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Alto Comisionado insta a darle a los Rohinyá una esperanza para el futuro

Historias

Alto Comisionado insta a darle a los Rohinyá una esperanza para el futuro

Filippo Grandi pidió mayores oportunidades para los refugiados de Myanmar en Bangladesh, así como mejores condiciones en sus lugares de origen.
11 Julio 2017 Disponible también en:
Filippo Grandi se reunió con refugiados Rohinyá en Cox Bazar, Bangladesh.

COX BAZAR, Bangladesh, 11 de julio de 2017 (ACNUR) – Alentado por las conversaciones en Bangladesh y Myanmar, el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, hizo hoy un llamado a ofrecer más oportunidades a los refugiados de Myanmar en Bangladesh, en conjunto con acciones para mejorar las condiciones en sus lugares de origen para apoyar los retornos sostenibles.

El Alto Comisionado terminó su visita en Bangladesh el martes después de reunirse con refugiados Rohinyá en Cox Bazar.

En el campamento de refugiados de Kutupalong, los refugiados Rohinyá le dijeron que después de pasar 26 años en el exilio, tenían muy pocas esperanzas.

"Tenemos que ser capaces de planear nuestro futuro. Nadie puede prosperar si no hay oportunidades", dijo un refugiado. "Nuestros niños necesitan recibir educación acreditada que les permita ingresar a instituciones de educación superior. También debe haber oportunidades de empleo".

El Alto Comisionado señaló que durante su reunión con la Primera Ministra de Bangladesh, Sheikh Hasina, "ella dijo que deseaba mejorar las condiciones de los refugiados en el país. Trabajaremos para lograr esas mejoras, tratando de darles más oportunidades, especialmente en materia de empleo".

También se reunió con una refugiada que recientemente llegó después de huir de la violencia en el estado de Rakhine, en octubre pasado. Arefa, de 25 años, escapó con sus tres hijas y otras personas de la aldea después de que su casa fuera arrasada y su marido arrestado. No ha tenido noticias suyas desde entonces.

Acogidas por una familia de refugiados en el campamento de Kutupalong, la familia recibe raciones de comida y la niña mayor, Rubina, de ocho años, asiste a la escuela cercana. Actualmente, Arefa está aprendiendo a hacer polvo para limpiar dientes en una capacitación profesional apoyada por el ACNUR, pero su preocupación inmediata es encontrar a su esposo.

"Primero, ella necesita saber dónde está su marido. Su esposo necesita ser liberado de prisión y tiene que tener una casa donde volver, tierra en la que reconstruir su casa", dijo Grandi. "Todas estas son cosas que he visto en Myanmar y todas son cosas en las que estamos trabajando en el otro lado".

El Alto Comisionado estuvo en Myanmar la semana pasada, hablando con personas desplazadas y apátridas en el estado de Rakhine. En conversaciones con la Consejera de Estado Aung San Suu Kyi, ella prometió su compromiso de proseguir el ejercicio de verificación de la ciudadanía e implementar las recomendaciones provisionales de la Comisión Consultiva del Estado de Rakhine, que exigen mayor libertad de movimiento y acceso a los servicios para los Rohinyá.

"Debe haber oportunidades de empleo"

"Mis reuniones con dos líderes mujeres fuertes, una en Myanmar y otra en Bangladesh, me dan esperanza de que esas soluciones puedan lograrse" dijo Grandi. "No debemos subestimar los múltiples desafíos, pero está claro que el futuro del estado de Rakhine es de coexistencia pacífica entre las comunidades".

Agradeciendo a Bangladesh por acoger oleadas de refugiados de Myanmar durante varias décadas, Grandi ofreció la experiencia del ACNUR en registro biométrico para ayudar a documentar a los refugiados Rohinyás que viven dentro y fuera de los campamentos.

"Esto puede ayudar a mejorar la asistencia y la protección dondequiera que estén, y también ayudar con la planificación para cualquier eventual retorno voluntario", dijo el Alto Comisionado.

Unos 350.000 Rohinyás han huido de Myanmar en busca de protección en Bangladesh, incluyendo unos 74.000 que llegaron a finales de 2016 como resultado de la violencia y la represión en el norte del estado de Rakhine.

Por Vivian Tan