Haití: mujeres desplazadas participan en proyecto de trabajo comunitario
Haití: mujeres desplazadas participan en proyecto de trabajo comunitario
FONDS-VERRETTES, Haití, 24 de marzo (ACNUR) – A dos meses del poderoso terremoto que arrasó vastas zonas de Haití, en el país sigue habiendo 1,9 millones de sobrevivientes desplazados. Aproximadamente 1,3 millones de hombres, mujeres y niños viven en campamentos y asentamientos situados alrededor de la capital, Puerto Príncipe, y más de 600.000 han escapado hacia las provincias del interior.
Unos 8.000 desplazados, en su mayoría mujeres y niños, han encontrado refugio en Fonds-Verrettes, una aislada comunidad rural anidada en las montañas del sur, en la frontera con República Dominicana. Pese a las dificultades propias del brusco aumento demográfico, la población local no dudó en abrir sus puertas a los parientes lejanos, amigos y conocidos que iban llegando de la capital.
Antes del terremoto los habitantes de Fonds-Verrettes vivían en la pobreza crónica y muchas familias no alcanzaban a costear la escuela de los niños. Pero a la hora de compartir lo poco que tenían, no se lo pensaron dos veces.
Vista la escasez de oportunidades de trabajo y la falta de puntos de socialización en los que se puedan curar las heridas psicológicas de los recién llegados, el ACNUR ha lanzado un proyecto de cooperativa femenina de costura a través del cual las mujeres desplazadas y sus anfitrionas podrán ganarse la vida y al mismo tiempo sostenerse mutuamente.
Ocho máquinas de coser y una suma en efectivo fueron entregadas al colectivo local de mujeres Oganizasyon Fanm Solidè Fonvèrèt, agrupación que cuenta con más de 140 socias. El objetivo del proyecto es facilitar la capacitación laboral de docenas de mujeres desplazadas, cuyos productos serán vendidos en las comunidades de los alrededores a través de una red de tiendas ya establecida, pero además proporcionar un entorno seguro y acogedor en el que las mujeres desplazadas puedan socializar y recuperarse de los efectos del terremoto. Para Olga Jean Polynice, coordinadora local de la iniciativa, "no se trata solamente de darles a estas mujeres la oportunidad de ganar un poco de dinero. Entre la población originaria y las desplazadas se va cosiendo una comunidad que sostiene y ayuda a sobrellevar el trauma y las pérdidas".
Marie-Justine Romelus tiene 24 años. Huyendo de la destrucción de su hogar en Puerto Príncipe encontró refugio en casa de unos parientes de Fonds-Verrettes. No sabía coser y atrapó al vuelo la oportunidad que le ofrecía la cooperativa. Su nueva vecina Sonia Chery, otra desplazada de la capital, también participa. "Era una costurera experta y ahora puede volver a ejercer su oficio", explica Marie-Justine. "Además nos va a enseñar a coser y a ganarnos la vida."
El proyecto de costura es complementario de la distribución de mantas, jabón, linternas, utensilios de cocina, recipientes para el agua y otros artículos de primera necesidad que el ACNUR ha organizado en las comunidades locales con la colaboración de las autoridades municipales y regionales en favor de más de 20.000 familias desplazadas y anfitrionas de la frontera meridional de Haití.
"Mientras la atención se concentraba principalmente en llevar ayuda de emergencia y salvar vidas en Puerto Príncipe, en el interior los recursos se iban agotando", recuerda Gonzalo Vargas Llosa, responsable de un equipo del ACNUR. "Si no se ayudaba a las comunidades rurales a hacer frente a las decenas de miles de refugiados, muchos de ellos iban a volver a la capital, y la situación de los campamentos y los asentamientos, especialmente para las mujeres y los niños, se agravaría".
Dependiendo de la ayuda proporcionada por los donantes, el ACNUR piensa realizar en las provincias un programa de proyectos en beneficio de los desplazados por el terremoto y las comunidades anfitrionas mucho más ambicioso.
Por Rosalie Fournier en Fonds-Verrettes, Haití