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El actor Roberto Manrique de maratón en Bogotá a favor de los refugiados

Historias

El actor Roberto Manrique de maratón en Bogotá a favor de los refugiados

Manrique participó en la media maratón de Bogotá en apoyo de los refugiados colombianos. Casi sin resuello, nos revela cómo colaborar con ACNUR ha cambiado su vida.
8 Septiembre 2010 Disponible también en:
El actor ecuatoriano Roberto Manrique corrió el pasado 1 de agosto la media maratón de Bogotá con una camiseta diseñada por él mismo y con la que reafirma su apoyo a los refugiados y desplazados internos colombianos.

BOGOTÁ, Colombia, 17 de agosto (ACNUR) – Roberto lleva años despuntando en las pantallas de América Latina como actor de telenovelas como "Los Victorinos" o "El Clon". Entre el final de rodaje en Bogotá (Colombia) y los ensayos de la obra de teatro "La gata sobre el tejado de zinc caliente", de Tenesse Williams, que presentará en otoño en Guayaquil (Ecuador), Manrique se ha preparado para correr la media maratón de Bogotá en apoyo de los refugiados colombianos. Casi sin resuello, nos revela cómo colaborar con ACNUR ha cambiado su vida.

Roberto, ¿cual fue tu primera experiencia con personas refugiadas? ¿Qué es lo que más te impactó?

En enero de este año tuve la oportunidad de viajar a Lago Agrio, en la amazonía ecuatoriana, y visitar tres de sus comunidades de refugiados para desarrollar unas dinámicas lúdicas para niños y unos espectáculos de malabares y cantos para cada comunidad. Fue una experiencia que despertó en mi interés y sentido de responsabilidad e incluso de pertenencia ante la situación tan dura que atraviesan estas personas.

Lo que más me impactó fue la capacidad de los refugiados de luchar y seguir adelante buscando oportunidades para sonreír a pesar de la carga tan fuerte que sus historias les hacen llevar. Sus sonrisas en medio de todo el dolor que las familias atraviesan despertaron mi admiración hacia ellos y se convirtieron en un ejemplo para mí de tenacidad, fuerza y ganas de sobrellevar lo que sea que surja.

¿Cuáles son para ti las necesidades básicas de las personas refugiadas y sus comunidades de acogida en esta zona? ¿Cómo crees que la comunidad internacional y los gobiernos tendrían que ayudarles?

Percibí que las necesidades incluyen techo, trabajo, educación, agua potable, . . . Y, si bien se han hecho grandes avances gracias al trabajo de ACNUR y la alcaldía de Lago Agrio, entre otros, aún hay mucho por lograr. Con la ayuda de gobiernos involucrados y solidarios podríamos lograr un nivel de vida mucho más alto para estas personas. Considero que los gobiernos deben priorizar políticas de integración y programas de educación para facilitarles su inserción en las esferas sociales, económicas y culturales de las comunidades en las que los refugiados se encuentran. También considero importante que se trabaje en las comunidades locales que "reciben" a los refugiados para facilitar la aceptación de estas personas en su nuevo contexto.

A partir de ese momento, has estado presente con ACNUR en eventos como la celebración del Día Mundial del Refugiado en Lago Agrio, en la Amazonía ecuatoriana. ¿Vas a seguir apoyando las actividades de ACNUR? ¿Qué proyectos tienes?

Absolutamente. Tengo todo el interés, el deseo y la determinación de colaborar con ACNUR para dar visibilidad a la situación de los refugiados en los medios de comunicación. Y así ayudar a mostrar una realidad que considero se encuentra oculta ante la opinión pública. También espero poder atraer nuevos apoyos, como empresas que deseen ampliar su política de responsabilidad social corporativa colaborando con los refugiados.

Además, quiero seguir trabajando en la zona, directamente con los refugiados pues mis dos experiencias en Lago Agrio (Ecuador) y sus alrededores me llenaron de una forma en que nada lo había hecho antes. Considero que el contacto con la gente es primordial, es lo que le da sentido a todo lo demás que yo pueda hacer.

