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Atleta refugiado superó el dolor para hacer historia en el maratón de Tokio

Historias

Atleta refugiado superó el dolor para hacer historia en el maratón de Tokio

A pesar de luchar con los calambres y la fatiga, el primer atleta refugiado en competir como un corredor de élite en el Maratón de Tokio cruzó la línea de meta, ganando corazones y apoyo.
1 Marzo 2020 Disponible también en:
El atleta refugiado Yonas Kinde es entrevistado después de terminar el Maratón de Tokio 2020.

Sentado en el suelo después cruzar la línea de meta, Yonas Kinde jadea pesadamente, intentando recuperar el aire. Sus zapatos para correr yacen a su lado, se los quitó para darle un poco de alivio a sus pies que están hinchados por la carrera. Está cansado y sufriendo, pero nada puede ocultar la enorme sensación de logro que ilumina sus ojos marrones.

Hoy, el refugiado etíope de 39 años, hizo realidad su sueño al completar con éxito el Maratón de Tokio, convirtiéndose en la primera persona refugiada en la historia del evento en competir como corredor en la categoría élite.

“Soñé con correr en Tokio desde que era un niño. Esto es principalmente un recorrido plano, que permite a los atletas tener buenos resultados. Es una de las carreras de ruta más grandes del mundo”, explicó Yonas. "Pero lo más importante, esta es la ciudad donde mi gran ídolo, el corredor etíope Abebe Bikila, defendió con éxito su título olímpico en 1964".

Terminando la carrera en 2 horas 24 minutos y 34 segundos, unos 20 minutos detrás del ganador de la carrera, Yonas logró un tiempo similar a su esfuerzo en los Juegos Olímpicos de Río 2016, la mayor competencia internacional de su carrera hasta el momento.

Yonas participó en Río 2016 como miembro del primer Equipo Olímpico de Atletas Refugiados creado por el Comité Olímpico Internacional (COI).

"Quería romper mi récord personal, pero hoy no fue posible, ya que un calambre en el estómago me retrasó después del trigésimo kilómetro", dijo. “Lo que me dio fuerza fue la alegría de la gente. Se pararon a mi lado, gritaron mi nombre en cada kilómetro: "Vamos Yonas", "Vamos Kinde". Mientras corría, enfocaba mis pensamientos en los afectados por el brote de coronavirus y en la niñez refugiada en todo el mundo, que cruzan las fronteras para encontrar seguridad y paz”.

"Nunca se rindió".

“Llegó a la línea de meta y eso no fue poca cosa. Tuvo que detenerse después del kilómetro 35 y tuvo que estirarse y caminar, pero nunca se rindió. Eso me conmovió y me hizo llorar ", agregó el entrenador de Yonas en Japón, Naruyoshi Karasawa, que trabaja con Japan for UNHCR, el socio de recaudación de fondos de la Agencia de la ONU para los Refugiados en el país.

Cuando era niño, la familia de Yonas vivía en una zona rural de Etiopía. A la edad de 14 o 15 años, se interesó en competir en competencias escolares. Su maestro le aconsejó que corriera de casa a la escuela y de regreso como práctica, cubriendo una distancia de 16 kilómetros cada día. Esto es lo que forjó su voluntad de convertirse en un corredor de maratón.

Ahora que vive en Luxemburgo, Yonas está entrenando con una beca del COI para deportistas refugiados, con la esperanza de asegurar la selección para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. "Si soy seleccionado, haré mi mejor esfuerzo", dice.

“Si no soy seleccionado, estoy feliz de que haya otros atletas que representarán a los refugiados en el Equipo Olímpico de Atletas Refugiados. Espero que todos, especialmente el público japonés, animen a los refugiados como si fuera su propio equipo nacional”.