Una cooperativa alumbra un campamento de refugiados en Etiopía usando energía solar
Una cooperativa alumbra un campamento de refugiados en Etiopía usando energía solar
De hecho, existen oportunidades. Todo empezó con una visionaria alianza entre el sector privado, las comunidades de acogida y las personas refugiadas.
Más de 210.000 personas en los cinco campamentos que hay en Melkadida, al sureste de Etiopía, provienen de Somalia, país del que han estado huyendo, en los últimos doce años, por conflictos y sequías. Una de esas personas es Elias Nunow Hirab, quien llegó en 2011, cuando tenía catorce años.
“Cuando llegué, no conocía a nadie. Mi madre empezó a recolectar leña para venderla; eso nos permitía comprar comida. Mi madre también logró costear las cuotas de la escuela, así que empecé a aprender inglés”, relató Elias. “Luego, en 2014, una organización que apoya a las personas jóvenes nos invitó a participar en sus programas de capacitación. Opté por la electricidad porque me interesaba adquirir habilidades técnicas”.
El Pacto de Melkadida
Para Elias y otras personas refugiadas en los campamentos, la preparación se combinó con las oportunidades. Dos años antes había nacido una alianza entre ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, y Fundación IKEA. La alianza representaba el inicio de un enfoque transformador en los programas de medios de vida, el cual potenciaría la inclusión socioeconómica, la sostenibilidad y la autosuficiencia.
Fundación IKEA fue uno de los primeros actores del sector privado de gran envergadura que se convirtió en socio de ACNUR y de otras agencias de ayuda cuando empezaron a llegar las personas somalíes refugiadas. Aun hoy, se trata de la inversión filantrópica de mayor proporción que se ha hecho en la última década, por conducto de ACNUR, en una situación de refugiados. Este involucramiento a largo plazo generó una oportunidad inigualable para probar nuevos enfoques con el propósito de potenciar la inclusión y la colaboración.
Las inversiones que Fundación IKEA ha hecho en servicios e infraestructura han beneficiado tanto a las personas refugiadas como a las comunidades de acogida; además, han servido de evidencia – una muy valiosa – para alimentar las progresistas políticas de Etiopía en materia de refugiados, así como la adopción de un enfoque inclusivo de desarrollo local que se conoce como el Pacto de Melkadida.
“La estancia en los campamentos suele ser larga y prolongada. La oportunidad, por tanto, estaba en identificar cómo hacer frente a la situación de una manera mucho más productiva”, comentó Per Heggenes, director general de Fundación IKEA. “¿Cómo podemos garantizar que las personas refugiadas y las comunidades de acogida [...] se desarrollen y prosperen? La energía es esencial para el desarrollo económico”.
Alumbrado
El brillo del sol es el pan de cada día en el paisaje árido y remoto de Melkadida, así que se ha estado aprovechando para el tipo de desarrollo que Heggenes tiene en mente.
Elias empezó a participar en los programas de energías sostenibles de Fundación IKEA en 2017, cuando ayudó en la creación de una cooperativa – con otras personas refugiadas – para instalar y gestionar alumbrado público que funciona con energía solar. Considerando que recibieron capacitación como electricistas, estas personas tenían conocimientos únicos para la tarea. Elias y otras personas que hacían parte de la cooperativa se percataron de que es sumamente importante responder a las solicitudes de reparación de la clientela de manera oportuna; al hacerlo, se ganaron el respeto y el apoyo de la comunidad.
Cuando Fundación IKEA decidió invertir en una planta solar pequeña – de hecho, la primera – en 2020, la cooperativa a la que Elias pertenece tuvo la oportunidad de ayudar a construir y operar el nuevo sistema, que se diseñó para suministrar energía limpia y confiable a las tiendas y hogares locales.
Para nombrar su nueva empresa, Elias y otras personas que integran la cooperativa optaron por usar una palabra en somalí. “La palabra IFTIIN quiere decir ‘luz’, y nosotros alumbramos el pueblo”, recalcó. “La comunidad es mucho más feliz con esta pequeña planta de energía [solar]”.
“Para lograrlo, tuvimos que considerar distintas formas de suministrar energía mediante la unión de cooperativas, personas refugiadas y comunidades de acogida”, explicó Heggenes. “La energía permite crear negocios y obtener ganancias. Facilita la construcción de comunidades y entornos económicos que de otro modo no existirían”.
Creación de oportunidades
La inversión de Fundación IKEA y el arduo trabajo de la cooperativa están rindiendo frutos: la electricidad que genera la pequeña planta solar ha llegado a alrededor de 31.230 hogares refugiados y locales; por tanto, se han creado docenas de negocios que benefician a la población entera. Por otra parte, con dos bombas solares de 30 kilovatios se obtiene agua de un río cercano para regar 45 hectáreas de tierra; esto mejora los cultivos de los agricultores locales e impulsa la seguridad alimentaria de las familias en Melkadida y sus alrededores.
Desde 2012, Fundación IKEA ha apoyado cinco campamentos de refugiados en Melkadida; de hecho, con más de USD 100 millones, estos campamentos se convertirán en comunidades integradas. Heggenes visita el área con frecuencia, de manera que no solo interactúa con las personas refugiadas, las comunidades de acogida y los líderes locales, sino que también se involucra personalmente en el éxito del programa.
El Foro Mundial sobre los Refugiados, que tendrá lugar en Ginebra, Suiza, del 13 al 15 de diciembre, se enfocará especialmente en la importancia de las inversiones y la innovación del sector privado.
“El aspecto más importante del sector privado – en especial con respecto a Fundación IKEA – es el apoyo que las comunidades reciben para la creación de empleos”, comentó Elias.
Hoy en día, con su trabajo en la cooperativa de energía solar, Elias puede sostener a su madre, a su padre, a su esposa y a sus tres hijos. Elias trabaja todos los días, junto con sus colegas, para mantener los paneles solares, las baterías y otros componentes; y, de ese modo, prestar el servicios a negocios y hogares en el área.
Por otra parte, la inversión que Fundación IKEA hizo en IFTIIN no solo es sostenible, sino también escalable. La cooperativa a la que pertenece Elias empleó las ganancias del sistema eléctrico inicial en la construcción de una segunda planta solar que suministrará electricidad a cientos de clientes adicionales.
“Trabajamos muy bien en equipo porque tenemos el compromiso [...] y llevamos una buena relación con la comunidad”, indicó Elias. “ACNUR y sus socios siempre nos apoyan, lo cual nos permite ahorrar para el futuro”.
Heggenes considera que colaboraciones de este tipo son benéficas para las personas refugiadas y para las comunidades de acogida. “Sí es posible integrar a las personas refugiadas exitosamente, garantizando que todas las partes se vean beneficiadas”, subrayó. “Cada persona puede labrar su futuro y cuidar de él; eso es esencial para vivir con dignidad”.
“La mini-red (solar) ha traído mucha felicidad a la comunidad.”