Un año después del tifón Haiyán, miles de personas siguen reconstruyendo sus vidas
Un año después del tifón Haiyán, miles de personas siguen reconstruyendo sus vidas
TANAUAN, Filipinas, 7 de noviembre de 2014 (ACNUR) – Un año después del tifón Haiyán, miles de personas siguen reconstruyendo sus vidas.
Mañana (8 de noviembre) hará un año que el tifón Haiyán – uno de los ciclones tropicales más fuertes jamás registrado – azotara el centro de Filipinas, causando gran devastación y matando al menos a 6.300 personas. Un año después, el trabajo de recuperación todavía continúa. Si bien la mayor parte de los 4,1 millones de personas que quedaron desplazadas han podido regresar a sus hogares para reconstruirlos, o han sido reubicadas, aún es necesario encontrar soluciones para unas 20.000 personas que viven en refugios o, en un reducido número de casos, con familias de acogida.
En colaboración con el Gobierno de Filipinas, ACNUR ha ofrecido ayuda durante el último año a más de 700.000 de los supervivientes del tifón más vulnerables, proporcionando materiales de emergencia como tiendas de campaña, lonas plásticas, mantas, productos de higiene, bidones, utensilios de cocina y linternas solares. La ayuda también ha llegado desde el sector privado: el dueño de una franquicia de Singapur de la empresa de muebles IKEA donó colchones para hospitales, la empresa japonesa UNIQLO proporcionó ropa, mientras que la firma sueca Husqvarna donó motosierras para poder retirar los árboles que habían caído y bloqueaban los caminos, árboles que más tarde fueron aprovechados para reconstruir las casas.
En la primera fase de los esfuerzos de recuperación, ACNUR inició un proyecto de registro civil móvil con el objetivo de rehacer los registros civiles perdidos y emitir documentación legal, aspecto de gran importancia para que las personas puedan acceder a los beneficios estatales. Hasta el momento se han emitido unos 80.000 documentos, entre los que se incluyen partidas de nacimiento, matrimonio y certificados de defunción. UNICEF retomará el proyecto y ampliará su cobertura en los próximos meses.
El enfoque actual de ACNUR se concentra en la situación de las 20.000 personas que aún viven en 56 campamentos de desplazados en las zonas afectadas por el tifón. Una reciente evaluación de la situación de protección reveló que las personas afectadas todavía necesitan asistencia para vivienda, acceso a agua potable y saneamiento, higiene, así como cuestiones relacionadas con tierras y propiedades.
En Tacloban, Samar Oriental y otras áreas, las autoridades locales han proporcionado refugios temporales y han explicado a los habitantes que tendrán que permanecer allí durante dos años mientras se siguen buscando soluciones de reubicación permanente. Estos esfuerzos se están viendo complicados por la falta de servicios adecuados para hacer la reubicación sostenible.
ACNUR y sus socios han estado supervisando la situación de las familias en los asentamientos para desplazados que aún quedan. A su vez, ACNUR ha estado trabajando para reforzar la capacidad del gobierno, con el objeto de asegurar que se proporcionan los servicios básicos y que se respetan los derechos de las personas desplazadas, incluido su derecho al retorno voluntario o A la reubicación.
En las zonas que sufrieron el primer impacto del tifón Haiyan, ACNUR ha transferido ya su trabajo al gobierno, las autoridades locales, las ONG y las organizaciones de desarrollo.
Al mismo tiempo, ACNUR continúa haciendo hincapié en la necesidad urgente de que Filipinas adopte una legislación que proteja los derechos de las personas desplazadas internas, siendo uno de los países del mundo más expuestos a los desastres naturales. Dicho proyecto de ley también proporcionaría un marco legislativo muy necesario, que permitiría a las autoridades estatales proteger y asistir a las personas desplazadas como consecuencia del conflicto en el sur de Filipinas, que se prolonga ya por varias décadas.
La aprobación de esta legislación resultaría muy oportuna en un contexto en el que se están dando pasos cruciales hacia la consecución de una paz sostenible en el sur de Filipinas. Estos pasos podrían allanar el camino para que millones de ciudadanos puedan reconstruir sus vidas mediante la integración local, el retorno voluntario o la reubicación en otras zonas de Mindanao.