El Alto Comisionado insta al mundo a no olvidar a los desplazados en el este de Congo

GOMA, República Democrática del Congo, 16 de octubre (ACNUR) – Estableciendo una comparación entre los cientos de miles de civiles desplazados forzosos en la República Democrática del Congo (RDC) y las víctimas del tsunami de 2004 en el Océano Índico, el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, António Guterres, instó el pasado viernes a la comunidad internacional a no olvidar a los congoleños cuando más lo necesitan.

Durante una charla en la ciudad de Goma, en el este de la RDC, epicentro de una de las mayores crisis de desplazamiento en el mundo, António Guterres señaló que en torno a 2 millones de personas se encuentran desplazadas en este vasto país y describió el enorme número de retos a los que se enfrenta el personal humanitario y la comunidad internacional para tratar de satisfacer las necesidades de estos civiles.

"Si se fijan en la situación humanitaria en la República Democrática del Congo, en todas las víctimas, víctimas del conflicto, víctimas de enfermedades, de problemas de salud, de la pobreza extrema, el número personas que muere, la mayoría de manera innecesaria, cada seis meses equivale al número de víctimas del tsunami asiático.

"Ahora, si comparamos el apoyo masivo de la comunidad internacional hacia las víctimas del tsunami con el apoyo ofrecido a la RDC cada seis meses, la diferencia es abrumadora", añadió el Alto Comisionado. El tsunami de 2004 dejó tras de sí más de 200.000 muertos en los países que rodean el Océano Índico.

António Guterres, que llegó el pasado jueves a Goma, la capital de la provincia de Kivu Norte, ha tratado durante mucho tiempo de mantener la atención pública sobre la continua crisis de desplazamiento y la violencia en el este de Congo, a pesar de la firma de un acuerdo de paz nacional en 2003. Su última visita a Kivu Norte tuvo lugar en diciembre de 2007. No obstante, esporádicos estallidos de violencia siguen obligando a las personas a huir de sus hogares o de los campos.

Ayer, el Alto Comisionado recorrió varios campos para desplazados internos en Kivu Norte, así como en el vecino Kivu Sur. Guterres visitó los campos de Shasha y Mubimbi I, que dan cobijo a víctimas de los múltiples conflictos que han devastado los Kivus durante los últimos tres años.

En Shasha, en la provincia de Kivu Norte, António Guterres se reunió con miembros de los Bambuti, una etnia de cazadores-recolectores indígenas también conocidos como pigmeos, que se han visto especialmente afectados durante los últimos años. Estos le contaron que incluso en el caso de que la paz y la estabilidad regresaran a la región, ellos no tendrían un lugar donde vivir. Los Bambuti pidieron ayuda a las autoridades para acceder a tierras.

En Mubimbi I, situado en Kivu Sur, Guterres se entrevistó con un grupo variado de desplazados internos, algunos desplazados por conflictos anteriores y otros que acaban de ser expulsados de sus hogares por las fuerzas armadas congoleñas para desarmar a los rebeldes de las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR).

El Alto Comisionado también visitó Rutoboko en el distrito Masisi de Kivu Norte, que fue arrasado por los enfrentamientos entre las fuerzas armadas congoleñas y los rebeldes del Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP) en 2008, y que obligó a miles de civiles a huir.

Ahora de estos civiles están regresando a sus pueblos y reconstruyendo sus vidas. A lo largo de la carretera se ven signos de una nueva vida y esperanza. Estamos en la temporada de lluvias y los retornados están ocupados reconstruyendo sus hogares y plantando cultivos como judías, plátanos y mandioca. Los colegios también han vuelto a abrir sus puertas.

Los desplazados internos comenzaron a regresar a sus hogares en marzo de 2009, cuando el gobierno congoleño y los rebeldes firmaron una tregua. Pero el pasado mes el ritmo se aceleró, cuando unas 66.000 personas que vivían en seis campos gestionados por ACNUR en Goma y sus alrededores regresaron a sus zonas de origen.

António Guterres garantizó tanto a los desplazados internos como a los retornados que la Agencia de la ONU para los Refugiados seguiría apoyándoles. Indicó que aquellos que no pueden regresar debido al conflicto que se desarrolla en sus zonas de origen podrían acceder a ayuda en los campos gestionados por ACNUR, mientras que aquellos que regresaran a sus hogares recibirían el apoyo que necesitaran para regresar por sus propios medios.

En Rutoboko, el Alto Comisionado se reunió con Muhanuka Kahunde, de 70 años, quien regresó a su casa en el mes de septiembre tras haber pasado casi dos años en el campo de desplazados internos de Buhimba, en las afueras de Goma. "Regresé porque aquí ya hay paz y no hay conflictos. Es bastante pacífico, hemos empezado a reconstruir nuestras casas y a preparar la tierra para poder sembrar", dijo Kahunde.

Pero hay otras personas como Charlin Amunazi, de 42 años, que probablemente no regresarán a su casa pronto. Charlin huyó cuando su pueblo, situado en el distrito de Masisi, fue invadido por hombres armados y ahora vive en el campo de Mugunga III, cerca de Goma. "Huí cuando se intensificaron los combates y mi marido fue asesinado", recordó. "Todos huyeron y entonces comenzaron las violaciones, así que nosotros también huimos".

Antes volar hacia Goma, António Guterres mantuvo entrevistas a un alto nivel en Kinshasa con el Presidente Joseph Kabila Kabalange, el ministro de Asuntos Exteriores Adolphe Muzito, el ministro de Interior Celestine Mbuyu y el ministro de Cooperación Internacional Raymond Shibanda, así como con el general Babacar Gaye, jefe de las fuerzas de la ONU en la RDC.

António Guterres hará una breve visita a Ruanda antes de asistir a una cumbre especial de la Unión Africana sobre personas desplazadas a la fuerza. Esta histórica cumbre tendrá lugar en la capital ugandesa de Kampala desde el lunes 19 hasta el viernes 23 de octubre.

Por Yusuf Hassan, en Goma, República Democrática del Congo