Un programa de vivienda ayudará a los bosnios a encontrar un hogar dos décadas después de la guerra
Un programa de vivienda ayudará a los bosnios a encontrar un hogar dos décadas después de la guerra
USTIKOLINA, Bosnia y Herzegovina, 2 de diciembre de 2014 (ACNUR) – En 1992, Zenid Guta era tan solo un adolescente cuando, a causa de la guerra, tuvo que huir de Ustikolina, una aldea remota enclavada en el valle del Drina, en la zona oriental de Bosnia y Herzegovina.
Cuando Zenid, que ahora tiene 41 años, regresó tras el fin de la guerra a su aldea destruida, intentó reconstruir su vida. Se casó con una mujer del lugar, Adila, de 33 años, y construyó para ella y su hijo Eldin un refugio improvisado con materiales de las ruinas de Ustikolina, con la esperanza de mudarse a otro lugar cuando la situación mejorase.
Hoy, tras años de espera y preocupación, parece que se acercan días mejores.
El Programa Regional de Vivienda – financiado por la Unión Europea y que cuenta con el apoyo de ACNUR y otras organizaciones internacionales y donantes – tiene previsto canalizar millones de euros hacia los Balcanes con miras a proporcionar vivienda a decenas de miles de personas que tuvieron que desplazarse durante los conflictos ocurridos en la década de 1990. Muchas de ellas, como la familia Guta, perdieron sus hogares.
Para la comunidad internacional, este programa es un intento ambicioso de luchar contra la herencia de desplazamientos forzosos que todavía asola a Bosnia y Herzegovina, Croacia, Montenegro y Serbia y poner fin, de una vez por todas, a ese trágico episodio de la historia europea. Sin embargo, para la familia Guta, la puesta en marcha de ese programa en Bosnia y Herzegovina es algo más que un punto final. Para ellos, esta iniciativa podría aportarles un nuevo hogar y la oportunidad de empezar de cero.
Los campos de batalla en Bosnia han permanecido tranquilos desde hace casi 20 años, sin embargo, durante la mayor parte de ese tiempo, la vida no ha sido nada fácil para los Guta. La cabaña que Zenid construyó para su familia apenas mide 12 m2 y cuenta con pocas comodidades.
La familia se ha visto obligada a dormir directamente en el suelo frío, incluso durante los meses de invierno. Durante años, se han bañado en una ducha construida por Zenid y la iluminación consiste en una única bombilla alimentada por un cable tendido dese una casa vecina.
Como carecen de un suministro directo de electricidad, la nevera familiar, regalo de un generoso donante, permanece vacía y a temperatura ambiente en un rincón de su refugio.
Esas condiciones espartanas han marcado el ritmo de vida para Zenid y Adila y han puesto en riesgo la vida de su hijo Eldin, de cinco años, que presenta un estado de salud muy delicado. Además, como la economía local ha tardado en recuperarse tras la guerra, el progreso de la familia Guta también se ha visto obstaculizado por las dificultades afrontadas por Zenid para ganarse la vida.
El cabeza de familia gana poco más de 10 euros al día trabajando como recolector de plantas y setas y talando leña. La mayoría de las veces, la familia llega a fin de mes gracias a las prestaciones estatales que reciben por tener a Eldin a su cargo y a los ingresos que obtienen por la venta de la leche de sus dos vacas.
Tras años de penurias y pobreza, no tienen grandes ambiciones. Según Zenid, "lo único que queremos es simplemente vivir como las personas normales".
Es posible que dentro de poco los Guta puedan ver su sueño hecho realidad tras el anuncio de que 101 millones de euros procedentes del Programa Regional de Vivienda se destinarán a Bosnia y Herzegovina.
Esta cantidad se utilizará para la construcción de viviendas para 5.400 familias integradas por los repatriados, refugiados y desplazados internos más vulnerables del país. El Programa distribuirá las ayudas de forma equitativa entre bosníacos, serbios y croatas.
En la primera fase del Programa en Bosnia se han asignado 2,4 millones de euros para construir 170 unidades de vivienda. Andrew Mayne, representante de ACNUR para Bosnia y Herzegovina, ha declarado que esos fondos servirán para proporcionar, lo antes posible, casas adecuadas a las personas necesitadas.
"Algunas de las familias más necesitadas llevan 20 años esperando ayuda. Los donantes se han dado cuenta y han hecho aportaciones muy generosas", dijo Mayne.
"La puesta en marcha del programa constituye un verdadero punto de inflexión", añadió. "Por fin estas familias verán cómo las nuevas viviendas toman forma ante sus ojos". Los primeros beneficiarios de Bosnia y Herzegovina serán identificados antes de finales de año y las obras de construcción comenzarán en 2015.
Zenid y Adila esperan estar entre los que reciban una casa de verdad y tengan la oportunidad de un nuevo comienzo. Ya tienen incluso un terreno donde se podría construir una casa. Se trata de una parcela que compraron hace unos años en un prado, tras años de ahorro. "Lo único que deseamos es ver nuestro hogar construido en ese terreno", dijo Zenid.
Por Neven Crvenkovic en Ustikolina, Bosnia y Herzegovina