Nuevos desplazamientos forzosos en el norte de Irak
Nuevos desplazamientos forzosos en el norte de Irak
ERBIL, Irak, 30 de junio de 2014 (ACNUR) – Durante el pasado fin de semana, las aulas de la escuela de primaria y secundaria de Hekma, en la ciudad de Erbil, en el norte de Irak, parecían dormitorios colectivos: los colchones se alineaban a lo largo de las paredes con los enseres personales dispuestos ordenadamente junto a ellos.
Unos 700 desplazados iraquíes hicieron de Hekma su hogar temporal. ACNUR y otras agencias de cooperación les proporcionaron ayuda de emergencia y los habitantes de Erbil, en el Kurdistán iraquí, también se acercaron para ayudar.
En la madrugada del pasado viernes, ACNUR y decenas de voluntarios trabajaron en equipo para proporcionar 2 500 colchones y edredones y 500 cajas con productos higiénicos como jabón, dentífrico y cepillos de dientes a esta última oleada de desplazados internos iraquíes. Habían huido de la aldea de Qaraqosh, muy cerca de la segunda mayor ciudad iraquí, Mosul, el miércoles por la noche. Explicaban que habían estallado combates entre fuerzas peshmergas kurdas y combatientes antigubernamentales en las proximidades.
En total, se enviaron 550 colchones y edredones a la escuela de Hekma. Pero además se estima que otros 4 000 desplazados internos se refugiaron en otras escuelas, iglesias, centros comunitarios y casas de familiares. Niños de tan sólo 10 años ayudaban a descargar camiones y a acarrear el material de emergencia hasta la escuela, donde se distribuía entre las familias.
Entre ellos estaban Behnam, su esposa Nadia y sus cinco hijos, que habían huido de su casa en Qaraqosh la noche anterior. "Hace demasiado calor aquí", se quejaba Nadia mientras secaba el sudor de la frente de su hija Marianna, de 2 años. "Tenemos que compartir todos los baños y no hay duchas", añadía.
Al menos pudieron dormir en colchones y con edredones para todos. Otra organización humanitaria se encargó de proporcionar comida caliente en forma de pollo, arroz y verdura el viernes por la mañana. "Queremos volver a casa aunque haya cortes de luz y de agua", decía Behnam.
Pero otros tenían dudas sobre su retorno, no solo por motivos de seguridad, sino también por el desalentador futuro que les esperaba. El oficial de policía Bassam contaba que llevaba un mes sin cobrar. "Nadie esperaba esto", explicaba. "Con dos niños y una niña, ¿qué voy a hacer ahora?"
Es la pregunta que se hacen cada vez más desplazados internos. Desde enero, su número ha superado el millón en todo Irak. Hubo una primera huida de medio millón de personas de la gobernación de Ambar, en el centro de Irak, y, en las últimas dos semanas, los combates obligaron a medio millón más a salir de Ninewa y otras provincias del norte.
Para algunos, no era la primera vez que huían de los combates. Una madre explicaba que es de Bagdad pero se trasladó a Qaraqosh porque se sentía insegura en su casa de la capital iraquí. El personal de protección de ACNUR asegura que está aumentando el número de iraquíes que han tenido que huir varias veces.
"Es un fenómeno que desgraciadamente estamos viendo cada vez más y trabajamos para conocer su magnitud", explicaba Gemma Woods, de ACNUR. "Hay familias que huyeron de los combates en el centro de Irak hace casi una década, se establecieron en otros lugares y ahora se encuentran con que tienen que huir de nuevo para estar seguros", añadía.
Por el momento, las cosas parecen mejorar para los miles de desplazados que dejaron Qaraqosh la semana pasada. El domingo por la mañana, seis autobuses fueron a la escuela Hekma para llevar de vuelta a casa a los desplazados. Los dirigentes locales les hicieron saber que podían regresar a Qaraqosh porque los combates habían terminado y sus casas estaban intactas. Por la tarde, casi todos los refugiados procedentes de esa localidad habían regresado.
Entretanto, ACNUR recibía informes de otro desplazamiento importante, en este caso desde Tikrit (a medio camino entre Mosul y Bagdad), donde militares y grupos insurgentes se enfrentan desde hace dos semanas.
Por Ned Colt en Erbil, Irak.
Gracias a la Voluntaria en Línea Eva Milla Grisaleña por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.