La Fundación IKEA financia proyectos de educación para ayudar a jóvenes somalíes refugiados
La Fundación IKEA financia proyectos de educación para ayudar a jóvenes somalíes refugiados
CAMPO DE KOBE, Etiopía, 3 de diciembre (ACNUR) – Bonkay puede parecer un poco mayor para ir a la escuela pero, al igual que sus compañeros, esta madre refugiada de 23 años no pudo obtener una educación adecuada en su pueblo natal, en Bay, en la región central de Somalia.
Ahora ella y otros jóvenes están poniendo al día su educación en un campo de refugiados etíope gracias al Paquete Educativo para Jóvenes (YEP por sus siglas en inglés), un programa apoyado por ACNUR, implementado por el Consejo Noruego para los Refugiados y financiado por la Fundación IKEA. Está dirigido a los refugiados somalíes y a los etíopes locales con edades comprendidas entre los 15 y los 24 años que tienen poca o ninguna educación. Inicialmente se centra en enseñar las asignaturas de literatura y matemáticas, a las que sigue después una formación profesional. El objetivo es enseñar a la gente nuevas habilidades y ayudarles a ser autosuficientes.
Bonkay es analfabeta y nunca antes ha estudiado. En julio de 2011, la combinación de inseguridad general y la peor sequía de la última mitad de siglo la obligaron a ella y a su marido a abandonar la aldea en la que vivía con sus dos hijos. "Éramos granjeros y teníamos ganado, pero éste murió por la sequía y nosotros también estábamos en peligro de perder a nuestros dos hijos" explica.
Caminaron durante nueve días hasta Dollo Ado, al sudeste de Etiopía, uniéndose así a decenas de miles de personas que ahora viven en el que es el segundo complejo de refugiados más grande del mundo después de Dadaab, en Kenia. Los cinco campamentos de Dollo Ado, entre ellos el de Kobe, donde vive Bonkay, acogen a más de 170.000 refugiados, la mayoría de Somalia.
Después de llegar al campo de Kobe, Bonkay y su marido pasaron tiempo asentándose antes de comenzar a pensar en el futuro y en cómo aprovechar mejor su tiempo. Su marido no pudo encontrar trabajo y la familia era completamente dependiente de la asistencia de ACNUR, sus socios y el gobierno.
Pero Bonkay no se conformaba con sentarse y depender de otros, quería "estudiar y trabajar para sostenerme a mí misma y a mis hijos". Entonces, como explicó recientemente a Per Heggenes, el Director Ejecutivo de la Fundación IKEA, oyó hablar del programa YEP, que sólo está en marcha en Kobe.
Se apuntó al curso de literatura básica y a matemáticas, y después al de aprendizaje de habilidades vocacionales, y le confesó a Heggense que quería "ser cocinera y abrir mi propio restaurante". Aprenderá técnicas de cocina una vez haya finalizado los cursos de literatura y matemáticas.
Los diversos cursos de YEP, todos ellos gratuitos, se programan una vez al año y se motiva a los estudiantes a poner en práctica lo que han aprendido y crear sus propios negocios, con ayuda del Consejo Noruego para los Refugiados.
Unos 400 estudiantes, la mitad de ellos mujeres, están formando parte del programa, estudiando en un edificio provisional mientras el Consejo Noruego para los Refugiados construye otro mejor. Unos 280 son refugiados y el resto vienen de comunidades locales, mientras los profesores son reclutados localmente.
Moses Okello, Representante de ACNUR en Etiopía, dio la bienvenida al programa y al apoyo de la Fundación IKEA. "Cuando los refugiados llegaron aquí en 2011, estábamos centrados en actividades de emergencia para salvar vidas" afirma, al tiempo que añade que "ahora somos capaces de centrar nuestra atención en consolidar lo conseguido ofreciendo a los refugiados una oportunidad para estudiar y adquirir habilidades que eventualmente se llevarán con ellos a casa".
Hegennes se hace eco de su entusiasmo y asegura que aquellos que trabajan en este programa en Dollo Ado habían "abrazado el concepto de innovación y eficiencia" y estaban " persiguiendo creativamente oportunidades para mejorar los servicios para refugiados de formas nunca vistas hasta entonces".
La iniciativa de YEP es parte de un acuerdo de tres años entre la Agencia de la ONU para los Refugiados y la Fundación IKEA para apoyar a los refugiados y a las comunidades de acogida en la región de Dollo Ado. El objetivo general es reducir la dependencia de la ayuda y promover la autosuficiencia en esta árida y aislada región.
Esto incluye ayudar a la comunidad de acogida que ha dado la bienvenida a gente tan vulnerable. Durante su visita, Heggenes entregó surtidores de agua a los granjeros locales y visitó 120 refugios transitorios construidos para ellos por ACNUR y el Consejo Noruego para los Refugiados con la financiación de la Fundación IKEA.
La población local tendrá acceso a toda la infraestructura construida por el programa, incluyendo las instalaciones sanitarias, escuelas, sistemas de agua y sistemas de energía solar.
Otros aspectos importantes para el programa de la Fundación IKEA-ACNUR incluyen un proyecto piloto de investigación de refugios y el desarrollo de formas alternativas de disposición de un campo de refugiados. Otro proyecto en marcha es la construcción de un nuevo centro de salud en Kobe en el que se podrán hacer cirugías menores, tratar casos de emergencia y a mujeres embarazadas. Estas últimas tienen que viajar actualmente unas tres horas por una carreteras en mal estado para recibir cuidados especializados.
Mientras tanto Bonkay está recuperando de nuevo la esperanza. "Nadie podrá quitarme estos conocimientos, no desaparecerán como lo hizo mi granja y mi ganado", dice mientras juega con su hijo de dos años durante un descanso de las clases.