Hungría: carteles publicitarios del ACNUR reconocen las contribuciones de los refugiados

BUDAPEST, Hungría, 19 de junio de 2015 (ACNUR/UNHCR) – Con motivo del Día Mundial del Refugiado, celebrado el 20 de junio, la Oficina Regional de ACNUR en Budapest preparó una colección de carteles publicitarios mostrando ejemplos de personas refugiadas que se han integrado con éxito en la sociedad húngara.

Uno de los carteles de ACNUR presenta a Zeeshan, un joven paquistaní que juega en el entusiasta, si bien poco conocido, equipo nacional húngaro de críquet. "Deseo jugar bien para este país", asegura el propio Zeeshan.

Otro cartel muestra a Sophie, originaria de Togo, quien trabaja en una escuela infantil. "Los niños tienen confianza, no prejuicios", dice la leyenda al pie.

"La campaña demuestra claramente que historias humanas trágicas pueden acabar bien, tanto para los refugiados, como para el país anfitrión", comenta Montserrat Feixas Vihé, Representante Regional de ACNUR para Europa Central. "Nuestra campaña muestra que la integración puede resultar beneficiosa para todos".

Muchos húngaros disfrutan del diálogo entre ambas colecciones de carteles publicitarios, los cuales han generado animadas discusiones en los medios sociales. Uno de los refugiados representados en los carteles del ACNUR, publicitado en las estaciones de tren subterráneo de Budapest durante un mes y en otras partes del país durante la mayor parte del año, informa que se ha convertido en casi un personaje. Afirma que los húngaros le han estado parando en la calle para felicitarlo y desearle todo lo mejor.

Lanzada el martes tras meses de planificación, la campaña de ACNUR sigue de cerca a la controvertida campaña nacional de carteles publicitarios del Gobierno húngaro, la cual apunta a aconsejar a los migrantes a acatar la ley y prevenir que los mismos tomen los trabajos de los húngaros. Forma parte de lo que los funcionarios del estado denominan "consulta nacional sobre la inmigración y el terrorismo".

ACNUR ha expresado fuerte preocupación sobre los esfuerzos del gobierno húngaro por representar a los refugiados como una amenaza para el país. El gobierno húngaro anunció durante la semana pasada planes para erigir un muro a lo largo de la frontera sur, previniendo de este modo la entrada de refugiados y migrantes desde Serbia.

"Sentimos una profunda preocupación con respecto a este muro, el cual constituirá un obstáculo más para aquellas personas que huyen de zonas en conflicto como Siria, Afganistán e Irak y que necesitan urgentemente seguridad y protección", agregó Montserrat Feixas Vihé. "Esta situación puede llegar a conducir a más personas a embarcarse en travesías aún más peligrosas y poner a los refugiados en manos de redes de tráfico de seres humanos".

En lo que va del año, más de 23.000 personas provenientes de Siria, Afganistán e Irak (tres países asolados por la guerra y la inestabilidad) han solicitado asilo en Hungría.

El mismo día en que el Gobierno húngaro anunciara el propuesto muro, el Papa Francisco pidió respeto para los migrantes y sugirió que "las personas y las instituciones" que les cierran las puertas deberían pedir perdón a Dios.

El Papa realizó este llamamiento al final de su audiencia general semanal llevada a cabo el miércoles pasado. "Los invito a todos a pedir perdón a las personas e instituciones que cierran las puertas a la gente que busca una familia, que busca protección", comentó improvisadamente.