Los refugiados chadianos dejan el que ha sido su hogar durante décadas en RCA
Los refugiados chadianos dejan el que ha sido su hogar durante décadas en RCA
BANGUI, República Centroafricana, 03 de febrero de 2014 (ACNUR) – Adidja*, de cuarenta años de edad, recientemente ha huido de la República Centroafricana (RCA), su hogar desde hace décadas, con el corazón oprimido y una terrible sensación de pérdida.
"Tengo la sensación de que estoy dejando una parte de mí atrás. Al mismo tiempo, sé que nunca volveré a este país", le contó a ACNUR el mes pasado cuando ella, su marido enfermo y 10 de sus hijos se presentaron en la oficina de la Agencia en Bangui para coger un autobús en dirección al aeropuerto y volar de regreso a Chad, más de 30 años después de que su familia huyera del conflicto ahí. El último brote de violencia en la RCA en diciembre entre grupos armados rivales ha sido demasiado.
Adidja y su familia se encontraban entre el grupo de 201 refugiados de Chad, en su mayoría procedentes de la capital, N'Djamena, y de Am-Timan, en el sur, que fueron repatriados voluntariamente el 19 de enero bajo un programa lanzado días antes por ACNUR y la Organización Internacional para las Migraciones. Otros asustados refugiados procedentes de Costa de Marfil, República Democrática del Congo, República del Congo, Sudán y Sudán del Sur también se han registrado para ser repatriados y unos 400 congoleños regresarán a casa en barco a través del río Oubangui a finales de esta semana.
En la oficina de ACNUR, Adidja se exaltó. Aparte del trauma del desplazamiento y la preocupación por el futuro, estaba desesperadamente preocupada por su hijo de 15 años de edad, Karim. "Un día salió para encontrarse con su tío en la mezquita pero nunca regresó", explica ella, temiendo lo peor.
El conflicto en la República Centroafricana ha dejado a más de 900.000 personas desplazadas en el país y se estima que 86.000 han huido a países vecinos. Las raíces del actual conflicto entre comunidades son complicadas y, en las últimas semanas, la situación se ha visto agravada por la violencia de grupos e individuos, así como por el bandidaje.
Para Adidja, el 5 de diciembre será el día en que su vida se vino abajo, "el día en que la RCA pasó de ser nuestro hogar, a ser nuestro lecho de muerte". Se refería específicamente a los ataques de represalia por parte de las dos comunidades principales, que habían convivido mucho tiempo en armonía, pero que finalmente se han visto envueltas en una violencia fuera de control. Convencida de que su hijo había muerto, Adidja afirmó que "fue asesinado a causa de su religión".
Gran parte de la reciente violencia perpetrada por miembros del grupo rebelde seleka, predominantemente musulmán, y la milicia cristiana "Anti-Balaka" se han dirigido a gente de las dos confesiones. Los líderes religiosos han hecho convocatorias conjuntas a la gente para poner fin a la violencia.
Estos acontecimientos han llegado por sorpresa para refugiados como Adidja que se habían integrado plenamente en la vida de la República Centroafricana después de vivir durante décadas en el país. Adidja vendía frutas y verduras en Bangui pero el que un día fuera un acogedor país de asilo se ha convertido de repente para ella en un lugar lleno de amenazas y peligros.
El conflicto ha dejado a los refugiados en una situación precaria debido a que muchos perciben que los chadianos toman partido por uno u otro bando.
Al deteriorarse la situación, Adidja y muchos otros refugiados asustados expresaron su deseo de volver a su patria. En el marco del programa de repatriación voluntaria, los chadianos serán trasladados a N'Djamena y se les dará una económica en efectivo para ayudarlos a reintegrarse en Chad, un país que algunos nunca han visto.
Aunque Adidja se siente aliviada por llegar a un destino más seguro, dice que echará de menos a los amigos que dejó atrás. Antes de contactar a ACNUR, ella y su familia se habían escondido en la casa de su vecino cristiano con las pertenencias que les quedaban metidas en una sola bolsa porque el resto de sus posesiones fueron saqueadas. Este amigo les llevó a la oficina de ACNUR.
Ante un futuro incierto, Adidja le dijo a ACNUR que quería comenzar una nueva vida en su lugar de origen, Sarh, que es tercera ciudad más grande de Chad. Se encuentra a unos 350 kilómetros al sureste de N'Djamena, cerca de la frontera con la República Centroafricana.
ACNUR está asistiendo y protegiendo a más de 17.850 refugiados en la República Centroafricana, entre ellos 4.000 que viven en Bangui.
* Nombre cambiado por razones de protección
Por Bernard Ntwari en Bangui, República Centroafricana