El espectáculo de marionetas enseña a los niños refugiados sirios sobre su herencia cultural
El espectáculo de marionetas enseña a los niños refugiados sirios sobre su herencia cultural
NAKHLE, Líbano – Dentro de una pequeña tienda en el olivar de una colina en el norte del Líbano es donde Jassem actúa con sus marionetas y canta rimas con falsete sobre los símbolos de su natal Siria. Los jóvenes refugiados gritan de alegría y hacen preguntas sobre una que patria que la mayoría de ellos ya no recuerda.
El ex profesor de educación física de 28 años llegó al Líbano como refugiado en el año 2011, después de haber huido de la inseguridad en Raqqa. Antes de trasladarse a Nakhle, una aldea en el distrito norte de Koura, se estableció primero en la capital, Beirut. Jassem comenta que tanto él como sus compañeros refugiados comenzaron a organizar espectáculos de marionetas cuando se dieron cuenta de lo poco que sabían los niños sirios sobre su propio país.
“Todo lo que conocen sobre Siria es guerra y derramamiento de sangre”.
“Muchos niños sirios nacieron o fueron criados lejos de sus hogares. Lo único que conocen sobre Siria es guerra y derramamiento de sangre”, mencionó. “Se siente como si no tuvieran un sentido de pertenencia a Siria, pero esos niños son el futuro del país. ¿Cómo van a reconstruirlo si no saben nada al respecto de Siria?”
El Líbano, acoge a 976.000 refugiados registrados del conflicto de Sira, que está ya en su octavo año. Más de la mitad de ellos son niños. A lo largo de la región, más de tres millones de niños refugiados nacieron después de que estallara la guerra, lo cual significa que no han conocido algo distinto al conflicto o al exilio.
Durante el espectáculo, Jassem presenta a los jóvenes las catorce gobernaciones de Siria, así como sus tradiciones e historias específicas, entre las cuales están las danzas folclóricas y los principales monumentos como la Mezquita de Umayyad en Damasco. Los niños quedan absortos y la respuesta más fuerte es de parte de los padres.
“Conforme interpretamos la obra, a menudo quedamos conmovidos por las reacciones de emoción de los padres, que estallan en llanto al acordarse de su vida en Siria”, comentó Jassem. “Generalmente, esto provoca una discusión entre padres e hijos sobre la herencia y cultura de sus lugares de origen”.
“Ser voluntario me ha traído tranquilidad”.
Esta iniciativa nació del trabajo voluntario de Jassem, el cual comenzó cuando se mudó a Koura y se convirtió en voluntario comunitario para ACNUR, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados. El trabajar con las vulnerables familias de los refugiados, en conjunto con su formación, lo llevó a identificar la necesidad de ayudar a los jóvenes sirios con su educación.
Además del espectáculo de marionetas, Jassem y otros voluntarios también dan clases tres veces por semana en el turno matutino a los niños sirios inscritos en las escuelas públicas. Las lecciones están enfocadas principalmente en aprender el árabe y el francés; después de haber ayudado a algunos niños en el vecindario, las clases ahora cuentan con casi 50 alumnos.
Para ayudarlos a lidiar con la creciente demanda, ACNUR donó una tienda de campaña para las clases y artículos de papelería para los niños. Jassem ahora espera extender los espectáculos de marionetas y las clases a otras partes del país, también comenta que esta experiencia ha transformado su vida en el exilio.
“Ser voluntario me ha traído tranquilidad”, dijo. “Cuando le pones una sonrisa en la cara a un niño, sientes que los estás ayudando y que les estás dando esperanzas. Y este sentimiento es indescriptible”.
Gracias al Voluntario en Línea Alejandro Rivera por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.