Más de un mes después del ciclón Komen, algunos afectados siguen sin hogar
Más de un mes después del ciclón Komen, algunos afectados siguen sin hogar
PONNAGYUN, Myanmar, 21 de septiembre de 2015 (ACNUR) – Tras más de un mes del derrumbe de su casa en el estado de Rakhine, en el oeste de Myanmar, Ma Nge y su hijo de 10 años siguen sin hogar. Los fuertes vientos causados por el ciclón Komen derribaron una palmera cerca de su casa, haciéndola caer directamente sobre la frágil estructura de paja.
Al lado de de lo que queda de su antiguo hogar, ahora un revoltijo de restos de palos de bambú y hojas de palmera, Ma Nge explica a ACNUR que han sido afortunados: "Estábamos dentro de la casa cuando vi cómo el árbol se balanceaba a merced del viento. No me pareció seguro, así que decidimos salir de la casa inmediatamente y buscar refugio en casa de mi cuñada, que vive al lado. Al cabo de tres minutos, el árbol cayó".
Ma Nge y su hijo, que viven en una pequeña aldea perteneciente al municipio de Ponnagyun, a unas 20 millas al nordeste de la capital del estado, Sittwe, son solo dos de las muchas personas que se han visto gravemente afectadas por las severas condiciones meteorológicas que azotaron la región en el mes de julio.
Antes de tocar tierra en Bangladesh el 30 de julio, el ciclón Komen barrió la parte occidental de Myanmar, provocando fuertes vientos y abundantes lluvias por todo el país e incrementando las ya intensas precipitaciones de la estación de las lluvias. Durante los días y semanas siguientes, 12 de los 14 estados y regiones de Myanmar padecieron importantes inundaciones. Los estados de Rakhine y Chin, así como las regiones de Magway y Sagaing fueron declarados "zonas de desastre natural" por el Gobierno de Myanmar.
Según el Comité Nacional de Gestión de Desastres de Myanmar, las tormentas y el aumento del nivel de las aguas forzaron a unos 1,6 millones de personas a dejar sus hogares durante los meses de julio y agosto. Hubo al menos 117 muertos y unos 800.000 acres de tierra de cultivo fueron destruidos, lo que pone en riesgo la seguridad alimentaria del país.
Rakhine y el estado norteño de Kachin albergan a 240.000 personas desplazadas internas, muchas de las cuales resultaron también afectadas por el ciclón. Gracias a su presencia en los dos estados, ACNUR ha podido dar una rápida respuesta a las comunidades afectadas por las inundaciones, ya sean comunidades de personas desplazadas o no. Junto con otras organizaciones socias y coordinándose con las autoridades de Myanmar, ACNUR ha ayudado a evaluar los daños, identificar las necesidades y facilitar asistencia.
Se distribuyeron artículos de socorro urgente – como lonas de plástico, colchones, mosquiteras y utensilios de cocina – a los afectados según sus necesidades. ACNUR también ha liderado la respuesta en tema de protección con las organizaciones socias y el Gobierno; como parte de dicha respuesta, se hizo un llamado a la libertad de movimiento sin restricciones como una medida que puede salvar vidas, en particular para los grupos vulnerables. Ma Nge y su hijo están entre las personas que recibieron asistencia del ACNUR.
"Todo lo que teníamos fue destruido", dice. "Perdimos todo lo que teníamos en la casa". Ma Nge tiene la intención de reconstruir su casa después de la estación de las lluvias, pero reconoce los obstáculos financieros. Su esposo se fue a Tailandia en busca de un empleo hace nueve años. Ella no está segura de lo que su esposo está haciendo en la actualidad. "Creo que no le va muy bien en el trabajo", explica.
Además de sufrir las consecuencias del desplazamiento forzado ocasionado por la violencia intercomunitaria del año 2012, el estado de Rakhine es el segundo más pobre de todo Myanmar. Muchas de las familias afectadas por las inundaciones, especialmente las que están encabezadas por mujeres, ya se encontraban en situación de riesgo con anterioridad. A pesar de ser un estado rico en recursos naturales, las comunidades de todo el estado están afectadas por la pobreza crónica y la falta de desarrollo. La ausencia de infraestructuras y servicios básicos, así como la falta de medios de vida, han empujado a muchas personas a emigrar en busca de trabajo, tanto dentro de Myanmar como al exterior.
"A medida que el énfasis de la respuesta pasa de la ayuda de emergencia a la recuperación y la rehabilitación, se hace necesario atender las necesidades urgentes en todo el estado de Rakhine", dice Giuseppe de Vincentis, Representante del ACNUR en Myanmar. Acabar con los desplazamientos y avanzar en la cohesión social, tanto entre las diferentes comunidades como dentro de cada una de ellas, son algunos de los desafíos actuales.
"Resulta crucial asegurarnos de que la respuesta a las inundaciones sea holística y facilite el desarrollo sostenido y basado en las comunidades del estado de Rakhine en su totalidad, de sur a norte. Y es crucial que se haga ahora".
Por Kasita Rochanakorn, desde Ponnagyun, Myanmar.
Gracias a la Voluntaria en Línea Esperanza Escalona Reyes por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.