Programa de educación superior del ACNUR ayuda a los refugiados en Siria a continuar sus estudios

DAMASCO, Siria, 22 de diciembre de 2014 (ACNUR) – La excelencia en la escuela secundaria no es una tarea fácil para los adolescentes. Pero para Fátima, una estudiante refugiada iraquí de 18 años que actualmente reside en Siria, ha sido mucho más difícil que para la mayoría.

En medio de la escalada de la crisis, Fátima estudió durante 12 horas todos los días, de 6 de la mañana a 6 de la tarde, tratando de sortear los apagones de electricidad. Su duro trabajo dio sus frutos cuando consiguió un 94,5 por ciento en el examen de su escuela pública de secundaria – la segunda nota más alta de todos los estudiantes refugiados en Siria. "Mientras estudiaba, la única luz que podía dar por garantizada era la del sol todos los días", recuerda.

La madre de Fátima, Sulafa, temía que su hija estuviera al borde de una crisis nerviosa. "La presión era enorme, especialmente durante los días antes del examen", apunta. "Pero reunió el valor para asistir a los exámenes, hizo un gran trabajo y estamos muy orgullosos de ella".

Ahora, con la ayuda del programa de educación superior del ACNUR, Fátima ha encontrado la manera de estudiar medicina en la Universidad de Damasco. Su deseo es que un día pueda usar sus habilidades para ayudar a sus compañeros iraquíes a vivir una vida mejor. "Si no fuera por la beca del ACNUR, yo nunca habría sido capaz de estudiar en la universidad", explica.

La beca de Fátima también significa que no se verá obligada a matricularse a distancia en una universidad iraquí, a diferencia de sus hermanos, los cuales deben hacer un peligroso viaje dos veces al año para presentarse a los exámenes.

El programa de educación superior para estudiantes refugiados en Siria ha ayudado a cientos de estudiantes refugiados a ir a la universidad desde que fue concebido en 1999. Inicialmente fue financiado por el Gobierno alemán como parte del Programa Académico Alemán para Refugiados Albert Einstein del ACNUR, o DAFI en sus siglas en inglés, y ahora es financiado por Bélgica e Italia con el mismo modelo de becas.

Rima Debsi, asistente de programa del ACNUR, explica que este programa ha ayudado a cambiar la vida de los jóvenes refugiados y ha abierto nuevas oportunidades de trabajo para ellos. "Esto les permite ayudar económicamente a sus familias y reconstruir un futuro que se han creado ellos mismos con su duro trabajo, persistencia y determinación", dice.

Fátima, mientras tanto, espera algún día no muy lejano poder volver a casa y vivir en paz, armonía y prosperidad. Por ahora se centra en la reconstrucción de ese futuro más brillante para ella y, esperemos, para todos.

Por Firas Al-Khateeb en Damasco, Siria.

Gracias al Voluntario en Línea Oriol Esteve i Crespo por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.