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Movimientos migratorios mixtos cambian el perfil del asilo en las Américas

Historias

Movimientos migratorios mixtos cambian el perfil del asilo en las Américas

Las amenazas, la persecución, el secuestro, la extorsión, la violencia sexual son algunas de las causas que obligan a las personas a abandonar su país.
9 Noviembre 2010
Familia de refugiados iraquíes en Tapachula, Chiapas, en la frontera sur de México.

CIUDAD DE MÉXICO, México, 9 de noviembre (ACNUR) – Las amenazas, la persecución, el secuestro, la extorsión, la violencia sexual y graves violaciones de los derechos humanos. Estas son algunas de las causas que obligan a las personas a abandonar su país.

Desafortunadamente, cada vez con más frecuencia los solicitantes de asilo y los refugiados tienen que enfrentar o están en riesgo de sufrir estos terribles actos durante su huida, especialmente al cruzar las fronteras. Este escenario retador es lo que la Agencia de la ONU para los Refugiados ha definido como "movimientos migratorios mixtos", donde los refugiados recurren a las mismas rutas y medios que los migrantes, enfrentando también los mismos peligros, y viajan con personas que han decidido abandonar sus países por motivos que no están relacionadas con necesidades de protección internacional.

Mientras esta compleja situación es bien conocida en otras partes del mundo, como en el Mediterráneo o el Golfo de Adén, en el caso de América Latina este fenómeno aún no ha captado la atención del público. Sin embargo, la continua presencia en América del Sur y Central de migrantes y solicitantes de asilo procedentes de Sri Lanka, Congo, Eritrea, Etiopía, Nigeria, Sudán, Nepal, Bangladesh, Pakistán, Irán, India, está haciendo notar a la gente que algo ha cambiado en la región.

Los movimientos migratorios mixtos, los desafíos que plantean y las implicaciones que tienen en las Américas, serán temas discutidos en el Encuentro Internacional sobre Protección de Refugiados, Apátridas y Movimientos Migratorios Mixtos en las Américas, el 11 de noviembre de 2010, en Brasilia (Brasil). Convocado por el Ministerio de Justicia de Brasil, el encuentro reunirá a representantes de 20 países diferentes. Sobre este tema, la reunión será la primera oportunidad para una discusión de seguimiento de la Conferencia Regional sobre la Protección de Refugiados y la Migración Internacional en las Américas: Consideraciones de protección en el contexto de la migración mixta, de noviembre de 2009.

El encuentro de Brasilia también lanzará las conmemoraciones del 60.º aniversario del ACNUR en las Américas y será un debate preparatorio de la reunión a nivel ministerial de los Estados Partes en la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 y su Protocolo de 1967, así como de la Convención para Reducir los Casos de Apatridia de 1961, que se llevará a cabo en Ginebra, Suiza, los días 7 y 8 de diciembre de 2011.

Según estimaciones del ACNUR, en 2010 entre el 5 y el 40% del total de las solicitudes de asilo presentadas en varios países de América Latina serán sometidas por nacionales de Asia y África, una tendencia muy diferente de la del siglo pasado, cuando los países de América Latina recibían básicamente a refugiados de los Estados vecinos.

Este es el caso de Yakpaoro, un refugiado guineano en México que dijo que después de haber logrado salir de su país, su siguiente objetivo fue encontrar un país donde el ACNUR tuviera una oficina. Él conocía el ACNUR desde el tiempo en que la agencia brindaba asistencia a los refugiados liberianos en Guinea. El primer país al que llegó fue Cuba, uno de los países de las Américas que no exige visado. Luego se fue para Guatemala, donde preguntó a las autoridades migratorias donde podía encontrar una oficina del ACNUR, pero fue informado que la agencia no tenía presencia en el país.

Después de pasar un par de días vagando por las calles de la Ciudad de Guatemala, supo de otros extranjeros que hablaban francés que el ACNUR tenía oficinas en México y decidió cruzar la frontera. Al llegar a la ciudad fronteriza de Tapachula, en México, fue detenido en un centro para migrantes, donde vio un afiche en francés sobre el procedimiento para solicitar asilo, colocado por el ACNUR y la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR). Después de esperar 100 días en el centro de detención, finalmente fue reconocido como refugiado.

La presencia de los llamados migrantes y refugiados extracontinentales es otra clara prueba de la diversificación de las rutas migratorias, así como de la extensión de las redes de traficantes de personas en las Américas. Pero estos migrantes y refugiados no están solos. Desafortunadamente con ellos también se encuentran muchos colombianos y un gran número de solicitantes de asilo de América Central que huyen de la violencia relacionada con pandillas.

Muchas de las personas que necesitan protección internacional no saben que tienen el derecho de solicitar asilo y que pueden ejercer ese derecho en casi todos los países de América Latina que atraviesan al tratar de llegar a Estados Unidos o Canadá. En la mayoría de los casos estas personas ponen sus vidas en las manos de los traficantes sin conocer ni las rutas ni los lugares por los que pasan.

Como Mónica, una refugiada colombiana que dejó su ciudad natal después de haber sido secuestrada y torturada por uno de los grupos armados ilegales activos en el país. Ella se fue a Costa Rica, donde encontró otros connacionales que iban hacia el norte, en busca de más oportunidades para reanudar sus vidas. El traficante que iba a ayudarla a cruzar la frontera con México, la retuvo en Guatemala, destruyó su pasaporte y la obligó a trabajar en un prostíbulo. Con la ayuda de un cliente Mónica logró escapar de esta red de trata de seres humanos, salió de Guatemala y entró a México, junto con otros inmigrantes indocumentados. Después de vivir por un tiempo en un Estado del sur de México, conoció a un oficial de inmigración que le dijo que podía solicitar el reconocimiento de la condición de refugiada.

"Los desafíos de protección en la región son grandes. En primer lugar, es crucial que las autoridades, en particular los funcionarios de migración, sean capaces de identificar a los solicitantes de asilo y refugiados presentes en los movimientos migratorios masivos. Después, hay que apoyar los esfuerzos del Gobierno para proteger y responder a las necesidades especiales de grupos vulnerables, como los menores no acompañados, o las mujeres víctimas de trata de personas", dijo Fernando Protti Alvarado, representante del ACNUR en México.

El ACNUR trabaja con socios de la sociedad civil que también juegan un papel decisivo en la identificación de los solicitantes de la condición de refugiado, en remitirlos a los procedimientos de asilo, en brindar asesoría legal gratuita, además de atender necesidades básicas como la vivienda o la alimentación. La oficina del ACNUR en México también colabora con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y los medios de comunicación para promover los derechos de los refugiados, prevenir la discriminación y dar a conocer a este difícil entorno.

Mariana Echandi, en la Ciudad de México