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Para una peluquera desplazada siria, la posibilidad de volver a empezar

Historias

Para una peluquera desplazada siria, la posibilidad de volver a empezar

Un programa de subsidios para pequeños negocios organizado por el ACNUR en Siria ayuda a los desplazados internos a empezar activades para la generación de ingresos.
23 Marzo 2016 Disponible también en:
La peluquera palestina-siria Momena se ocupa de un cliente en su pequeño salón en Damasco.

DAMASCO, Siria, 23 de marzo de 2016 (ACNUR) – "Pensé que esto sería el fin para mí y mi familia. La mitad de cuarto que se nos ofrecieron en el albergue se parecía a una pequeña tumba"."

Con estas pocas palabras, la peluquera palestina-siria Momena describe el momento cuando ella, su marido y sus tres hijos tocaron el fondo, en su llegada a un albergue colectivo en Damasco, después de haberlo perdido todo a raíz de la guerra.

Desplazada cinco veces en cinco años, la familia, originaria de la zona rural de Damasco, había gastado todos sus ahorros de vida y se había encontrado sin dinero y sin casa. Pero determinada a no ceder a la desesperación, Momena pidió ayuda.

Un amigo de ella había mencionado un programa ofrecido por Al Nada, una asociación sin fines de lucro basada en Damasco y socia del ACNUR, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados, para proporcionar subsidios de hasta 1.500 dólares para pequeños negocios.

"En un momento en que nadie hubiera levantado un dedo para ayudarnos, encontré a alguien dispuesto a darme un subsidio tan generoso y me ayudó a empezar mi propio negocio", dijo Momena. "¡No me lo podía creer al principio, y tampoco me lo podía creer después de que empezó!"

Después de establecer su plan de negocios con el personal de la asociación, el capital inicial que le proporcionaron le permitió establecer un pequeño salón en Damasco. Ella ahora tiene un sillón de peluquero, un mostrador para disponer sus rulos y productos para el cabello, y hay también una televisión para sus clientes.

Después de varios meses de trabajo, Momena ya se ha puesto de pie. Económicamente independiente gracias al ingreso de su pequeño negocio, ella ha alquilado un apartamento para su familia fuera del albergue colectivo donde vivieron durante más de dos años y que sentía como una tumba. "Descubrir que hay gente allá afuera que es propensa a ayudar es lo que verdaderamente me dio la fuerza seguir adelante", dijo Momena. "Ahora soy optimista para un mejor futuro para mis niños".

Más de 6,6 millones de personas se han visto forzadas a desplazarse dentro de Siria desde que los combates estallaron en marzo de 2011. Muchos de ellos, como Momena y su familia, afrontan dificultades económicas extremas. Pero mientras dure esta frágil tregua y con algo de ayuda para volver a empezar, también hay un poco de esperanza.

El programa de subsidios para pequeños negocios del ACNUR ofreció una segunda posibilidad a 290 personas desplazadas internamente en Siria el año pasado, permitiéndoles abrir pequeños negocios que van desde peluquerías, como la de Momena, a abastecedoras y talleres de reparación de vehículos.

Este año, mientras el quinto aniversario del conflicto en Siria coincide con una tregua en los combates, el ACNUR tiene por objetivo ampliar el alcance de este programa de ayuda para llegar a beneficiar a unas 400 personas.

"El programa de subsidios para pequeños negocios juega un papel irreemplazable, aumentando la autosuficiencia de los que perdieron todo lo que tenían", dijo Marie Therese Chakbazof, oficial de servicios comunitarios del ACNUR en Siria, notando que casi tres millones de sirios han perdido sus empleos durante la crisis.

"También tiene por objetivo mejorar su nivel de vida, desarrollando sus competencias y mejorando su capacidad de generar ingresos", añadió.

Los subsidios, y los cambios positivos que han ocasionado, son también recibidos con gratitud por el marido de Momena, Abu Mohiyideen.

"Vivimos durante dos años y medio en el albergue, pero a mí me parecieron 30 años. Mi familia pasó por momentos difíciles y yo no pude hacer nada", dijo Abu Mohiyideen, que está enfermo y no puede trabajar. "Estoy muy agradecido por lo que tenemos ahora". Para ver un video sobre los otros beneficiarios del programa, por favor pulse aquí.

Por Shaza Shekfeh en Damasco, Siria.

Gracias a la Voluntaria en Línea Amelie Trimoulet por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.