de los precios de los alimentos ha hecho más difícil su vida en Kirguistán" con la llegada del invierno. Sin embargo, la ayuda ofrecida por las Naciones Unidas ha hecho que tanto él como su mujer y sus siete hijos puedan sobrevivir a los meses de invierno.

Otra refugiada afgana, Salma*, ha indicado que hasta que ella y su familia recibieron la ayuda del ACNUR, "no teníamos electricidad en nuestro apartamento de Biskek y teníamos que comer fría la comida. Incluso algunas veces ni siquiera teníamos comida", contó.

El pasado verano, los trabajadores de las Naciones Unidas en Kirguistán empezaron a preparar un paquete de ayuda para las personas más vulnerables en este país de Asia central, que incluía a los 1.000 refugiados y demandantes de asilo que allí viven.

El ACNUR y sus agencias hermanas previeron la necesidad de intervenir para evitar una crisis humanitaria que se uniera al aumento de los precios del petróleo y los alimentos, así como al imprevisible suministro de electricidad. Naciones Unidas hizo llamamiento humanitario de emergencia para conseguir financiación, de la que una parte se entregó al ACNUR con el objetivo de financiar su operación de preparación para el invierno.

El proyecto de preparación para el invierno comenzó en octubre, cuando el ACNUR distribuyó esterillas y mantas. A mediados de marzo, más de 850 solicitantes de asilo y refugiados habían recibido por parte del ACNUR alimentos para tres meses, que incluían arroz, aceite y azúcar.

Se establecieron puntos de distribución en la capital, Biskek, así como en Osh, mientras que los socios implementadores del ACNUR ofrecieron ayuda a las personas que no podían acudir a estas ciudades. De manera paralela, el Programa Mundial de Alimentos distribuyó alimentos a decenas de miles ciudadanos kirguises y población no refugiada en necesidad.

Los refugiados y los solicitantes de asilo han acogido con agrado el anuncio hecho la semana pasada de que el ACNUR podría prolongar su programa de ayuda contra el invierno hasta finales del próximo mes, gracias a la financiación del Fondo central de Respuesta de Emergencia de la ONU (CERF, por su sigla en inglés), que fue creado en 2006 para asegurar que la financiación fuera disponible de manera inmediata en caso de desastres o situaciones de emergencia.

"Muchas gracias por esta oportuna ayuda. Antes de ayer, mi mujer y yo estábamos preocupados por la posible falta de aceite y harina. Sólo teníamos medio litro en casa y no teníamos dinero para comprar más", explicaba Yuldash*, un refugiado uzbeco. "Ahora podemos comer tres veces al día de manera regular".

Suna*, una mujer de 38 años que huyó de la persecución en Afganistán, indicó que esta ayuda suplementaria, que incluye más comida, no podía haber llegado en un momento mejor. "Durante los próximos meses, mi marido y yo no tendremos que preocuparnos por cómo alimentar a nuestros siete hijos". Tanto ella como su familia desean integrarse en Kirguistán.

Apreciamos enormemente este apoyo y agradecemos el hecho de que haya sido prolongado", ha explicado Hans Schodder, representante del ACNUR en Kirguistán, manifestó con respecto al Fondo central de Respuesta de Emergencia: "este fondo ha salvado vidas y ha ayudado a muchos refugiados y solicitantes de asilo a recuperar la dignidad".

*Nombres ficticios por razones de protección

Por Cholpon Sultanova, en Biskek, Kirguistán.