Duras condiciones y lagunas jurídicas en los centros de asilo de Australia en el Pacífico
Duras condiciones y lagunas jurídicas en los centros de asilo de Australia en el Pacífico
GINEBRA, 26 de noviembre (ACNUR) – La agencia de la ONU para los refugiados, en dos informes publicados el pasado martes, manifestó que los solicitantes de asilo transferidos desde Australia a los centros de proceso en las islas de Nauru y Manus (Papúa Nueva Guinea) viven retenidos de forma arbitraria y en unas condiciones que no cumplen con las normas internacionales.
"ACNUR comprende la determinación de Australia en responder con firmeza al desafío del tráfico de personas y en disuadir a la gente del realizar peligrosas travesías marítimas de forma irregular. Sin embargo, creemos que esas respuestas no deben obviar la imperiosa necesidad de protección, la seguridad y la dignidad de las personas afectadas", dijo el portavoz de la agencia Adrian Edwards a los periodistas en Ginebra.
Además añadió que estos dos informes reflejan lo que ACNUR ha venido observando durante este año sobre el grave deterioro de la calidad, en su totalidad, de la protección y el apoyo ofrecidos a los solicitantes de asilo y refugiados que llegan en barco hasta Australia. No hemos de olvidar que cuando existen políticas y prácticas basadas principalmente en la disuasión, estas pueden tener efectos perjudiciales y, en ocasiones, consecuencias de carácter punitivo contra las personas afectadas, especialmente las familias y los niños.
Los informes dan cuentan de las preocupantes deficiencias en ambos centros, e instan a los tres Estados involucrados a examinar estas conclusiones y recomendaciones, y actuar en consecuencia.
"Tanto en Nauru como en Papúa Nueva Guinea las políticas actuales, las estrategias operacionales y las duras condiciones físicas en los centros no solo incumplen las normativas internacionales, sino que además tienen un profundo impacto sobre los hombres, mujeres y niños allí alojados", continuó Edwards.
El portavoz también expresó la preocupación de ACNUR con respecto a que se establezcan detenciones forzosas, lo cual no es compatible con el derecho internacional. "También nos preocupa que no se proporcione un sistema justo y eficiente para evaluar las solicitudes de asilo, que no se ofrezcan las condiciones de seguridad y de trato humano obligatorias durante la detención, y que no se proporcionen soluciones adecuadas y oportunas a aquellos que ya han sido reconocidos como refugiados", agregó.
Edwards indicó que el informe sobre Nauru reconoce que ha habido algunos avances desde la última visita de ACNUR en marzo. "Sin embargo, también ha habido reveses significativos en el proceso de asilo y un deterioro de las condiciones de acogida. A pesar de que el sistema de asilo está amparado bajo la ley de Nauru, tan solo se ha dictado un único fallo en los 14 meses en los que el centro ha vuelto a estar abierto".
En Papúa Nueva Guinea, no se ha dictado ni un solo fallo en este sentido, y si bien se observaron algunas mejoras desde la última inspección de ACNUR el pasado junio, las duras condiciones físicas durante la detención, junto con la lentitud del proceso y la falta de claridad con respecto a proporcionar soluciones seguras y sostenibles para los refugiados, hace probable que todo ello tenga un serio y negativo efecto en la salud y el bienestar de las personas transferidas desde Australia.
En ambos centros, el bienestar psicosocial de las personas más vulnerables, entre los que se incluyen a niños no acompañados y a sobrevivientes de tortura y con traumas, es un tema que preocupa. ACNUR también pidió a los tres Estados que no transfieran a estos centros a los niños, especialmente a los que no están acompañados, al menos hasta que se haya producido una notable mejora en las condiciones de ambos centros.
"ACNUR está especialmente preocupado por el impacto de estas políticas que evitarían que aquellos refugiados ya reconocidos puedan encontrar a medio o largo plazo soluciones seguras, dignas y sostenibles. Las perspectivas para los refugiados en Papúa Nueva Guinea de encontrar protección permanente se topan con enormes desafíos, y está claro que Nauru puede ofrecer tan solo oportunidades muy limitadas para los refugiados, incluso a corto plazo", destacó Edwards.
ACNUR cree que los acuerdos con Nauru y Papúa Nueva Guinea se beneficiarían de una articulación más clara de políticas y marcos operacionales que establezcan cómo, cuándo y dónde los refugiados pueden recibir protección y gozar de los derechos establecidos en la Convención de la ONU sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951.
Gracias a la Voluntaria en Línea Laura Salguero por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.