Miles de refugiados sirios llegan a Irak, muchos de ellos con necesidades especiales
Miles de refugiados sirios llegan a Irak, muchos de ellos con necesidades especiales
DOHUK, Irak, 30 de septiembre (ACNUR) – Sólo tiene cuatro años pero esta refugiada siria llamada Magi no puede quitarse de la cabeza los sonidos y las imágenes de la guerra que han obligado a su familia a huir de la ciudad asediada de Alepo, en el norte de Siria, y a buscar refugio en el norte de Irak.
"Por las noches no puedo dormir, todavía tengo imágenes de los soldados disparando desde los tejados de los edificios" cuenta entre susurros la niña, traumatizada, en su tienda de campaña de su familia en el campo de refugiados de Domiz, en la gobernación de Dohuk. "Se lanzaban cohetes por todos lados y estábamos muy asustados" añade su madre, Rojin.
"Había cortes de electricidad todo el tiempo en nuestro edificio y los precios aumentaron considerablemente" continúa. "Era imposible comprar pan o aceite, las tiendas siempre estaban cerradas y Magi lloraba porque tenía hambre, así que decidimos huir del país".
Magi y su madre forman parte de los 34.400 refugiados sirios que han llegado a la región del Kurdistán, en Irak, desde que estalló el conflicto en marzo del año pasado. Y siguen llegando a Domiz, a un ritmo de 500 personas cada día.
Muchos de los niños que llegan tienen traumas similares a los de Magi y están luchando para sacar de sus mentes las terribles imágenes que han visto. ACNUR se ha reunido con varios niños que necesitan apoyo profesional y participar en actividades sociales que les ayuden a hacer frente a este nuevo ambiente, tan desconocido y poco familiar para ellos
Este tipo de casos vulnerables preocupan especialmente al ACNUR y al Gobierno de la Región del Kurdistán (KRG por sus siglas en inglés), que trabajan conjuntamente para ofrecer apoyo y asesoramiento a los niños que sufren síntomas postraumáticos tales como pesadillas, ataques de ansiedad y recuerdos dolorosos.
En Domiz ACNUR identifica los casos de niños traumatizados y los deriva a la unidad de salud mental del campo, que es gestionada por el departamento de salud del KRG. En esta unidad los expertos ofrecen asesoramiento psicológico y apoyo a los niños y sus familias, así como un seguimiento de su situación de salud mental.
El número cada vez mayor de sirios que llegan sin recursos económicos y que optan por quedarse en el campo y buscar asistencia, está generando una gran presión sobre los servicios en todos los sectores, incluidos los de agua, cobijo, alimentación y atención médica.
Las nuevas llegadas, incluida la familia de Magi, están viviendo en zonas de tránsito mientras se amplían las infraestructuras del campo para hacer frente al creciente flujo de refugiados. Actualmente el campamento da cobijo a unos 14.500 refugiados. "Es difícil vivir en una tienda de campaña" dice Rojin, añadiendo: "Nunca regresaremos".
Esta madre dice, ansiosa, que espera que la vida en el campo ayude a su hija a "olvidar pronto el trauma de la guerra". Su marido está buscando trabajo en Dohuk.
La región del Kurdistán iraquí sigue recibiendo a refugiados sirios kurdos y facilitando su integración y su libertad de movimiento mediante la emisión de permisos de residencia y ofreciéndoles acceso a los servicios públicos.
A principios de octubre, unos 34.400 refugiados sirios habían sido registrados en la región del Kurdistán, en Irak. La gobernación de Duhok acoge al mayor número, más de 27.000 personas, seguida de Erbil (5.852) y Suleimaniya (1.683).
Por Jerome Seregni en Dohuk, Irak