Los refugiados llegan a Uganda huyendo de los encarnizados combates en el Congo
Los refugiados llegan a Uganda huyendo de los encarnizados combates en el Congo
Con la ayuda de su hijo, Jack Bandinga, con expresión sombría, organiza sus pertenencias en la orilla ugandesa del lago Alberto.
"Hemos visto los cadáveres de los nuestros en el suelo", dice. "Han matado a las personas a machetazos. Estos son los hechos que hemos presenciado".
Jack ha tenido la suerte de escapar de la violencia en Toregesi, en la provincia de Ituri, al nordeste de la República Democrática del Congo, donde se encuentra su hogar. Después de permanecer ocultos en los matorrales durante dos días, él, su esposa y sus cuatro hijos lograron cruzar el lago en un barco de pesca y llegar a la orilla ugandesa, tras cinco horas de peligrosa travesía.
La pasada semana, más de 22.000 congoleños cruzaron el lago Alberto hasta Uganda en solo tres días, con lo que el número total de personas que han llegado a este país, en lo que va del año, procedentes de la República Democrática del Congo ya asciende a unas 34.000. Los refugiados utilizan pequeñas canoas o barcos de pesca desvencijados y abarrotados, que a menudo transportan a más de 250 personas y tardan hasta 10 horas en la travesía. El ACNUR, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados, ha expresado su pesar por las noticias recibidas sobre cuatro refugiados congoleños que podrían haberse ahogado al naufragar el barco en el que viajaban.
"He visto morir de hambre a muchas personas."
En las orillas del lago Alberto se concentra una multitud de congoleños recién llegados, reuniendo sus pertenencias o esperando para ver si sus familiares o parientes han llegado en los barcos.
Anita Mave, de 24 años, está entre los que esperan a sus familiares pero no está segura de que estén vivos. Cuando se intensificaron los combates se vio apartada de su esposo y sus dos hijos.
"Mi esposo huyó en una dirección y yo en otra", dice. "No sé con seguridad si él y mis hijos perdieron la vida o están vivos".
Anita subió a bordo de un barco y cruzó el lago Alberto con la esperanza de reunirse con ellos en la otra orilla pero no los ha visto ni tampoco tiene noticias de su paradero.
"Allí no hay alimentos; he visto morir de hambre a muchas personas", dice. "Nos limitamos a sobrevivir como animales salvajes".
El recrudecimiento de los combates entre grupos étnicos ha provocado una oleada de desplazamientos a través del lago hacia Uganda. En la pasada semana, más de 1.300 personas cruzaron el lago y llegaron a la aldea ugandesa de Sebagoro, en la que el ACNUR ha establecido un centro de primeros auxilios para atender a los refugiados.
"La situación es desesperada", afirma Andrew Harper, representante de la División de Apoyo y Gestión de Programas del ACNUR. "Escasean el agua, los alimentos, los equipos médicos y el alojamiento".
Explica que los principales objetivos del ACNUR son registrar a los que llegan, reubicarlos en las zonas asignadas a tal fin por el Gobierno de Uganda y construir infraestructuras, como por ejemplo, albergues.
Según se informa, numerosas personas han resultado muertas en los combates y miles de ellas se han desplazado por la región. Se han recibido noticias preocupantes según las cuales aldeas enteras han quedado reducidas a cenizas. La mayoría de los desplazados tienen un acceso limitado a los servicios de asistencia y apenas pueden cubrir sus necesidades básicas, como alimentos, agua y provisiones de socorro.
El ACNUR se encuentra en una situación de alerta extrema en ambas orillas de la frontera y, según ha señalado en una declaración, será necesario redoblar los esfuerzos para garantizar la seguridad y el acceso humanitario.
El ACNUR colabora con el Gobierno de Uganda para facilitar el registro de los refugiados, que es una condición esencial para poder reubicarlos en su centro de recepción de Kagoma, sito en el distrito de Hoima, al oeste de Uganda.
Más de cinco millones de personas se han visto desplazadas por el conflicto en la República Democrática del Congo. Hay unos 4,49 millones de desplazados internos y más de 680.000 han huido a los países vecinos, como Uganda y Burundi.
"La única ayuda que pedimos es que se restablezca la paz en el Congo, nuestro país", dice Jack Bandinga. "Acabamos de llegar a Uganda en busca de seguridad y lo único que necesitamos es un Congo pacífico".
Por Catherine Wachiaya
Gracias a la Voluntaria en Línea Luisa Merchán por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.