Mujeres refugiadas y migrantes de México representan en escena sus memorias
Mujeres refugiadas y migrantes de México representan en escena sus memorias
CIUDAD DE MÉXICO, México, 7 de marzo de 2013 (ACNUR) – Cinco mujeres refugiadas y migrantes son las protagonistas de "(Las distancias no hicieron nada). Todo está aquí", proyecto escénico de los colectivos Memoria Migrante y A Contrapelo, bajo la dirección de Melina Alzogaray Vanella, que se está presentando en distintas ciudades en México.
El proyecto surgió originalmente como parte de los procesos de historia oral y arte ambulante del colectivo Memoria Migrante, que busca reconstruir historias en comunidad a partir del relato de las personas. "Nosotros somos historiadores y artistas y a partir de reconstruir esos relatos orales, mediante talleres de historia oral, buscamos generar espacios de reflexión y discusión en torno a la identidad y la memoria", señala la directora.
A través de Casa Refugiados, un programa de ACNUR en México, el colectivo Memoria Migrante contactó al grupo de mujeres migrantes y refugiadas "Monarcas". Con ellas, el colectivo trabajó un taller de historia oral para reconstruir sus experiencias durante sus procesos migratorios. A partir de la documentación de sus historias de vida, hicieron primero una instalación artística donde integraron sus testimonios, sus objetos personales, sus relatos. En un segundo momento, decidieron hacer una obra de teatro. "La memoria, si existe en algún lugar es en el cuerpo y el trabajo escénico es trabajar con el cuerpo. El arte es una herramienta muy poderosa para generar una reflexión profunda que genere una transformación. Dijimos 'vamos a hacer lo que ellas quieran' y ellas fueron la brújula de todo. Son cinco mujeres que no son actrices y que están en un escenario poniendo su cuerpo para contar quiénes son y cómo llegaron a ser quien son", recuerda Melina Alzorgaray.
El proyecto escénico recibió una beca del Programa de Fomento a Proyectos y Coinversiones Culturales del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA-CONACULTA). Con esta beca se financia el trabajo de la puesta en escena y el salario que las propias mujeres refugiadas y migrantes reciben por su actuación.
Para las protagonistas de la obra, el proyecto les ha ayudado a trabajar con sus recuerdos y sublimar sus experiencias. La señora María, de origen hondureño y quien vivió muchos años durante el régimen militar en Guatemala afirma que tuvo que realizar muchos ejercicios de respiración para sacar la voz. "Yo aprendí siempre a hablar muy bajito, para pasar desapercibidos. Y creo que fue por eso que sobrevivimos mis hijas y yo, que es lo más maravilloso tenerlas. Porque sí fue muy dura la escala en Guatemala, principalmente la pérdida de mi marido. Por poco me enloquezco y tenía que demostrarles a ellas que yo estaba muy bien. Entonces lloraba en el trabajo, pero cuando llegaba a la casa estaba entera, porque tenía que darles fuerza a mis hijas".
La experiencia en el teatro ha sido muy enriquecedora para las cinco mujeres. "Todo esto me ha servido porque mis amigos me decían que yo siempre traía la cara triste por tanto dolor que yo traía, desde que me mataron a mi hijo. Y con estos ejercicios, relajarme, me ha servido mucho. Me he sentido feliz de participar. De niña siempre me gustó recitar poesía, cantar. Y aquí me siento feliz", afirma Eva, ex refugiada salvadoreña.
A pesar de las terribles experiencias que forzaron a estas mujeres al exilio, la obra busca superar esa parte y ser una obra alegre, donde las mujeres tienen un espacio que les de voz a las mujeres y les reconozca su dignidad.
"Todo está aquí" comenzó sus presentaciones en febrero en el Centro Cultural Helénico y en CAFEMIN en la Ciudad de México, y posteriormente iniciarán una gira con presentaciones en San Luis Potosí y Monterrey.
Por Mariana Echandi, en la Ciudad de México