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El amor por sus familias y su país empuja a los primeros refugiados a retornar a Somalia desde Kenia

Historias

El amor por sus familias y su país empuja a los primeros refugiados a retornar a Somalia desde Kenia

Next January, UNHCR will begin assisting Somali refugees who want to return from Kenya on their own. One young mother tells what's pulling her home. [for translation]
9 Diciembre 2013 Disponible también en:
Somalia refugee Dhahiro Hussein Ali, a 22-year-old mother of four, mills sorghum for breakfast for her four children. She's inside a kitchen tukul, a separate shelter from the one where the family sleeps. She says she will be one of the first to return to Somalia when UNHCR begins assisting refugees who choose to return to three pilot areas inside Somalia next month. [for translation]

CAMPAMENTO DE REFUGIADOS DE DADAAB, Kenya, 9 de diciembre (ACNUR) – Cuando la agencia de la ONU para los refugiados comenzará a apoyar la repatriación de los refugiados a Somalia desde Kenia el próximo mes, Dhahiro Hussein Ali, una joven de 22 años de edad, madre de cuatro niños, espera ser uno de los primeros en irse.

"El amor por mi familia me está llamando de vuelta" dice la joven mujer de voz suave, que lleva puesta una pañoleta gris. "Echo de menos a mi familia – a mi madre, mi padre, mi hermano, mi hermana y sobre todo, mi primogénito, mi niño de nueve años de edad, Hussein. Mi madre está cuidando de él".

Ella y su marido, Ibrahim Abdi Abdikadir, de 42 años, huyeron de la sequía y la inestabilidad en Somalia en julio de 2011. Dhahiro, que sólo tenía 13 años cuando dio a luz a su hijo Hussein, se había enfermado y no podía amamantarlo, por lo que su madre lo crió como si fuera suyo. Cuando Dhahiro tuvo que partir hacia Kenya, la abuela se negó a desprenderse del chico.

"Mi madre dijo que desde que toda la familia se iba para Kenia, ella mantendría al niño, así que cuando ella lo observara podría recordar a toda la familia", relata Dhahiro.

Ahora, con la noticia de que su madre está enferma, Dhahiro siente que tiene que regresar a casa, ir a Kismayo, una de las tres regiones incluidas en el programa piloto de retornos asistidos para los refugiados que regresan por su cuenta Somalia.

Alrededor de 388.000 refugiados somalíes viven en el complejo de campamentos de Dadaab, en el noreste de Kenia, la mayoría de los 475.000 refugiados somalíes que están registrados en todo Kenia. Muchos de ellos huyeron de su país después de la caída del régimen de Siad Barre en 1991, pero otros huyeron por la sequía en años recientes.

Se estima que sean los recién llegados como Abdikadir y Dhahiro los más propensos a querer volver a su país beneficiándose del programa piloto, mediante el cual el ACNUR, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y otros socios apoyarán a los refugiados que regresen por su cuenta a tres áreas – Baidoa, Luuq y Kismayo – a partir del 1º de enero. Los convoyes de repatriación organizados empezarán más adelante, dependiendo de la mejora de las condiciones en ciertas partes de Somalia.

Esta semana, el ACNUR irá a intensificar sus consultas con los refugiados somalíes en los puntos de apoyo para los refugiados en los cinco campamentos que componen el complejo de Dadaab. Los refugiados podrán informar ACNUR acerca de su interés en regresar a Somalia, y conocer en detalle qué tipo de apoyo puedan conseguir para el viaje y una vez que se encuentren en Somalia.

Como agricultor, Abdikadir espera poder nuevamente ser capaz de mantener a su familia y no sentirse como un mendigo, lo que le ha tocado como refugiado. "Mi país tiene recursos", dice. "Dios me puede ayudar. Si hay lluvia, puedo cultivar mis campos y sostener a mi familia con los productos de la granja", agrega.

Isho Madkar Issack, una mujer de 30 años y madre de cuatro hijos, dice que está agradecida con el ACNUR por la formación que ha tenido para convertirse en una partera en Dadaab – habilidades que le ayudarán a reconstruir su condado cuando se una a la vanguardia de los que vuelvan a Somalia en enero. Ella dice que ella y otras 20 mujeres están movilizando otras familias de refugiados para formar su propio convoy para volver a Baidao, un viaje que lleva ocho días, siempre que la lluvia no vuelva los caminos sin pavimentar difíciles de transitar.

En cambio, otros no están tan ansiosos. Nimo Mahat Samatar, expresa que ella y su esposo y sus cuatro hijos estarían dispuestos a volver a Luuq – pero no inmediatamente. "Quiero estar en la segunda fase", dice ella. "Quiero que otra gente pruebe, y si llegan allí sanos y salvos, entonces voy a ir".

Mientras falta menos de un mes para su partida, Dhahiro, sentada dentro de su tukul, piensa a su regreso a casa con una mezcla de emociones – desde el patriotismo a la preocupación por su madre y su hijo. "Es mi país", dice en voz baja. "Lo amo, así que voy a regresar".

En cuanto al momento en que por fin ponga los ojos en su amado primogénito, Hussein, expresa: "Estoy muy ansiosa por verlo. Lo amo y me siento sola sin él, estoy segura que voy a llorar mucho cuando lo vea".

Por Kitty McKinsey en el campamento de refugiados de Dadaab, Kenia.

Gracias a la Voluntaria en Línea Lina María Rengifo por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.