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Entrevista: la región de Guta oriental, en Siria, "al borde de un gran desastre"

Historias

Entrevista: la región de Guta oriental, en Siria, "al borde de un gran desastre"

El representante de ACNUR en Siria, Sajjad Malik, ingresó a la comunidad sitiada con un convoy de ayuda humanitaria y describe las condiciones que encontró.
9 Marzo 2018 Disponible también en:
Un convoy de la Media Luna Roja ingresa al asediado enclave sirio de Guta Oriental el 5 de marzo, llevando ayuda a cerca de 400.000 civiles atrapados allí.

BEIRUT, Líbano – El representante del ACNUR en Siria, Sajjad Malik, acompañó a un convoy de ayuda humanitaria que ingresó al asediado enclave sirio de Duma, en Guta Oriental, el 5 de marzo, donde conoció a algunas de las 393.000 personas atrapadas allí durante los últimos cinco años. Luego pudo hablar con la jefa de comunicaciones de ACNUR, Melissa Fleming, para describir las condiciones que presenció.

Usted es nuestro representante en Siria, ha estado allí durante dos años y medio, y acaba de pasar un tiempo en Guta Oriental. ¿Qué vio cuando caminó por sus calles?

Está al borde de un gran desastre. Caminas por esa ciudad y ves destrucción, ves desplazamiento. Todavía hay cadáveres en edificios destruidos. El olor es muy fuerte en esas áreas. Hay personas que viven en sótanos superpoblados. Resulta difícil describir a las personas que salen de aquellos sótanos. Su piel pálida, se pueden ver erupciones en la piel, se puede ver que están atrofiados. Hay niños que te dicen que tienen 12, 13 y 14 años de edad pero parece que tienen 6, 7 y 8 años en realidad. Son muy, muy pequeños.

Y luego el trauma que atraviesan: es un bombardeo constante, viven con miedo, sin saber lo que va a pasar. En otros lugares que están sitiados y donde no hay comida, puedes traer algo de ayuda. Pero aquí ni siquiera estábamos seguros de qué llevar a esta gente. Trajimos algo de comida, pero incluso eso no fue suficiente.

La solución – por supuesto, necesitan desesperadamente comida, necesitan desesperadamente asistencia médica, suministros médicos – pero lo que más necesitan desesperadamente es el fin de los bombardeos, y necesitan seguridad.

Ellos están asustados. Me dijeron que le temen a estos bombardeos, que ocurren constantemente, que le temen al hambre. Están viendo sufrir a sus hijos. Pero le temen más a lo que está por venir, no están seguros de lo que va a suceder.

Hay personas con las que habló que dijeron: "En realidad, me gustaría irme". ¿Qué le impide a la gente marcharse de allí?

Una razón es la seguridad, el poder salir de manera segura. Esto es, a través de los puestos de control. En segundo lugar, que cuando lleguen a áreas controladas por el gobierno, que estén a salvo, que no se enfrenten a otras situaciones. Me dijeron: "Huimos de aquí por nuestras vidas, y lo último que queremos es encontrar la muerte al otro lado". Por lo tanto, quieren abandonar el lugar de forma segura . . . llegar a áreas donde estar a salvo, y finalmente les gustaría regresar a casa cuando la situación mejore.

Se encuentran con una operación militar agresiva, que está teniendo lugar en este momento. También hay grupos armados en el lugar que se resisten y luchan, y hay grupos que están peleando entre ellos. Entonces, los civiles que están atrapados en esta situación, no tienen a dónde ir.

Deben de estar aterrorizados.

Nunca he visto caras tan asustadas en mi vida como las que vi allí. Cuesta encontrar las palabras para describir lo que eso significa, lo que es ese miedo. Puedes verlo en sus ojos, puedes verlo en sus expresiones. Pero también están desesperados por que alguien venga a ayudarlos.

Usted caminó por la ciudad, vio una terrible destrucción. En uno de los edificios donde se detuvo, le hizo una pregunta a un hombre que estaba parado afuera. ¿Qué le preguntó?

Había un edificio, estaba caminando con un médico cerca de una clínica de la Media Luna Roja Árabe Siria (SARC, por su sigla en inglés) y había un olor muy fuerte, y el doctor sugirió que no fuéramos más allá. Y dije: "Este olor es muy fuerte" y él contestó que aún había cuerpos en los escombros. Me quedé allí un rato y miré el edificio, que era un edificio de cinco pisos, totalmente derrumbado, y pregunté cuántas personas estaban sepultadas allí. Él dijo: "Hay tres cuerpos allí".

Luego escuché a alguien detrás de mí decir "no, no hay tres, hay cuatro". Miré hacia atrás y este caballero explicó que su esposa, su hija, su yerno y su hermano quedaron sepultados allí. Todavía tenía alguna esperanza de que los cuerpos se pudieran recuperar, de que podría tener un cierre, de que podría enterrarlos y seguir adelante con su vida. Pero hay muchas familias como esta. Hay edificios destruidos en todo el lugar, y cada familia tiene una historia, cada madre tiene una historia que contar. Es doloroso.

Y en su mayoría son mujeres y niños.

Es increíble ver que en su mayoría eran mujeres y niños los que vivían en ese barrio. El consejo municipal me dijo que la mayoría de las familias ahora son encabezadas por mujeres (abuelas, madres, hermanas) sin importar la edad. Son ellas las que ahora manejan esta difícil situación. Ni siquiera puedo imaginar cómo lo hacen, pero están cuidando a sus familias.

Usted estaba en el convoy humanitario que logró entregar algunos de los artículos de ayuda que estaban cargados en los camiones. Pero fue muy frustrante ver que no pudieron descargar toda la comida y los suministros que llevaban en esos camiones*.

Al final no pudimos descargar esos camiones por los bombardeos, las bombas cayeron a 600 metros de donde estábamos. Al final la situación se complicó y tuvimos que evacuar, porque estábamos arriesgando todo el equipo de voluntarios. Luego, cuando regresamos, contamos cuántos camiones quedaron sin descargar. Diez camiones, en total, regresaron cargados por completo y cuatro parcialmente descargados. Fue frustrante no poder brindar nuestra ayuda a todas esas personas que tenían hambre, los vimos allí y no pudimos hacerlo pese a los grandes esfuerzos. Pero estamos decididos a volver.

Lo estamos planificando actualmente. En los próximos días esperamos regresar con más ayuda. Pero no es solo con la determinación de los trabajadores humanitarios que se entregará la ayuda. Queremos que cesen el fuego y los bombardeos. Necesitamos que los grupos dentro de Guta nos den garantías de seguridad y de que podemos entrar, y los que están afuera deben darnos garantías de que habrá paz durante el tiempo en que entremos para brindar asistencia. Pero estamos decididos a regresar.

* El 9 de marzo, un segundo convoy humanitario entró en Guta oriental para completar la entrega de la ayuda restante desde el 5 de marzo.

Gracias al Voluntario en Línea Iosu Iribarren por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.