Cerrar sites icon close
Search form

Buscar el sitio de un país

Perfil de país

Sitio de país

Dúo de venezolanas lidera apoyo para refugiados y migrantes vulnerables en Aruba

Historias

Dúo de venezolanas lidera apoyo para refugiados y migrantes vulnerables en Aruba

Inmensurables necesidades y muchas ganas de ayudar llevaron a Tina y a Grislynn a montar una fundación. Durante la pandemia, VeneAruba Solidaria ha sido vital para muchos venezolanos en la isla caribeña.
6 Marzo 2021
Tina, Grislynn y el equipo de VeneAruba Solidaria cocinan para ayudar a Ernesto*, un venezolano que debe pagar los trámites del permiso de trabajo en Aruba.

Tina y Grislynn llevaban prácticamente todo el día en la cocina, preparando delicias de su tierra natal, Venezuela. Lejos de ser una actividad para pasar el tiempo durante la pandemia de coronavirus, este dúo cocina por una causa. El objetivo es ayudarle a Ernesto*, un venezolano de 42 años que busca pagar los costos del permiso de trabajo que le permitirá permanecer en Aruba, una pequeña isla del Caribe. Ernesto busca rehacer su vida para poder mantener a los seis hijos que tuvo que dejar en Venezuela hace dos años.

“Estamos cocinando un sancocho y unas arepas para ayudarle porque no tiene ni un florín para pagar los trámites”, dijo Tina Faria Ojeda, de 53 años. Ella y el equipo de VeneAruba Solidaria hacen ventas de comida y de ropa, colectas comunales por redes sociales y radio, y otras actividades para ayudar a miles de los estimados 17.000 venezolanos que han huido a la pequeña Isla Feliz. “Somos un grupo de venezolanas, mujeres guerreras, que nos mueve la misma preocupación y las mismas ganas de ayudar”, complementó su amiga, Grislynn Hernández, de 47 años, quien es mitad venezolana, mitad arubeña y actualmente preside la fundación.

En 2017, Tina, Grislynn y otras tres mujeres crearon VeneAruba Solidaria, una fundación dedicada a brindar apoyo económico, alimenticio, emocional y legal a personas de la comunidad local y a refugiados y migrantes venezolanos a quienes, como a Ernesto, les ha sido difícil integrarse en la isla.

“Somos un grupo de venezolanas, mujeres guerreras, que nos mueven las mismas ganas de ayudar”.

Más de 5 millones de venezolanos han salido de su país para escapar de la inseguridad y la falta de acceso a servicios básicos. Miles de ellos han optado por rehacer su vida en Aruba, que queda a 29 kilómetros al norte de la península venezolana de Paraguaná. “Llegan aquí escapando de muchas dificultades en Venezuela y enfrentan barreras para poder integrarse formalmente en Aruba”, dijo Tina, quien llegó a la isla hace 11 años, tras el secuestro de su suegro en Venezuela.

Durante la pandemia, las necesidades han crecido aún más, y las solicitudes de asistencia de emergencia que recibe la fundación han aumentado de unas cuantas peticiones a unas 1.200 al mes.

VeneAruba hace ventas de comida y de ropa, colectas comunales por redes sociales y radio, y otras actividades para ayudar a miles de los estimados 17.000 venezolanos que han huido a la pequeña Isla Feliz.

La pandemia por COVID-19 ha devastado la economía de muchos países en la región y ha dejado a millones de personas sin acceso al trabajo o medios de vida, tras el cierre de negocios y de fronteras para disminuir el riesgo de contagio. Islas como Aruba, cuya economía está ligada al turismo, han sido fuertemente afectadas. A pesar de que la CEPAL prevé un repunte del 4,2% en la economía del Caribe en 2021, esta no llegará a niveles registrados antes de la pandemia.

La depresión económica ha impactado desproporcionalmente a los millones de refugiados y migrantes venezolanos en América Latina y el Caribe, quienes no han podido regularizar su estatus en sus países de acogida y, por ende, dependen de trabajos informales para costear alimentos y otros gastos. Imposibilitados para trabajar actualmente por las medidas de confinamiento, muchos están en riesgo de ser desalojados o de sufrir graves problemas de salud.

“Al principio de la pandemia nos tocó duro”.

“Al principio de la pandemia nos tocó duro. Muchas personas no podían pagar la renta o tener atención médica. Y, además, se acentuó la xenofobia”, dijo Grislynn.

Durante la pandemia, VeneAruba ha logrado apoyar a más de 4.000 familias arubeñas y venezolanas gracias a la solidaridad de personas locales y otros venezolanos en la isla. “Estamos en muchos chats y nos contactan por las redes sociales de la fundación y por ahí registramos las necesidades y, dependiendo del caso, referimos a organizaciones como ACNUR”, mencionó Grislynn.

ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, colabora con organizaciones como VeneAruba Solidaria para canalizar apoyo de asistencia o identificar personas con necesidades de protección en Aruba.

A pesar de las dificultades, estas mujeres no se rinden, y mueven cielo y tierra para organizar recolectas.

“Muchas veces nos toca a nosotras sacar de nuestro bolsillo para ayudarle a la gente, pero lo más bonito es ver cuando consiguen permiso para quedarse y empiezan a trabajar”, dijo Grislynn, añadiendo que lograron conseguir una parte de los 1.600 florines (aproximadamente 900 dólares) que Ernesto debía pagar para tramitar su permiso de trabajo. “Es una labor muy bonita, trabajar en esto. Es duro, pero quisiéramos conseguir a muchas más personas que quieran ayudar al prójimo”, añadió Tina.

*Nombre cambiado por motivos de protección.