ACNUR retoma la distribución de ayuda a desplazados en la ciudad de Duékoué, en Costa de Marfil

DUEKOUE, Costa de Marfil, 7 de abril (ACNUR) -- Una relativa calma ha permitido que la Agencia de la ONU para los Refugiados retomara la distribución de ayuda humanitaria a decenas de miles de desplazados forzosos de Duékoué, en la región occidental de Costa de Marfil.

Esta mañana Cáritas, socio implementador de ACNUR, ha vuelto a repartir en la misión católica de la ciudad mantas, colchonetas, lonas de plástico, utensilios de cocina, bidones para agua, jabón y artículos de higiene, mientras el Programa Mundial de Alimentos distribuía comida.

Al comienzo de la semana el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) informó que el 29 de marzo, en esta localidad que ahora se encuentra bajo el control de las fuerzas leales al presidente electo Alassane Ouattara, hubo al menos 800 víctimas de la violencia intercomunal.

Ninguna de las partes se considera responsable de las masacres que comenzaron en diciembre. En el momento más complicado del conflicto, alrededor de 50.000 personas se refugiaron en la misión católica, que está bajo la protección de las fuerzas de la ONU para el mantenimiento de la paz.

Por motivos de seguridad ACNUR no había podido desplegar su actividad en el oeste desde mediados de marzo. La ayuda repartida hoy logró llegar en camiones a Duékoué desde Man, donde funcionan oficinas de la Agencia para los Refugiados y otras organizaciones de ayuda.

"En los ojos de los desplazados internos se leía que la comunidad humanitaria había vuelto", comenta Tane Bamba, que supervisiona las operaciones de ACNUR en esta parte del país. "Muchos de ellos todavía siguen asustados o traumatizados por las masacres y en las últimas semanas pensar que estaban prácticamente solos no les ayudaba".

Bamba y su equipo están colaborando con las autoridades locales en la búsqueda de edificios públicos vacíos para alojar a los desplazados internos. Entre el sábado y el martes ACNUR ha registrado la presencia de 27.000 personas en la misión católica.

Muchos de ellos han dicho al personal de ACNUR que esperaban que volviera la calma para regresar a sus hogares. Pero las tensiones siguen siendo agudas en toda la zona.

Las organizaciones humanitarias han estimado que en la región occidental hay unos 100.000 desplazados, la mitad de ellos en Dékoué y alrededores, mientras que otros 135.000 han huido a Liberia.

Aunque los enfrentamientos directos entre los partidarios de Ouattara y los de su rival, el ex presidente Laurent Gbagbo, parecen haber terminado, muchas personas permanecen escondidas en los matorrales.

En respuesta al prefecto de Zouhan-houyen, quien había pedido la colaboración de ACNUR para asistir a casi 11.000 desplazados, el miércoles un equipo de ACNUR logró entregar ayuda para 5.000 personas. En las oficinas de Man ACNUR guarda lo necesario para atender a casi 20.000 personas, y espera poder llegar muy pronto a reunir material para otras 25.000.

"Tendremos que salir a buscar a quienes están escondidos para traerlos a los campamentos, donde podemos proporcionarles agua, comida y atención médica. Algunos no saben que las hostilidades se interrumpieron", explica Bamba.

Si en el oeste hay una relativa tranquilidad, en la capital económica, Abiyán, varios trabajadores humanitarios y alrededor de 300 refugiados liberianos pasaron toda la tarde del jueves encerrados en la oficina de ACNUR debido a los enfrentamientos.