Cursos de profesionalización capacitan a jóvenes venezolanos para el mercado laboral en el norte de Brasil
Cursos de profesionalización capacitan a jóvenes venezolanos para el mercado laboral en el norte de Brasil
Mesa preparada, micrófonos conectados, padres nerviosos con los celulares en la mano y listos para grabar el momento más esperado del día… Tras un mes de clases, sus hijos e hijas terminaban los cursos de profesionalización para ayudarlos a acceder al mercado laboral brasileño. Todos los estudiantes, al igual que sus padres y madres, proceden de Venezuela y llegaron a Brasil en busca de asistencia y protección.
La ceremonia es sencilla: el primer grupo de capacitación para jóvenes refugiados y migrantes procedentes de Venezuela en la capital de Roraima recibió sus certificados de finalización del curso. En total, 20 alumnos participaron en las actividades en Boa Vista.
Los Talleres de Orientación para el Mundo Laboral son una iniciativa del Centro de Integración Empresa-Escuela (CIEE) en asociación con la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y el Servicio Jesuita a Migrantes y Refugiados (SJMR), quien identificó y seleccionó a todos los participantes. El proyecto cuenta además con el apoyo financiero de la Unión Europea a través del Instrumento en Pro de la Estabilidad y la Paz (IcSP, por sus siglas en inglés), que ayuda a reforzar la respuesta a las personas venezolanas en la región norte de Brasil y promueve la convivencia pacífica y su integración.
En Manaos, los talleres contaron con la participación de 24 jóvenes procedentes de Venezuela. En la capital amazonense, además de la colaboración con el CIEE, ACNUR y el SJMR, el proyecto contó también con el apoyo de la Secretaría de Estado de Asistencia Social (SEAS) y de otras instituciones.
Entre los temas que se impartieron durante el curso destacan explicaciones sobre las etapas de los procesos de selección en Brasil, consejos para entrevistas de trabajo y sobre comportamiento en un ambiente laboral, preparación de currículos y dinámicas de grupo sobre comunicación, liderazgo y trabajo en equipo.
Con el conocimiento adquirido en estos talleres, los jóvenes venezolanos tienen ahora una mejor capacidad para preparar sus currículos y destacar sus cualidades y puntos fuertes. También saben cómo comportarse en las entrevistas y cuáles son los tipos de preguntas más comunes que les pueden plantear (y cómo deben responderlas). Este conocimiento les permitirá sentirse más seguros cuando busquen oportunidades de empleo en la región en la que residen.
Estos fueron los primeros grupos participantes en los Talleres que se graduaron en la región Norte del país, a la cual llegó la gran mayoría de personas refugiadas y migrantes procedentes de Venezuela en busca de protección y asistencia en Brasil. Pero la colaboración entre el CIEE y ACNUR lleva en marcha desde 2018, y en Brasilia se han formado ya tres grupos con un total de 27 jóvenes estudiantes.
El curso busca capacitar a jóvenes en edad escolar y universitaria (entre 14 y 22 años) y prepararlos para acceder al mercado laboral brasileño. Otros puntos destacados del curso incluyeron consejos para buscar oportunidades de trabajo en la región y clases de portugués centradas en el lenguaje utilizado en el mercado laboral.
Los talleres aportaron las herramientas necesarias para que los alumnos tengan autonomía a la hora de buscar oportunidades de trabajo. Además, el CIEE es un canal directo a varias empresas interesadas en acoger a jóvenes aprendices en programas de pasantías.
“Lo que más me gustó fue la integración entre los alumnos. Pese a la dificultad del idioma, todos intentaban ayudarse y el que sabía más portugués ayudaba al que llegó hace menos tiempo y aún lo está aprendiendo”, cuenta Misael José, de 17 años, que vive con su familia en Boa Vista desde hace más de un año.
Misael explica que venir a Brasil marcó una diferencia en su forma de ver la vida. “Salimos de Venezuela antes de que la situación alcanzara el nivel en el que se encuentra hoy. Pero veo una gran diferencia entre mi forma de pensar aquí y la de mis amigos que quedaron allá. El país no ofrece este tipo de formación, y ahora apenas hay clases en escuelas y universidades. Por eso, varios amigos míos han tenido que empezar a trabajar nada más acabar la enseñanza media, y sin muchas perspectivas”.
La integración es también fruto de la relación entre los profesores brasileños y los estudiantes venezolanos, lo cual promueve un intercambio de aprendizaje en ambos sentidos. La instructora de aprendizaje Cinthia Nayara de Faria se sorprendió con la dedicación que mostró el grupo a lo largo de los talleres.
“Lo que más me impresionó durante todo el curso fue ver la fuerza de voluntad de los alumnos. A pesar de la barrera lingüística o de la dificultad de llegar hasta aquí bajo el sol o la lluvia, siempre estaban aquí puntualmente”.
La joven Carol Correa, de 17 años, afirma que el conocimiento adquirido durante el curso fue más allá del aula. Con lo que aprendió ha estado ayudando a sus padres a buscar oportunidades de trabajo en Boa Vista de forma más adecuada. “La clase que más me gustó fue la que nos enseñó a preparar un currículo. Mi madre era directiva de una empresa en Venezuela y está muy cualificada, pero no sabía cómo explicar eso aquí en Brasil. Con lo que aprendí, puedo ayudarla a presentarse adecuadamente como profesional”.
Las ceremonias de graduación en Boa Vista, Manaos y Brasilia formaron parte del calendario de actividades de celebración del Día Mundial de los Refugiados (20 de junio) en Brasil. Entre ellas, destacó la presentación del informe Tendencias Globales, que reveló la existencia de una población de 70,8 millones de personas en situación de desplazamiento forzado en todo el mundo.
De acuerdo con este informe, la situación en Venezuela es el factor más reciente y principal de desplazamiento forzado: más de 4 millones de personas han abandonado ya el país desde 2015. La gran mayoría de ellas necesitan protección internacional como personas refugiadas. En Brasil se han registrado más de 99.000 solicitudes de asilo y 68.000 solicitudes de residencia temporal por parte de ciudadanos venezolanos.
En este contexto de elevado flujo de desplazamiento, principalmente hacia los países vecinos y más afectados, la colaboración entre gobiernos, instituciones civiles, empresas y agencias de las Naciones Unidas y organizaciones de la sociedad civil resulta esencial para la integración de estas personas que se vieron forzadas a abandonar sus países.
“ACNUR cree en la importancia de invertir en la comunidad refugiada joven, ya que representa el futuro de toda una generación forzada a dejar su país de origen”, destaca Marília Cintra Correa, asistente sénior de soluciones duraderas de ACNUR en Roraima. “El trabajo resulta fundamental para que las personas puedan reconstruir sus vidas con autonomía, y estas colaboraciones permiten que las oportunidades de formación lleguen tanto a jóvenes como a adultos”, añade.
