Vacío de financiamiento amenaza con más miseria a los sirios en necesidad

BEIRUT, Líbano, 23 de abril de 2018 (ACNUR) – Cientos de miles de empobrecidas familias refugiadas sirias en el Medio Oriente corren riesgo de perder su principal ingreso económico a partir de este verano, a menos que se encuentren recursos adicionales para cubrir un vacío de 270 millones de dólares, parte de un vacío mayor de 4,1 mil millones de dólares, en el plan de respuesta liberado por la ONU para los refugiados sirios en 2018.

Los siete años de conflicto sirio continúan alimentando la mayor crisis de refugiados del mundo, con más de 5,6 millones de personas obligadas a un exilio prolongado en los países vecinos. Cada año, las familias caen en una mayor penuria, con una gran cantidad de refugiados viviendo ahora bajo de la línea de la pobreza y sin poder satisfacer sus necesidades básicas en Jordania y Líbano.

El ACNUR, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados, actualmente proporciona asistencia monetaria muy necesaria a las familias más vulnerables, principalmente en Jordania y el Líbano, para ayudarlas a cubrir el costo de alojamiento, calefacción, atención médica y otros artículos esenciales. Pero los fondos actuales para el ACNUR y otros programas de asistencia en efectivo de las Naciones Unidas se agotarán a partir de mayo, por lo que casi un millón de personas se enfrentan a la pérdida de esta asistencia vital.

"La asistencia en efectivo me permite pagar el transporte escolar de mis hijos".

La advertencia se produce antes de una importante conferencia de donantes de la UE y la ONU en Bruselas los días 24 y 25 de abril, con el objetivo de garantizar nuevos compromisos de financiación para apoyar a los sirios y los principales países de acogida de refugiados. Los requisitos totales para 2018 se fijan en 5,6 mil millones de dólares, pero a partir de finales de marzo el llamamiento liderado por la ONU recibió solamente un 27 por ciento de los fondos, dejando un déficit de 4,1 mil millones de dólares.

La asistencia en efectivo es un elemento clave en la respuesta del ACNUR a la crisis. Al permitir a los refugiados priorizar el gasto en sus necesidades más apremiantes, ofrece una mayor dignidad y libertad de elección a la vez que proporciona un impulso a las economías locales en áreas que soportan la carga de acoger a un gran número de refugiados.

El uso que el ACNUR hace de los sistemas biométricos y de detección de vulnerabilidades de vanguardia garantiza que la asistencia en efectivo se entregue de forma segura a las personas que más la necesitan, de la manera más rentable.

Manar, una mujer de 29 años y madre de tres hijos de Homs que ahora vive en Baabdat, una ciudad en la cordillera del monte Líbano que domina la capital, Beirut, llegó al país en 2013 después de ocho meses de desplazamiento dentro de Siria. Su esposo murió en un accidente automovilístico en 2015, dejándola sola y luchando por cuidar a sus hijos.

Ella intenta asegurar algunos ingresos a través de mano de obra no calificada para ayudar a cubrir el alquiler y las cuentas. Manar dice que desde que comenzó a recibir 175 dólares al mes en asistencia, le ha ayudado a proporcionar lo que espera sea la base para el futuro de sus hijos.

"Sus vulnerabilidades están aumentando y apenas estamos manteniendo el nivel de asistencia".

"La asistencia en efectivo me permite pagar el transporte escolar de mis hijos", explicó. "Siempre les digo que no podré dejarles una herencia después de la muerte de su padre. Pero puedo asegurarles una educación y, a través de la educación, pueden obtener lo que quieran”.

"Los refugiados como yo tenemos diferentes necesidades y diferentes formas de gasto", agregó. "A veces sus hijos se enferman y necesitan llevarlos al médico. Cuando les das el efectivo, les estás dando la libertad de tener el dinero cuando más lo necesitan”.

Incluso antes de la actual crisis financiera, la representante del ACNUR en Líbano, Mireille Girard, dijo que el hecho de que los recursos disponibles no hubieran podido seguir el ritmo de la pobreza cada vez más profunda entre los refugiados significaba que muchos sirios necesitados ya se estaban quedándose atrás.

"El problema que tenemos es que deberíamos ayudar al 76 por ciento de la población, pero estamos ayudando solo a una porción del 58 por ciento por debajo de la línea de pobreza extrema", dijo. "En este momento, sus vulnerabilidades están aumentando y apenas estamos manteniendo el nivel de asistencia que teníamos el año anterior".