En su visita a Hungría, el Alto Comisionado pide el fin de la detención y una mayor solidaridad con los refugiados
En su visita a Hungría, el Alto Comisionado pide el fin de la detención y una mayor solidaridad con los refugiados
BUDAPEST, Hungría – El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, pidió el martes a Hungría que mejore el acceso de las personas que buscan asilo y elimine las llamadas "zonas de tránsito" fronterizas que, según dijo, son realmente centros de detención.
Grandi hizo estas declaraciones en una rueda de prensa en la capital húngara, tras haber visitado una de las zonas de tránsito de Hungría, donde los funcionarios le explicaron que alrededor de diez solicitantes de asilo al día son admitidos en el país.
"Si se establecen restricciones al acceso al territorio – como el uso de la detención para solicitantes de asilo y las bajas tasas de reconocimiento, junto con la ausencia de cualquier inversión para fomentar la integración de quienes son reconocidos como refugiados-, mi impresión es que hay un esfuerzo por limitar severamente el número de personas a las que se les permite venir a Hungría a buscar protección", dijo a los periodistas. También dijo que las cuchillas que cubren las vallas de alambre en Röszke suponen "un símbolo de rechazo".
"La protección de los refugiados y la seguridad del país no son incompatibles."
En reuniones en Budapest con el Ministro de Asuntos Exteriores Péter Szijjártó y el Ministro de Interior Sándor Pintér, Grandi destacó que la Agencia de la ONU para los Refugiados reconoce el derecho de cada país de proteger sus fronteras. Él está realizando una visita de dos días al país centroeuropeo.
Sin embargo, señaló que "la protección de los refugiados y la seguridad del país no son incompatibles". También enfatizó la importancia de la solidaridad europea y de todos los Estados Miembros de la Unión Europea, incluido Hungría, que participan en el programa de reubicación de los solicitantes de asilo de Grecia e Italia.
Manifestó la preocupación que sentía por los niños que había conocido por la mañana y que estaban siendo retenidos en las "zonas de tránsito" mientras esperan a que se tome una decisión sobre sus solicitudes de asilo.
"Los niños, en particular, no deben ser retenidos", dijo Grandi el martes, después de recorrer la zona de tránsito de Röszke en la frontera de Hungría con Serbia, durante su visita de dos días al país centroeuropeo. Observó que los niños menores de 14 años que llegan a Hungría solos, son trasladados a un centro abierto donde reciben la atención adecuada y alentó a Hungría a que mantuviera este centro mientras lo amplía, con el objetivo de poder incluir a niños mayores no acompañados.
"Buscar asilo no es un crimen", dijo. "Los refugiados tan sólo buscan seguridad en Europa y ahora están extremadamente preocupados por su futuro". Hizo un llamamiento al gobierno húngaro para que alivie las restricciones de su sistema de asilo, de forma que los solicitantes de asilo que ingresan al país no se enfrenten a obstáculos y que sus casos puedan ser escuchados en línea con los compromisos internacionales de Hungría".
En su visita matinal a Röszke, Grandi conoció a dos chicos de 14 años que llegaron a Hungría por su cuenta. Ahmad, de Alepo, Siria, huyó de la Guerra en su tierra natal cuando tenía 12 años y llegó a Hungría hace un mes, tras un arduo viaje. Le dijo a Grandi que esperaba recibir asilo allí porque su familia está en peligro. Si obtiene la condición de refugiado, espera poder rescatarlos solicitando la reunificación familiar.
"Grandi vio cómo los refugiados viven en contenedores agrupados en pequeños bloques."
Suleyman, de Kabul, mostró una gran cicatriz en el brazo, causada por el ataque de un talibán en su país. Dijo que teme ser forzado a regresar y que le gustaría poder quedarse en Hungría.
Grandi vio cómo los refugiados en Röszke viven en contenedores agrupados en pequeños compuestos cerrados, y escuchó que se les proporciona atención médica, entre otros servicios. También visitó brevemente una clase de húngaro para niños que había empezado unos días antes.
Los solicitantes de asilo se quejan principalmente de la falta de información sobre el proceso de asilo y de estar encerrados sin libertad para ir más allá de las muchas vallas de alambre con cuchillas.
En los últimos años, Hungría ha restringido sistemáticamente su sistema de asilo mediante medidas jurídicas restrictivas y ha eliminado prácticamente el apoyo estatal a los refugiados reconocidos para que se integren. Hungría también ha establecido barreras físicas, incluidas las vallas de alambre de púas a lo largo de sus fronteras, y restringe el acceso al asilo al permitir que sólo ingresen diez solicitantes de asilo por día laborable en el país. "Hoy, cuando estaba de pie en la valla de la frontera, sentí que todo el sistema está diseñado para mantener a las personas que necesitan protección internacional fuera del país, lo que impide que muchos hagan legítima su solicitud de asilo", dijo Grandi.
Una vez que los solicitantes de asilo entran en una de las zonas de tránsito de Hungría, las tasas de reconocimiento de refugiados son bajas, incluso para las personas que huyen de países conflictivos como Irak y Afganistán. Funcionarios húngaros comunicaron al Alto Comisionado que están trabajando para mejorar los procedimientos.
Durante su visita, Grandi también visitó el Centro de Servicio Global de ACNUR, donde trabajan unos 500 empleados. Entre ellos figuran 300 ciudadanos húngaros que prestan un apoyo esencial al personal de ACNUR, que protegen a los refugiados de todo el mundo. Expresó su gratitud al Gobierno húngaro y al personal que dedica sus habilidades profesionales a ayudar a los refugiados.
Por Kitty McKinsey
Gracias a la Voluntaria en Línea Paula Babot por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.