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En la COP29, activistas refugiados piden financiación y apoyo para hacer frente a las amenazas climáticas

Historias

En la COP29, activistas refugiados piden financiación y apoyo para hacer frente a las amenazas climáticas

Las personas desplazadas por la fuerza que asisten a la cumbre mundial sobre el clima en Azerbaiyán han pedido a los responsables de la toma de decisiones que aborden las deficiencias en la financiación de la lucha contra el cambio climático.
15 November 2024
Una mujer y dos hombres intervienen en una sesión de la COP29

Theo James, actor y Embajador de Buena Voluntad de ACNUR (al centro) y el activista climático refugiado Opira Bosco Okot (a la derecha) en la presentación de la red “Refugiados por la Acción Climática” en la COP29 el jueves.

Las personas refugiadas y otras desplazadas por la fuerza que viven en primera línea de la crisis climática mundial tenían un mensaje claro para los líderes y delegados que asisten esta semana a la cumbre de la COP29 en Azerbaiyán: a medida que la crisis climática provoca que sus vidas sean cada vez más precarias, necesitan más financiación y apoyo para sobrevivir y adaptarse.

“Por mucho que nos esforcemos en construir la vida que queremos para nosotros, la lucha es más dura cada día que pasa debido al cambio climático”, afirmó Grace Dorong, exrefugiada de Sudán del Sur y fundadora de la ONG Root of Generations.

Dorong enumeró los múltiples peligros a los que se enfrenta su país, como la sequía y las inundaciones, así como el conflicto en el vecino Sudán, que ha llevado a casi 850.000 personas refugiadas y retornadas a cruzar la frontera. Describió su difícil situación actual “como pasar de una sartén al fuego”.

“Las personas refugiadas no tienen escapatoria”, añadió. “Huyes en una dirección y te encuentras con el peligro. Si huyes en otra dirección, te encuentras con otro peligro. La crisis climática está afectando drásticamente a nuestras vidas”.

El martes, Dorong se dirigió a los delegados durante la presentación de un nuevo informe de ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, que explora los complejos vínculos entre la crisis climática, el conflicto y el desplazamiento forzado. Redactado en colaboración con 13 organizaciones de expertos, instituciones de investigación y grupos liderados por refugiados, concluye que tres de cada cuatro de los 123 millones de personas desplazadas a causa del conflicto también están luchando por resistir los devastadores y crecientes efectos del cambio climático. Esto se debe a que la mayoría de las personas desplazadas se alojan en zonas del mundo muy expuestas a los riesgos climáticos.

Una mujer frente que viste blazer gris frente a grandes letras blancas que dicen #COP29

La activista climática y exrefugiada Grace Dorong en la COP29 en Bakú, Azerbaiyán.

A medida que las perturbaciones climáticas se vuelven más extremas, las personas desplazadas cada vez se ven más obligadas a desplazarse una y otra vez, con pocas esperanzas de poder regresar a sus hogares, a medida que más partes del mundo se vuelven inhabitables.

“Vemos sobre el terreno el impacto humano en las personas más vulnerables de lo que se está debatiendo aquí en la COP29”, afirmó el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, quien también intervino en la presentación del informe. “Para personas como Grace, esto no es teórico; es una realidad cotidiana que afecta dramáticamente a sus vidas”.

Brechas en materia de financiación climática

A pesar de encontrarse entre los más afectados por los efectos del cambio climático, los refugiados y las comunidades de acogida de los países frágiles y afectados por conflictos no reciben la financiación climática que podría ayudarles a adaptarse. El informe señala que el 90 por ciento de la financiación de la lucha contra el cambio climático se destina a los países de ingresos medios y emisiones elevadas, mientras que solo el 2 por ciento se destina a los países extremadamente frágiles.

“Esto representa una profunda injusticia”, afirmó Grandi. “Es extremadamente importante que los actores del desarrollo asuman más riesgos, asegurándose de que la acción climática incluya a las partes más frágiles del mundo”.

Un hombre en medio de otro hombre y una mujer con las manos sobre sus hombros

El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, en la COP29 junto a los activistas climáticos refugiados Opira Bosco Okot (a la izquierda), y Grace Dorong.

En un paso positivo hacia la mejora de los flujos de financiación climática para las comunidades desplazadas, ACNUR ha firmado esta semana un Memorando de Entendimiento (MdE) con el Fondo Verde para el Clima (GCF, por sus siglas en inglés), el mayor fondo climático del mundo. El MdE pretende aunar los conocimientos y la experiencia de ACNUR en entornos frágiles y afectados por conflictos con el objetivo del GCF de aumentar el suministro de financiación climática a los países en desarrollo.

Al margen de las conversaciones de esta semana, ACNUR celebró un acto conjunto con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) sobre la importancia de incluir a los refugiados y migrantes en la toma de decisiones sobre financiación climática. Opira Bosco Okot, refugiado sursudanés de 28 años y activista climático, señaló que las organizaciones dirigidas por refugiados son capaces de aportar respuestas climáticas transformadoras a sus comunidades, pero necesitan apoyo para la creación de capacidades y la adaptación.

“La financiación para el clima que ha llegado a las comunidades desplazadas ha sido limitada”, afirmó, y añadió que de las pocas organizaciones dirigidas por refugiados que recibían financiación, eran restringidas y a corto plazo, lo que afectaba su sostenibilidad.

Nueva red de activistas refugiados

Okot forma parte de una nueva coalición de activistas climáticos, refugiados y desplazados de todo el mundo, que han unido sus fuerzas en una nueva coalición – Refugiados por la Acción Climática – presentada el jueves en la COP29.

Convocado por ACNUR, el grupo proporcionará una plataforma para los mensajes urgentes que sus miembros tienen que compartir sobre cómo la crisis climática está haciendo aún más precaria la vida de quienes se ven forzados a huir. Además de Okot, entre los ocho miembros de la red se encuentran Mohamed Anowar, un joven refugiado rohingya de Myanmar que vive en Bangladesh; Ermano Prévoir, refugiado haitiano y apasionado defensor del medio ambiente que vive en Brasil; Eman Al-Hamali, quien lidera un grupo de mujeres desplazadas internas en Yemen que gestionan una planta de microrred solar; y Jeanne Muhimundu, activista ruandesa en materia de clima y medio ambiente que vive en un campamento de refugiados en Zimbabue.

En la presentación del jueves, Okot estuvo acompañado por el actor y Embajador de Buena Voluntad de ACNUR Theo James.

El mes pasado, James viajó con ACNUR a Mauritania, un país árido que ha sufrido intensas perturbaciones climáticas en los últimos años, como inundaciones de temporada, sequías paralizantes y calor extremo. Se reunió con personas refugiadas que habían huido del conflicto de Malí en los últimos años y están acogidas en el campamento de Mbera, en la región sudoriental de Hodh Chargui.

“Me contaron cómo la vida se está volviendo insostenible en el desierto”, señaló James en la presentación. “Han escapado de la guerra, solo para librar otra batalla con los impactos del cambio climático. Se enfrentan a una crisis alimentaria, de agua, de alojamiento y, en última instancia, de supervivencia”.

Okot y James instaron a los delegados de la COP29 a garantizar la inclusión de las personas refugiadas en los debates sobre el clima y en su financiación. 

“Nos comprometemos a defender las voces que a menudo no se escuchan y se pasan por alto”, afirmó Okot. “Estamos defendiendo nuestro planeta, reclamando nuestro lugar en la mesa, no solo para hablar, sino para abogar por la justicia climática”.

Información adicional de Kristy Siegfried