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Discurso de cierre del Alto Comisionado en el Evento Ministerial del Proceso de Cartagena+40

Ministros,

Subsecretaria,

Distinguidas delegaciones,

Colegas,

Gracias a todas y todos por el espíritu de cooperación – el espíritu de Cartagena – tan presente en esta sala y que ha marcado esta reunión. 

Después de estos dos días ricos de mensajes importantes, me dirijo nuevamente a ustedes con mucha admiración por el camino recorrido, día tras día, desde el lanzamiento del Proceso de Cartagena+40 durante el Foro Mundial sobre los Refugiados de 2023 hasta hoy. Llegamos ahora al momento cúlmine de la tradición de Cartagena: la adopción de la Declaración y el Plan de Acción de Chile.

La Declaración y Plan de Acción son – y el nombre ya lo dice – “Un Marco de Cooperación y Solidaridad Regional para Fortalecer la Protección y las Soluciones inclusivas para las Personas Refugiadas, Desplazadas y Apátridas, y la implementación del Pacto Mundial sobre los Refugiados en América Latina y el Caribe”. Como tal, este nuevo marco estratégico es un abanico de recomendaciones y una hoja de ruta común para la próxima década. Además, y lo aludí ayer, es la prueba de la voluntad común de conciliar posiciones y promover la cooperación.

Pero, si me permiten, quiero enfatizar un aspecto específico que está reflejado en este título y repito: “un marco de cooperación [para] la implementación del Pacto Mundial sobre los Refugiados”. Esto quiere decir que se alinean en sus objetivos, y que las recomendaciones y herramientas de la Declaración y del Plan de Acción de Chile también están pensadas para poner en práctica el Pacto. Al implementar uno, concretizamos el otro. Por favor, esto no lo perdamos de vista – y en eso ustedes también son pioneros.

Además, es importante que celebremos las sinergias que el Plan de Acción de Chile establece con los mecanismos subregionales y regionales existentes, como hemos escuchado, no solamente en relación al tema de refugiados, sino también el de la migración. Me refiero a la Declaración de Los Ángeles, al Marco Integral Regional para la Protección y Soluciones (que llamamos MIRPS), el Proceso de Quito, los espacios existentes en el MERCOSUR, SICA y CARICOM, pero también las Conferencias Regionales sobre Migración, entre otros. Esta coherencia está diseñada para maximizar y multiplicar las respuestas a todos los fenómenos de movilidad humana, no para duplicarlas.

El Mecanismo de Seguimiento, una innovación significativa en este Proceso, será clave para profundizar los intercambios de buenas prácticas y su difusión en la región y construir un espacio de encuentro, de coordinación y de responsabilidad compartida.

Reconocemos, sin embargo, que el camino que sigue no estará libre de dificultades. Pero no podemos permitirnos la indiferencia ni la inacción.  Es un camino que, si nos permitimos, podrá abrir otras oportunidades. Un camino que debemos recorrer unidos. Por esto, mantengamos el ánimo y el compromiso que ustedes han mostrado en este proceso. Recurran a las respuestas pragmáticas y basadas en principios que siempre, siempre, esta región ha sabido elaborar, y no desatiendan estos compromisos en la próxima década. Esta es también, y especialmente, el espíritu de Cartagena.

Desde el ACNUR, renuevo nuestro firme compromiso en acompañar este camino. Vamos a hacerlo a través del apoyo como Secretariado Técnico, de la interlocución con los países e instituciones financieras o entidades donantes y cooperantes. Vamos también estrechar los enlaces con el sector privador y fortalecer la representatividad de las personas refugiadas, desplazadas y apátridas. Destaco, y me orgullece, que este Proceso también marca un hito al reafirmar de manera clara la importancia de su participación significativa, igualitaria y plena. Sin su voz y fuerza, no avanzaremos. Desde el ACNUR, haremos hincapié en nuestro compromiso de la promoción de la solidaridad en la región.

Hoy, concluimos el Proceso de Cartagena+40. Mañana, damos los primeros pasos de una nueva ruta. Un camino prometedor. Un camino que – espero – sigamos recorriendo juntos.

A todos, les ruego: acompañen a Chile en el liderazgo que ha aceptado asumir, y por el cual quiero reiterar – una vez más – mi profundo agradecimiento. Compartimos la responsabilidad de defender la dignidad de aquellas personas en situación de mayor vulnerabilidad y de construir una comunidad global más unida y fraterna.

Y para cerrar, haré honor a la tradición poética de América Latina y del Caribe, que seguramente ha también contribuido a mantener vivo el espíritu de Cartagena, para que no olvidemos que el exilio es duro, pero siempre hay esperanza de que, un día, llegará a su fin. Y lo haré citando al gran poeta chileno Pablo Neruda.

Dice Neruda:

“y cuándo, Patria,

te casarás conmigo

con ojos verdemar y vestido de nieve

y tendremos millones de hijos nuevos

que entregarán la tierra a los hambrientos”

Muchas Gracias