Crear un hogar lejos del hogar, en Erbil, Irak
Crear un hogar lejos del hogar, en Erbil, Irak
ERBIL, Irak, 24 de septiembre de 2014 (ACNUR) – Lo que había sido a principios de agosto un terreno vacío en el distrito de Ainkawa, en Erbil, ahora es un mar blanco. Cerca de 300 tiendas de campaña de ACNUR están plantadas de forma geométrica en un área equivalente a una manzana de viviendas en la capital de la región norteña del Kurdistán iraquí.
Hay líneas eléctricas que suministran energía a todas las tiendas, y letrinas y duchas salpican las nuevas carreteras. Las máquinas excavadoras están haciendo las zanjas por donde pasarán las instalaciones del alcantarillado.
Hoy es el día de apertura en el "Emplazamiento del Ministerio de Agricultura", que proporciona alojamiento esencial para 1.800 de los 1,8 millones de iraquíes que se calcula que se han convertido en desplazados debido al conflicto armado desde enero.
Sahla y sus hijos han sido la primera familia en instalarse. Ella y sus cuatro jóvenes hijos huyeron de su barrio en Mosul hace dos meses, cuando grupos armados ocuparon la norteña ciudad iraquí, que se encuentra a unos 90 kilómetros al oeste de Erbil.
Como muchos otros iraquíes desplazados este año, Sahla explica una experiencia aterradora. Su esposo, taxista en Mosul, se quedó en la ciudad para proteger su hogar, pero ella no ha tenido noticias suyas desde su huida. "No tengo ni idea de dónde está o cómo está. Sólo puedo tener la esperanza de que esté a salvo", dice Sahla.
La mayoría de sus pertenencias también están en Mosul, abandonadas en su precipitada huida. Sahla y sus hijos pasaron su primer mes en Erbil viviendo en un local comercial inacabado. Cuando el propietario les pidió que satisficieran un alquiler, se mudaron a la calle, al lado de una gasolinera donde, por lo menos, tenían acceso al aseo.
Hoy, sus documentos les garantizan una caja de cartón llena de alimentos, así como una tienda de campaña, cuatro colchones y colchas, un ventilador, utensilios de cocina, jabón y otras provisiones de primera necesidad. "Está lejos de ser lo ideal, pero es un principio", dice Nasir Fernandes, que supervisa la operación de ACNUR en la provincia de Erbil. "Debemos recordar que la escala y magnitud de este desplazamiento no tiene precedentes", añade Fernandes, veterano en operaciones de emergencia. "Es un buen principio, y las condiciones mejorarán."
Llegar a este punto es una tarea enorme. Ha requerido de una coordinación excepcional entre el gobierno, agencias de la ONU y sus socios. La agencia francesa de ayuda y cooperación ACTED, gestionará el campo, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ha proporcionado transporte y ayuda que ha salvado vidas, mientras que UNICEF está proporcionando agua y servicios de saneamiento.
Pero queda mucho por hacer, no solo en este campo de refugiados, sino por todos aquellos que han sido desplazados en Irak. Dados los continuos enfrentamientos, es poco probable que los desplazados forzosos vuelvan a sus hogares en las próximas semanas o incluso meses.
En la actualidad, unos 26 campos de refugiados están abiertos o en construcción en todo Irak y albergarán a cerca de 225.000 personas. Hay planes ya en marcha para proporcionar refugios colectivos a otras personas, crear apartamentos en edificios inacabados y para ofrecer a miles de familias más ayuda en metálico, permitiendo a muchas pagar el alquiler de sus casas.
Sahla aun no ha hecho planes a largo plazo para su familia. Está preocupada, sobre todas las cosas, por encontrar a su esposo, y por construir algo parecido a un hogar en la nueva tienda de campaña de su familia. Sus planes inmediatos incluyen hacer la limpieza, dormir y ofrecer a sus hijos una comida casera.
Ned Colt, desde Erbil, Irak
Gracias a la Voluntaria en Línea Esperanza Escalona por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.