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No arriesguen sus vidas, dice Grandi a los refugiados eritreos

Historias

No arriesguen sus vidas, dice Grandi a los refugiados eritreos

Grandi recalcó la necesidad de mejorar las condiciones de los refugiados en los campamentos y ampliar los programas para encontrar vías legales para salir de Etiopía.
2 Febrero 2016 Disponible también en:
Filippo Grandi, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, visita el Programa de Medios de Vida del Consejo Noruego para los Refugiados en el campamento de refugiados de Hitsats (Etiopía).

SHIRE, Etiopía, 2 de febrero de 2016 (ACNUR) – En un encuentro con eritreos huidos a Etiopía, Filippo Grandi, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, dijo que mejorar las condiciones de los refugiados en los campamentos y ampliar los programas para encontrar vías legales para salir de Etiopía eran dos factores clave para reducir el número de personas que emprenden peligrosos viajes hacia la seguridad.

Después de sirios, afganos e iraquíes, los eritreos constituyeron el cuarto grupo más numeroso de refugiados que trataron de cruzar el Mediterráneo en 2015 para llegar a Europa. En su primera visita a África como Alto Comisionado, Grandi visitó el campamento de Hitsats, uno de los cuatro que acogen a eritreos en las tierras altas del norte de Etiopía.

Los refugiados contaron a Grandi que su población mayoritariamente joven no caería en las redes de tratantes y traficantes de personas si, después de haber huido de sus hogares, encontraran otras razones para quedarse en los asentamientos de refugiados en Etiopía más allá de la mera seguridad. Sus prioridades son la educación y las promesas de una vida productiva en otro lugar.

Su experiencia es la misma que la de otros millones de personas que huyen de conflictos y persecuciones y se encuentran en un primer momento protegidos en lugares en los que la falta de oportunidades les empuja a marcharse de nuevo en busca de un futuro.

Durante su visita a Hitsats, Grandi dijo: "Vamos a hacer todo lo posible para crear oportunidades aquí, así como mejorar las oportunidades de los reasentamientos y facilitar otras vías legales de migración para que los refugiados no se expongan al peligro.

He tomado buena nota de lo que me han contado y pueden tener la seguridad de que haré todo lo que esté en mi mano para llamar la atención sobre su situación y movilizar así más recursos y mejorar las condiciones de vida en los campamentos".

Etiopía acoge a 734.000 refugiados en su mayoría sursudaneses, somalíes y eritreos: más que ningún otro país de África. Unos 155.000 son eritreos y muchos cuentan que huyeron de sus hogares por miedo.

Hagos* tiene 26 años y llegó a Hitsats en 2014; cuenta que lo obligaron a servir en el ejército eritreo durante siete años, mucho más de lo que dura el servicio militar al que creyó que se estaba comprometiendo en un principio.

"No me habría opuesto a cumplir con el servicio militar obligatorio si el gobierno hubiera respetado el plazo límite de dieciocho meses", comenta. Pero en vez de eso no lo dejaron marchar y le pagaban una miseria. "Por si todo esto no fuera bastante injusticia, los comandantes vulneraban nuestros derechos a diario: por eso decidí escapar".

Hagos nos contó que se escondía de día y caminaba al abrigo de la oscuridad durante los 10 días que tardó en llegar a Etiopía. En Hitsats ha encontrado seguridad, pero nos contó que la vida seguía teniendo desafíos. "Antes de incorporarme al ejército había terminado la educación secundaria y aquí no hay oportunidades para que pueda proseguir mis estudios", nos comentó, e hizo un llamamiento para que mejoren las oportunidades para seguir estudiando o recibir una formación profesional en el campamento.

No es el único que pide la posibilidad de continuar con su educación. De los casi 38.000 refugiados que viven en los cuatro campamentos cercanos a la ciudad de Shire, tres cuartas partes tienen menos de 25 años y muchos son niños y adolescentes.

Kidan*, una chica de 16 años, nos describe cómo huyó sola de Eritrea en 2014, pero pasados solo unos meses en Etiopía decidió buscar un traficante (aquí los llaman "pilotos") que la llevara a Europa.

"Estaba frustrada por las dificultades de la vida en Hitsats, así que me puse en contacto con un piloto y caminé muchos días y noches hasta llegar a la frontera de Sudán, muerta de hambre y de sed".

Tras haber atravesado su país hasta llegar a las inmediaciones de la frontera con Sudán, las fuerzas de seguridad de Eritrea la encontraron y la tuvieron retenida varios días. Aunque terminaron por ponerla en libertad, hicieron que su madre firmara una garantía de que pagaría la cantidad de 90.000 nafka (equivalente a varios miles de dólares) en caso de que su hija huyera de nuevo.

No obstante, la vida en casa era tan difícil que Kidan volvió a emprender el viaje hacia Etiopía; su madre y sus hermanos la siguieron poco después por miedo a que las autoridades los encontraran, les reclamaran el dinero y los encarcelaran con probabilidad ante la imposibilidad de pagar.

Estudios recientes en los seis campamentos de refugiados que albergan a eritreos en Etiopía concluyeron que 82.000 personas no se encontraban ya allí y estaban en paradero desconocido. Se estima que sean pocos los que hayan tratado de volver voluntariamente a Eritrea. Puede que algunos estén en otras zonas de Etiopía, mientras que es posible que el resto haya pasado a engrosar las listas de personas que tratan de llegar a Europa. ACNUR colabora con la agencia para los refugiados del Gobierno eritreo, la Administración de Refugiados y Retornados (ARRA, por sus siglas en inglés), para localizar a estas personas.

Durante la visita se explicó a Grandi que mejores escuelas, más oportunidades de formación profesional y la promesa de un reasentamiento evitarían que estos refugiados y otros como Kidan y Hagos emprendieran estos peligrosos viajes. Grandi estuvo acompañado por Ayalew Aweke, subdirector de ARRA, por Valentin Tapsoba, Director de la Oficina de ACNUR en África, y por Clementine Nkweta-Salami, Representante de ACNUR en Etiopía.

La visita de Grandi a Etiopía ha sido su primera visita a África desde que asumiera el cargo de Alto Comisionado a comienzos de 2016. Antes de visitar los campamentos había asistido a la XXVI Cumbre de la Unión Africana en la capital Adís Abeba, donde se reunió con el Primer Ministro etíope Hailemariam Desalegn, a quien agradeció la continua bienvenida de su país a las personas que huyen de situaciones difíciles en la región.

"A pesar de sus desafíos actuales relacionados con las severas sequías que afectan a algunas partes del país, Etiopía sigue manteniendo una política de puertas abiertas y hoy acoge a la mayor población de refugiados de toda África", dijo Grandi.

Por Kisut Gebre Egziabher en Shire, Etiopía

* Los nombres son ficticios por razones de seguridad y protección.

Gracias al Voluntario en Línea Jaime Guitart Vilches por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.