Un hogar en Francia para el futuro de los niños no acompañados
Un hogar en Francia para el futuro de los niños no acompañados
En un día nublado, Ibrahim, de Darfur (Sudán) trabaja en el huerto de la ciudad de Saint-Omer, en el norte de Francia, junto con otros ocho adolescentes.
Tienen entre 14 y 17 años y la suerte de haber sido acogidos en el Centro Saint-Omer para Jóvenes Refugiados, dirigido por la ONG francesa Terre d'Asile.
Un total de entre cuatro y cinco niños viven en este centro al norte de Francia que ofrece alojamiento y protección a los menores no acompañados y que han pasado por la experiencia de vivir en "la Jungla", nombre por el que se conoce el campamento improvisado en Calais, a 45 kilómetros de distancia. En el Centro Saint-Omar, los menores vuelven a ser niños y a disfrutar de la seguridad que no les ofrecía "la Jungla", donde estaban expuestos a sufrir violencia y agresiones, durmiendo a la intemperie en refugios improvisados. Muchos de ellos ya se han enfrentado a los peligros de las inseguras rutas de tránsito que pasan por varios países de Europa.
Una de las actividades más populares del centro es la jardinería. Los propios niños plantan y cultivan desde lechuga, tomates y calabacín, hasta tomillo, albahaca y moras.
Germaine Tetou, trabajadora social en Saint-Omer, les enseña los nombres de los vegetales y las herramientas de jardinería en francés. Los niños ríen entre ellos al pronunciar el idioma galo.
"Francia tiene la obligación de proteger a los menores no acompañados que están viviendo en la Jungla, en Calais"
Tetou, que llegó a Francia desde Benin como refugiada, nos cuenta cómo los niños aprenden rápido en el centro: "Cada día doy gracias por este trabajo. Entiendo por lo que tienen que pasar".
"Francia tiene la obligación de proteger a los menores no acompañados que se ven obligados a vivir en Calais, en un lugar conocido como 'la Jungla'", dice Ralf Gruenert, representante del ACNUR (la Agencia de la ONU para los Refugiados) en Francia.
"En primer lugar, debemos ofrecer soluciones adecuadas con respecto a vivienda y asistencia médica, legal y social, pero también establecer un sistema de reunificación familiar rápido y efectivo para los niños no acompañados cuyas familias se encuentran en otros países europeos, incluyendo el Reino Unido, siempre que eso responda al interés superior del niño".
Las actividades del centro incluyen clases de francés, matemáticas, música, arte, educación física, sesiones de cine y jardinería. También cuentan con una biblioteca.
Después de la comida, Manal (16) de Sudán, mira las fotos de los castillos del sur de Francia. "Es bonito, ¿no crees?", pregunta. Manal quiere saber dónde se encuentran esos lugares para ir a visitarlos algún día.
Algunos de los niños van a la sesión de cine que tienen en el centro. "Los Cazafantasmas" y "Start Trek: Sin Límites" se encuentran entre sus películas favoritas. Después de ver la película, juegan al fútbol en el parque. Se sienten seguros en el centro, donde vuelven a disfrutar de su edad de nuevo.
Jamal, de 17 años, también vive en el centro de Saint-Omer. Llegó a Calais solo, después de tener que abandonar su hogar en Ghazni, en Afganistán. Sueña con ser ingeniero electrónico y comenta que se encuentra bien en Saint-Omer: "Aquí no hay peleas como en Calais. Además, me gustan todas las actividades que hacemos pero aprender francés es mi favorita".
"Aprender francés es mi actividad favorita"
Las plazas para alojar a menores en los centros están limitadas. La mayoría de los niños no acompañados que viven en Calais no tienen las mismas oportunidades que Jamal e Ibrahim.
"Cada día recibimos más peticiones de niños que quieren estar aquí pero tenemos que rechazarlas porque nuestro aforo está completo", dice Jean-Francois Roger, director del centro. "Vamos a crear más espacio para que los niños puedan vivir en un ambiente seguro".
Cerca de 850 menores están viviendo en la Jungla de Calais, según datos de las ONG.
Como medida de emergencia, 215 menores son alojados en campamentos de recepción provisionales, como es el caso del Centre d'Accueil Provisoire, conocido por las siglas CAP, y en el Centro Jules Ferry para mujeres y niños, dirigido por la organización La Vie Active. En estos momentos, ambos lugares están completos y no hay más cupos, mientras los otros niños se ven obligados a vivir en refugios improvisados en "la Jungla".
En lo que llevamos de año, el 28% de los 300.000 refugiados que han llegado a Europa son menores de edad, muchos de ellos viajando solos. El 15% de las personas que llegan a Italia son menores no acompañados.
Más de la mitad del total de la población refugiada, que a finales de 2015 era de 21.3 millones de personas, es constituido por niños, y el número de menores no acompañados que se ven obligados a desplazarse está aumentando dramáticamente.
Solamente en 2015, aproximadamente 100.000 solicitudes de asilo fueron presentadas por niños no acompañados o separados en 78 países diferentes. El número más alto desde que el ACNUR empezó a registrar este tipo de información, en 2006.
La tensión en Calais ha aumentado en las últimas semanas, cuando manifestantes franceses han bloqueado las vías de acceso al Eurotúnel y los ferris de Calais pidiendo la clausura "la Jungla".
Mientras tanto, los niños no acompañados como Jamal, Ibrahim y Manal siguen necesitando con urgencia un alojamiento adecuado para superar el próximo invierno.
*Nombres cambiados por motivos de protección.
Por Céline Schmitt, en Saint-Omer, Francia.
Gracias a la Voluntaria Manuela Ramos Cacciatore por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.