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Miles de solicitantes de asilo trasladados fuera de las islas griegas

Historias

Miles de solicitantes de asilo trasladados fuera de las islas griegas

Mientras el inverno se hace más riguroso, ACNUR ayuda al Gobierno griego a trasladar a los solicitantes de asilo más vulnerables de los centros de recepción en las islas del Egeo a tierra firme.
27 December 2018
ACNUR ayudó a esta familia siria a trasladarse de la isla de Lesbos a Grecia continental.

LESBOS, Grecia - Bajo una ligera llovizna, familias de varios países asolados por la guerra apilan bolsas de lona y maletas desgastadas con todas sus pertenencias en la entrada del Centro de Identificación e Recepción de Moria (RIC) en la isla griega de Lesbos.

Más de 200 solicitantes de asilo están esperando para ser trasladados en barco a un alojamiento en el continente. Apenas notan la lluvia porque están tan felices de poder finalmente dejar el centro de recepción hacinado, donde han vivido desde que cruzaron el mar Egeo desde Turquía, meses atrás.

Su destino es un antiguo complejo turístico en proximidad del lago Volvi, en el norte de Grecia. El sitio, donde también se alojó un grupo de yazidíes de Irak, fue reabierto por las autoridades para aliviar la presión sobre las islas y proporcionarles alojamiento y condiciones adecuadas a las personas, mientras se procesan sus solicitudes de asilo.

“Espero y rezo para que la situación en Volvi sea mejor”, dijo Mohammed Al Ahmad, de 33 años, de la inestable provincia de Idlib, en Siria, mientras ayuda a sus cuatro hijos pequeños, su esposa embarazada y su madre mayor a abordar un autobús contratado por ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, para que los lleve al ferry en Mytilene, la principal ciudad portuaria de Lesbos. La familia pasó tres meses en el centro de recepción de Moria.

Con la llegada del invierno, ACNUR ha ayudado al Gobierno griego a trasladar a miles de solicitantes de asilo vulnerables de Moria y otros centros de recepción en las islas griegas del Egeo, para que se alojen en condiciones mejores. Más de 11.000 personas se trasladaron desde principios de septiembre de las islas a otros lugares de acogida, como hoteles y apartamentos en el continente. ACNUR, con fondos de la Comisión Europea, asiste en los traslados proporcionando el transporte en bus hacia y desde los puertos marítimos y los pasajes para el ferry.

“Los frecuentes cortes de electricidad y la humedad en la noche son intolerables”

Lesbos y Samos se priorizaron para la operación de descongestión con respecto a otras islas, ya que los RIC de Moria y Vathy se encuentran en una situación desesperada. Más de la mitad de todos los traslados se realizaron desde Moria. Solamente en el mes de diciembre, se trasladaron desde Lesbos, con el apoyo de ACNUR, más de 1.700 solicitantes de asilo, tras recibir la autorización correspondiente por parte del Gobierno griego.

La mayor frecuencia en los traslados permitió que la población del centro de Moria se haya ubicado por primera vez desde el mes de abril de 2018 por debajo de las 5.000 personas, cifra que, de todas maneras, aún es el doble de su capacidad. Las autoridades incrementaron sus esfuerzos para mejorar las condiciones de las personas que aún están esperando ser trasladadas.

“Aunque el personal [en Moria] sea competente y disponible, la situación es extremadamente mala”, dijo Mohammed, refiriéndose a las condiciones de hacinamiento. En septiembre, cuando llegó su familia, casi 8.000 refugiados y migrantes fueron atestados en alojamientos diseñados para albergar apenas a unas 2.000 personas.

Sin suficiente espacio dentro de la antigua instalación militar de Moira, muchas personas se pasaron a vivir en tiendas de campaña endebles en un olivar adyacente. A pesar de los recientes traslados y de algunas mejoras realizadas desde entonces, aproximadamente 2.000 personas, incluyendo a muchos niños y niñas, continúan viviendo entre las pilas de basura no recolectada y los charcos lodosos fuera de sus carpas, entre los olivos.

En las últimas semanas, las temperaturas de un dígito que se están registrando en las noches y las lluvias frecuentes han empeorado las condiciones de vida en el olivar. El espacio allí es escaso, así como dentro de las carpas sin calefacción, y a menudo empapadas, donde las personas duermen, comen y pasan la mayor parte de sus días, mientras que también es posible moverse por la isla.

Las familias se apiñan, envueltas en mantas y en el medio de las pertenencias que tienen en las carpas, para mantenerse calientes. “Los frecuentes cortes de electricidad y la humedad en la noche son intolerables”, dijo el palestino Ousama Ouda, quien vive con su familia de siete personas.

Mohammed se siente afortunado de mudarse de Moria al continente después de solo 90 días. Él sabe que el tiempo es precioso. En Siria, una bala mató a su hija en un instante. Todavía siente el dolor, pero ahora mira hacia el futuro.