Sudán del Sur: ACNUR teme el efecto de la inseguridad en la frontera sobre los refugiados
Sudán del Sur: ACNUR teme el efecto de la inseguridad en la frontera sobre los refugiados
JUBA, Sudán del Sur, 27 de marzo (ACNUR) – La agencia de las Naciones Unidas para los refugiados manifestó ayer su preocupación por los continuos enfrentamientos en la zona fronteriza del lago Jau. Las hostilidades comprometen la seguridad de los refugiados sudaneses que viven en el emplazamiento de Yida.
"Nuestra preocupación ha aumentado tras los choques del lunes pasado entre los ejércitos de Sudán y Sudán del Sur en el lago Jau y otras zonas fronterizas", explicó a los periodistas en Ginebra Melissa Fleming, portavoz de ACNUR.
Fleming añadió que ACNUR estaba valorando con los líderes de los refugiados en Yida "la necesidad urgente de trasladarse para evitar más víctimas civiles a una población que ya ha sufrido fuertes traumas".
En colaboración con diferentes socios ACNUR proporciona asistencia básica a más de 16.000 refugiados que se instalaron en Yida para huir de la violencia que asolaba los montes Nuba. Además de apoyar a las familias vulnerables, en febrero ha llevado a cabo un registro completo de la población, una estadística sobre nutrición y una campaña de vacunación antisarampión entre los niños refugiados.
El Programa Mundial de Alimentos distribuye las raciones estándar y supervisa el funcionamiento de la cadena alimentaria. Médecins Sans Frontières y CARE se encargan de los servicios de salud, y Samaritan's Purse y el Comité Internacional de la Cruz Roja y la Medialuna Roja de los servicios sanitarios y el agua potable.
"ACNUR considera que a la larga el emplazamiento de Yida no puede ser seguro debido a la cercanía de una frontera muy inestable", insistió Fleming, "las autoridades centrales y locales de Sudán del Sur también están instando a los líderes locales a trasladarse".
Por su parte los líderes de los refugiados alegan que prefieren no alejarse de los hogares abandonados en los montes Nuba Mountains y que además están acostumbrados al paisaje de Yida. Pero las amenazas para la seguridad son reales.
"No podemos ignorar el hecho de que Yida se encuentra cerca de una zona altamente militarizada en la que los bombardeos y los enfrentamientos son moneda corriente. Cuando en noviembre del año pasado el propio campo de Yida fue objeto de un ataque aéreo y los refugiados tuvieron que huir hacia la selva. En diciembre el fuego de artillería rozó los lindes del campo. Nuevas olas de violencia podrían cobrarse víctimas entre los refugiados", añadió.
Hasta el momento unos 2.300 refugiados han abandonado Yida para ingresar en localidades del sur más seguras del sur como Nyeel y Pariang. ACNUR proporciona a estos refugiados techo, comida, agua, servicios sanitarios y de salud. Reconociendo que los niños tienen necesidades de seguridad e instrucción particulares, los líderes de los refugiados han autorizado su traslado. En Pariang se han registrado unos 1.500 estudiantes secundarios, acompañados por profesores y monitores también refugiados. A las escuelas primarias de Nyeel asisten unos 450 niños, entre refugiados y locales. Las autoridades locales han cedido terrenos para cultivar y las familias refugiadas han recibido también semillas y útiles de labranza.
Mientras tanto, en el Alto Nilo (Sudán), donde no cesa el flujo de entrada de refugiados, los redesplazamientos son normales. Unos 86.000 refugiados sudaneses que habían sido víctimas de ataques en el estado de Nilo Azul se han instalado en los campos estructurados de Doro y Jammam. ACNUR desarrolla misiones de monitoreo y coordina con las autoridades locales la identificación y el traslado de los recién llegados, quienes en los emplazamientos reciben asistencia humanitaria.
En total en Sudán del Sur reciben asilo más de 105.000 refugiados de los estados sudaneses de Kordofan meridional y Nilo Azul. Otros 30.000 refugiados de Nilo Azul han salido hacia Etiopía.