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Refugiados en Armenia acceden a las nuevas tecnologías para encontrar trabajo

Historias

Refugiados en Armenia acceden a las nuevas tecnologías para encontrar trabajo

A UNHCR-funded computer training course is opening doors to better job opportunities for refugees in Armenia, like 23-year-old Ramella. [for translation]
7 Abril 2011 Disponible también en:
Una de las graduadas en el Programa de Acceso de la Comunidad a las Nuevas Tecnologías recibe un certificado.

EREVÁN, Armenia, 7 de abril (ACNUR) – Se convirtió en refugiada cuando apenas estaba empezando a andar. Más de 20 años más tarde, Ramella Naltakyan está enseñando a otros jóvenes refugiados vulnerables cómo integrarse en Armenia.

Después de participar en un programa que cuenta con el apoyo de ACNUR y que proporciona acceso a las nuevas tecnologías a los refugiados y a la población local necesitada, Ramella ha encontrado un empleo, se ha convertido en un ejemplo para su comunidad y ha hecho nuevos amigos y contactos.

La vida está por fin mejorando para esta joven de etnia armenia nacida en Bakú, la capital de Azerbaiyán. Siendo apenas una niña, su familia se unió a las 360.000 personas de etnia armenia que huyeron del conflicto de Nagorno-Karabaj de 1988-1992 y que solicitaron asilo en Armenia.

"Nos mudamos a Armenia cuando yo era demasiado pequeña para poder acordarme nada", señaló." Mis padres me han hablado de las penurias que sufrieron. Nos instalamos en una casa que se caía a pedazos en una comunidad de refugiados pobres. No había ni trabajo ni muchas posibilidades de poder alcanzar una vida mejor. Poco a poco mis padres adecentaron la casa y hemos estado viviendo aquí desde entonces."

Su hogar es el pueblo Kasakh en Kotayk Marz, una provincia en el centro de Armenia. Ramella se crió en un barrio junto con otros refugiados y con la población local, y desarrolló fuertes lazos de amistad con ambos grupos. Ahora, a sus 23 años, ha recibido la nacionalidad armenia, al igual que muchos de los refugiados de Azerbaiyán e Irak que han recibido asistencia de ACNUR.

En los últimos 18 años, la Agencia de la ONU para los Refugiados ha puesto en marcha una amplia gama de programas para ayudar a proporcionar una vivienda digna, servicios de salud, educación, generación de ingresos y de subsistencia y otras iniciativas de autosuficiencia a largo plazo para estos refugiados que viven en Armenia.

En 2010, la Agencia llevó a Armenia su proyecto de acceso a las nuevas tecnologías, con el fin de facilitar la integración local de los refugiados, incrementando su nivel de formación y las oportunidades de empleo. Los refugiados dicen que la iniciativa "Acceso Comunitario a la Tecnología" (CTA, por sus siglas en inglés), es muy útil, ya que mejora sus conocimientos de informática – quizás la habilidad más demandada a la hora de buscar empleo en la sociedad actual. ACNUR está actualmente apoyando programas de CTA en 13 países.

El pasado octubre, Ramella asistió durante un mes a estas clases, pese a que ya se había graduado en un curso de programación informática en una universidad privada de Ereván, la capital armenia.

"Mi universidad nunca me proporcionó los conocimientos que ofrece el programa CTA" dijo, señalando que su educación fue prácticamente teórica y que prefería la metodología y la atmósfera del curso apoyado por ACNUR. "Los conocimientos prácticos que adquirí en tan sólo un mes me han sido muy útiles. Me he hecho amiga de los ordenadores ", exclamó Ramella, y agregó:"Todo el mundo en el barrio estaba entusiasmado con la formación".

El curso, que se centra en ofrecer los conocimientos básicos relacionadas con Windows y Office, ha graduado a 45 personas hasta ahora, entre las que se incluyen 30 refugiados y 15 ciudadanos locales. Tres de los refugiados, todas ellas mujeres, han sido contratados por la administración de la localidad, una como contable, otra como tesorera y la tercera en calidad de experta.

Ramella también recibió una oferta de trabajo – incluso antes de graduarse – para dar clases de informática básica a niños en una escuela de una aldea vecina. Ella estaba encantada, y aceptó el trabajo inmediatamente.

"Mamá, estoy orgullosa de haber logrado algo en esta vida", dijo compartiendo su alegría con su madre. "Ahora creo en un futuro mejor y estoy feliz de vivir en Armenia. Estoy agradecida a la comunidad que me crió, a ACNUR por hacer realidad mis sueños. He encontrado un trabajo", añadió.

"Debemos recordar que los refugiados son capaces – si se le proporciona formación en idiomas, desarrollo de sus habilidades y oportunidades laborales – de ser responsables de sí mismos y realizar una contribución económica, social y cultural a su sociedad de acogida ," señaló Damtew Dessalegne, Representante de ACNUR en Armenia.

Por Anahit Hayrapetyan en Ereván, Armenia