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Un tercio de los refugiados en Polonia podrían estar en la indigencia

Historias

Un tercio de los refugiados en Polonia podrían estar en la indigencia

Un tercio de los refugiados en Polonia podrían llegar a ser personas sin techo obligadas a dormir en albergues, edificios vacíos, estaciones de tren o en autobuses nocturnos.
20 Febrero 2012 Disponible también en:
Zeynab huyó a Polonia desde Chechenia en 2004. Ella y su hijo han estado en la indigencia durante cuatro años. Un tercio de los refugiados en Polonia podrían estar en la misma situación, y muchos más en riesgo de indigencia.

VARSOVIA, Polonia, 20 de febrero (ACNUR) – Un tercio de los refugiados que han conseguido el asilo en Polonia podrían llegar a ser personas sin techo obligadas a dormir en albergues, edificios vacíos, estaciones de tren o en autobuses nocturnos.

Zeynab* y su hijo de unos 20 años Akhmad son dos de estas personas que actualmente se enfrentan a este problema identificado en Polonia en el estudio piloto "Refugiados sin Hogar", que ha sido dirigido por el Instituto de Asuntos Públicos y financiado por ACNUR.

Sin hogar durante la mayor parte de los últimos tres años, Zeynab y su hijo han pasado las noches en autobuses, en una mezquita local, en hostales baratos o en casas de otras personas. Recientemente se han alojado en el piso de un amigo que está fuera de la ciudad, pero no saben a donde irán cuando regrese su dueño. Llegaron a Polonia en 2004 después de que sus familiares más cercanos murieran durante la guerra en Chechenia, dejándoles con pocos familiares. Obtuvieron el asilo (la protección subsidiaria) dos años después.

"Sólo nos tenemos el uno al otro" dijo Zeynab entre lágrimas cuando un trabajador social les sugirió que se separaran para tener más posibilidades de encontrar un hogar. Pero esta madre viuda nunca podrá aceptar esta solución. En Polonia hay cientos de refugiados en una situación similar a la de Zeynab y Akhmad: un tercio de los refugiados en el país podrían estar en la indigencia según el citado estudio.

El caso de Zeynab y su hijo ilustra uno de los principales hallazgos del estudio. Ellos vivieron en un centro de refugiados mientras se estudiaban sus solicitudes de asilo y durante el programa de integración posterior que duró un año. El problema vino cuando el programa, con su ayuda para la vivienda y sus beneficios sociales finalizó. Se esperaba que pudieran mantenerse por sí mismos, pero han estado como transeúntes sin techo desde entonces.

"El mayor riesgo de indigencia surge cuando el programa de intregación termina" afirma Kinga Wysienska, co-autor del estudio, una de cuyas conclusiones es que el programa de integración no cumple con su cometido. "En un año los refugiados no pueden aprender polaco o adquirir las competencias profesionales y socio culturales necesarias para trabajar y ser independientes socialmente" afirmó Wysienska. Zeynab y Akhmad sobreviven gracias a los trabajos esporádicos y mal pagados que él encuentra. Con lo que gana pueden comprar comida, pero no les llega para alquilar un piso. "¡Mira!" dice Zeynab señalando sus pies. "¡El último sueldo nos permitió comprar zapatos de invierno!" dice ella sonriendo tímidamente.

Normalmente Zeynab está muy cansada, a menudo se pierde en sus pensamientos y sus frases se entrecortan. Es muy probable que sufra Estrés Postraumático severo como consecuencia de las experiencias vividas durante la guerra en Chechenia, pero no recibe ayuda de profesionales en este sentido. "Zeynab es extremadamente vulnerable" asegura Isabela Majewska, una trabajadora social de Acción Humanitaria Polaca que ha estado en contacto con ella desde que llegó a Polonia.

El estudio "Refugiados sin Hogar" descubrió también que las madres solteras con niños pequeños se enfrentan a un mayor riesgo de indigencia.

Dagman, que llegó a Polonia procedente de Chechenia con su marido y sus tres hijos el mismo año que Zeynab, se vio obligada a huir de una relación de violencia doméstica, y también estuvo en la indigencia hasta que hace poco recibió un piso de protección. "Todo el mundo en el centro de acogida a refugiados lo sabía" dijo acerca de los abusos y palizas de su marido, que habían empezado años antes. "Pero nadie hizo nada". Sólo cuando su marido golpeó a su hija adolescente y la dejó inconsciente Dagman decidió escapar. Una decisión extremadamente peligrosa, ya que sabía que él las perseguiría. "Siguió llamando, preguntando dónde estábamos y amenazando con quemarme viva. No sé cómo sobreviví pero lo hice" dice Dagman.

Mientras hablaba de cómo sus hijos sufrieron maltrato, Dagman lloraba, pero se mantuvo firme cuando habló de su propio sufrimiento. Ha pasado años desplazándose con sus hijos de un centro de intervención a otro cada vez que pasaban los seis meses de límite de permanencia en ellos.

Pero el milagro ocurrió cuando se le concedió un piso de protección, uno de los cinco que asigna anualmente el Consejo de la Ciudad de Varsovia para familias refugiadas. Ahora tienen un espacio seguro de 50 metros cuadrados. "Todavía no me lo creo. Sigo pensando que algo horrible nos pasará pronto. Ha sido demasiado bueno durante demasiado tiempo" dice Dagman. Todos sus hijos van a la escuela y ella trabaja a tiempo parcial como asistenta para complementar lo que recibe como pensión alimenticia por parte del gobierno. Pueden pagar el alquiler y sobrevivir, pero poco más. Y ella todavía vive con el temor de que un día, cuando su ex marido, encarcelado por no pagarles la pensión, salga de la cárcel.

Aunque no hay estadísticas oficiales de refugiados sin hogar en Polonia, este estudio piloto ha llegado a la conclusión de que todos los refugiados están en riesgo de exclusión de vivienda bien porque carecen de un salario suficiente para pagar el alquiler o los depósitos o porque se enfrentan a la discriminación de los propietarios, como muchos han vivido.

El estudio también descubrió que el problema de los refugiados sin techo es un problema a largo plazo que a menudo dura años. Dagman y sus hijos son de los pocos afortunados. Zeynab y Akhmad todavía esperan tener un techo propio.

Por Magda Qandil en Varsovia, Polonia