Cerrar sites icon close
Search form

Buscar el sitio de un país

Perfil de país

Sitio de país

Estudiante de fotografía de Mosul enfoca su lente hacia una nueva vida en Finlandia

Historias

Estudiante de fotografía de Mosul enfoca su lente hacia una nueva vida en Finlandia

Después de unos meses de su escape, el refugiado y estudiante de fotografía iraquí Ahmed Alalousi ya ha participado de tres exhibiciones y hasta realizó un video con un rapero finlandés.
28 Octubre 2016 Disponible también en:
Ahmed Alalousi (derecha) toma fotografías con su amigo y mentor finlandés Kjell Svenskberg.

Cuando las amenazas de muerte llegaron, Ahmed Alalousi entendió que era el momento de huir. Primero, decidió ocultarse.


Sus instintos estaban en lo cierto. Poco tiempo después, los agresores llegaron a su casa.

"Ellos torturaron a mi hermano, pero él no les dijo dónde estaba yo", recordó durante una entrevista con ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados.

Desde que las fuerzas extremistas llegaron a su ciudad Mosul, en el norte de Irak, en junio de 2014, varias personas que él conocía comenzaron lentamente a desaparecer. Uno por uno, colegas periodistas, amigos y familiares fueron amenazados, torturados e inclusive asesinados.

"A una amiga de mi clase le dispararon camino a casa después de un examen, ella era la única encargada de cuidar a su pobre madre", dijo Ahmed. "Otro amigo periodista fue asesinado tan solo 10 minutos después de yo caminara con él por la calle".

Ahmed tomó esta fotografía de un granjero cuidando sus cultivos cerca de la ciudad de Mosul antes de su huida a Finlandia.

"Gente que conozco es asesinada todos los días. Pasa tan a menudo que ya no tengo lágrimas para llorar", comentó Ahmed.

¿Sus crímenes?, nadie realmente sabe.

Ahmed y sus amigos estudiaban periodismo y a menudo conversaban animadamente sobre los asuntos actuales y la injusticia social. Eso provocó que algunos dentro del grupo, conocidos como Daesh por los locales, los juzgaran como enemigos.

Él también era integrante en una banda y organizaba eventos culturales con los amigos – actividades vetadas por los recién llegados.

"No tengo más lágrimas para llorar"

En diciembre de 2014, Ahmed salió de Irak junto con sus padres y la familia de su hermano. El viaje en automóvil hasta Bagdad tomó dos días pasando por carreteras alternas.

De ahí volaron a Turquía donde apenas se las arreglaron para subsistir. La visa de Ahmed expiró rápidamente. Por medio de contactos, él se dio cuenta que en Finlandia las personas gozaban de un trato igualitario y justo, además, que el sistema educativo era uno de los mejores del mundo.

El mayor sueño de Ahmed era poder terminar sus estudios. Una idea se metió en su cabeza – debía llegar a Finlandia y hacer su sueño realidad.

En agosto de 2015, tomó la peligrosa ruta operada por contrabandistas a través del Mediterráneo hasta Europa.

En el frágil bote inflable hasta Grecia se dio cuenta de que su chaleco salvavidas era falso. En el momento que la balsa tocó el agua, su pensamiento fue: "ha llegado mi último momento", pero de nuevo, en contra de los pronósticos, el bote llegó a la costa europea.

Dos semanas de viaje a pie, en tren y en autos de contrabandistas lo llevaron por Grecia, la Antigua República Yugoslava de Macedonia, Serbia, Hungría, Austria, Alemania, Dinamarca, Suecia y por último hasta Finlandia.

"Finalmente me siento seguro", afirmó Ahmed. "Me acosté a dormir, había caminado tanto, solo quería que terminara".

En Finlandia, el iraquí con 24 años de edad aprovechó todas las oportunidades que aparecieron en su camino. Siendo un talentoso fotógrafo y estudiante de medios de comunicación, siempre había soñado con seguir los pasos de su héroe, el fotógrafo estadounidense Michael Shainblum. Así que se dedicó a ponerlo en práctica.

"No estoy acostumbrado a quedarme sentado sin hacer nada"

Ahmed compró su primera cámara en el 2012 y participó en un concurso de arte creativo en la universidad, presentó la primera fotografía que había tomado y obtuvo el primer lugar.

"Pensé que era un error", dijo entre risas. Hubo otros concursos, más premios y su obra fue mostrada en exhibiciones en Bagdad, luego Turquía, Túnez y Marruecos.

Pero él tenía interés de hacer mucho más y sabía que debía estudiar. La espera sobre una decisión de su condición de refugiado le resultaba frustrante.

"No estoy acostumbrado a quedarme sentado sin hacer nada", comentó. "Mi cámara se había quedado en Turquía y Finlandia era tan fría y oscura. Pero las personas eran muy amables, todos intentaron ayudarme".

Ahmed mostró unas fotografías que había tomado con su teléfono al personal del centro de recepción donde se quedaba. Ellos vieron que tenía talento y contactaron al fotógrafo local Kjell Svenskberg.

Svenskberg invitó a Ahmed a ir a su tienda en el pueblo costero de Ekenäs, a unos 90 kilómetros de Helsinki, y le gustó lo que vio ahí.

"Mis empleados estaban tan impresionados con las fotos de Ahmed, inclusive dijeron que nuestra técnica era muy similar", comentó Svenskberg de 41 años.

Svenskberg tomó a Ahmed bajo su tutela. "Supongo que era una manera de contribuir, siendo amigos, llevando a Ahmed a los partidos de fútbol y tomando fotos juntos. Ambos amamos la fotografía y el fútbol, somos la compañía perfecta", añadió.

Svenskberg estaba totalmente al tanto de lo que Ahmed había pasado para llegar a Finlandia. "Yo había visto lo que sucedía en las noticias. Me sentía impotente. Estaba enojado con las personas que no querían ayudar".

La experiencia de Ahmed le recordaba a Svenskberg lo que había vivido su propio padre en las historias de la guerra.

"Mi padre era tan solo un niño viviendo el Helsinki cuando las bombas comenzaron a caer sobre la ciudad. Todavía tiene pesadillas con eso. Tuvo que ser evacuado y enviado a Suecia como un niño de la guerra. Podría pasarle a cualquiera de nosotros, no somos diferentes".

Cuando se corrió la voz sobre el talento de Ahmed, se abrió la posibilidad de una nueva vida. Obtuvo su primer empleo en el Museo de Fotografía de Finlandia, expuso sus fotografías en tres ocasiones y colaboró con el rapero Qruu. Crearon un video musical juntos y realizaron giras a las escuelas para hablar sobre la crisis de refugiados y lo que significaba ser un refugiado.

Nueve meses después de su llegada, Ahmed recibió la noticia de que su solicitud de asilo había sido aceptada. Finalmente podía mudarse del centro de recepción a su nuevo apartamento alquilado y asistir al curso de finlandés; el primer paso para poder volver a estudiar.

Aún espera poder regresar a Mosul algún día, junto con su familia, quienes todavía están esperando en Turquía a que la guerra termine. "Extraño mucho mi ciudad, la gente de ahí, mis viejos recuerdos. Me siento tan lejos de todo eso".

Gracias a la Voluntaria en Línea Karolina Elizondo por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.