¿Crees que el hecho de ser un ecuatoriano en Colombia te hace más sensible a la realidad de los refugiados?

Yo he desarrollado un cariño especial por el pueblo colombiano. Es un país al que debo los mejores años de mi vida, es una gente que considero especial por su carisma, simpatía, humor, positivismo, alegría, capacidad de trabajo y de salir adelante. Es probable que ello me haga empatizar aún más ante el hecho de que un porcentaje tan alto de los refugiados sean colombianos.

Sin embargo ahora me doy cuenta de que va mucho más allá de que pertenezcan a una nación u otra. Las fronteras que los hombres nos hemos inventado puede que sean necesarias en esta realidad se ha construido. Pero yo estoy convencido de que en un nivel más elevado, estas no existen, existe la hermandad que mantiene a la humanidad entera como un todo.

De publicista decidiste pasarte al mundo de la actuación. ¿Piensas que los actores, artistas en general, pueden tener un papel en la sociedad para mostrar situaciones tan difíciles como las que afronta una persona refugiada?

Creo que para aquellas personas que por su trabajo están expuestos a los medios, que sean líderes de opinión, modelos a seguir o tengan una oportunidad de emitir mensajes a la sociedad es una responsabilidad hacer algo valioso y significativo con ese privilegio.

Yo estoy convencido de que es una posición en la vida que implica una actitud de servicio. Hay tanto por qué trabajar en este mundo, tanto qué cambiar y mejorar. Si todos nos identificáramos con algún aspecto de la realidad que podemos mejorar, si pusiésemos parte de nuestra vida al servicio de ello, se podría lograr mucho más.

¿La solidaridad es una moda o un deporte necesario?

Considero que el planeta se encuentra en un momento crítico, que las decisiones que hemos tomado antes ya están causando efectos irreversibles, a nivel tanto medio ambiental como humano. Por tanto, una conciencia responsable y solidaria en este momento, no es una moda, es un despertar de la humanidad a una realidad innegable. Estoy convencido de que esto irá creciendo entre nosotros, tengo fe en la humanidad y en este ciclo de despertar en el que apenas estamos empezando.

En América Latina muchas personas desconocen el número de refugiados que hay en sus países. ¿Qué mensajes lanzarías para que todas las personas conozcan y se involucren más de estas realidades?

Las diferencias entre las clases sociales en nuestros países son radicales, tendemos a vivir en una cómoda burbuja y elegimos no ver los contrastes tan marcados que existen en general. La realidad de los refugiados en aún menos visible por encontrarse en zonas que poco contacto tienen con los lugares donde se encuentra la mayor población de cada nación. Ecuador es el país que más refugiados acoge en toda América Latina, 135.000, pero eso apenas se conoce.

Es hora de abrir los ojos y el corazón, y tomar una actitud solidaria y proactiva ante esta realidad. Y de exigir a nuestros gobiernos una participación activa en estas esferas que están tan descuidadas.

Hoy en día la televisión y el cine tienen gran impacto en la sociedad, en las imágenes que transmiten según los personajes sean de una u otra nacionalidad. ¿Crees que es necesario que productores, guionistas y directores replanteen sus historias eliminando prejuicios?

Creo que hay que tomar una actitud socialmente responsable sin importar en qué rama de trabajo te encuentres. Fui criado por un padre médico que dedicó sus últimos años al servicio, aún cuando era su época de menor capacidad económica. Él me dio una enseñanza que agradezco profundamente y que sumo vital para las decisiones de mi vida.

Esta responsabilidad se vuelve aún más imperativa para quienes estamos generando mensajes masivos en la sociedad pues tenemos la capacidad de afectar el interior de las personas, generando cambios que pueden ser positivos o negativos. Es necesario encauzar nuestros mensajes hacia la construcción de una realidad más humana y amorosa en el planeta.

Por Sonia Aguilar en Lago Agrio, Ecuador