La falta de fondos pone en peligro las operaciones en Malí

GINEBRA, 15 de junio (ACNUR) – La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados advirtió el viernes de que la falta de fondos está poniendo en peligro los esfuerzos que realiza el ACNUR para ayudar a más de 300.000 refugiados de Malí desarraigados por el conflicto y la inseguridad en el norte del país. "Hasta el momento solo hemos recibido un 13% de los 153,7 millones de dólares que se necesitan para ayudar a los desesperados malienses que se han visto obligados a desplazarse dentro y fuera de su país", explica Andrej Mahecic, portavoz del ACNUR, a los periodistas en Ginebra.

El llamamiento responde a las informaciones que nos llegan según las cuales más personas están huyendo de la inestabilidad y los combates en Malí. Solo en las cuatro últimas semanas unos 20.000 refugiados malienses han llegado a Burkina Faso, el Níger y Mauritania, y siguen llegando más. Por ejemplo, Mauritania recibe actualmente un promedio de 460 personas diarias que huyen de los continuos enfrentamientos en Malí.

"Nuestros esfuerzos se centran en ofrecer ayuda a la supervivencia a más de 170.000 refugiados de Malí en los tres países, pero, debido a la falta de fondos, incluso el suministro de la asistencia más básica, como el agua, el saneamiento, el alojamiento y la educación primaria, no alcanza las normas humanitarias mínimas", subraya Mahecic.

El agua en la árida región de Sahel es especialmente escasa y la mayoría de los refugiados no recibe el suministro mínimo de emergencia, establecido en 10 litros por persona y día. La norma humanitaria habitual por persona es de 20 litros de agua diarios. El ACNUR y sus asociados han transportado agua en camiones a los campamentos de refugiados situados en lugares remotos, si bien esta es una operación costosa debido a los elevados precios del combustible y a la necesidad de recorrer grandes distancias por carreteras en mal estado.

"Asimismo, hemos perforado pozos, pero, a consecuencia de los años de sequía que ha padecido la región del Sahel, algunos se secan a los tres meses", dice Mahecic. "Nuestra solución es perforar nuevos pozos para obtener mayores cantidades de agua, pero para ello se necesitan equipos pesados y costosos y actualmente no podemos permitírnoslo. Y además es necesario mantenerlos en buen estado", añade.

El ACNUR también necesita fondos para construir más letrinas. La norma humanitaria es una letrina para 20 personas, pero en la mayoría de los campamentos no se cumple este objetivo y los refugiados se enfrentan a un creciente riesgo de enfermedades y epidemias debido a las desastrosas condiciones sanitarias. Estos riesgos se agravarán en breve cuando comience la estación lluviosa.

Mientras tanto, en el sector de la educación, los fondos de los que disponemos actualmente solo nos permiten escolarizar a uno de cada cuatro niños malienses de los campamentos de refugiados.

La crisis de Malí se inició a mediados del mes de enero, tras el estallido de la rebelión armada de los Tuareg. Desde abril, el movimiento separatista se ha hecho con el control del norte del país con la ayuda de grupos militantes. Según las previsiones del ACNUR, más refugiados malienses buscarán seguridad en los países vecinos. Con nuestro llamamiento revisado de 153,7 millones de dólares pretendemos ayudar a unos 440.000 refugiados y desplazados internos de Malí hasta finales de año.

Gracias a la voluntaria de UNV Online Luisa Merchán por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.