Refugiados y desplazados son 'un motor económico' de sus nuevas comunidades
Refugiados y desplazados son 'un motor económico' de sus nuevas comunidades
Para Ignacio Casillas, Gerente Regional para Centroamérica y el Caribe de la empresa global de desarrollo de talento humano ManpowerGroup, el aporte de las personas refugiadas y otras personas desplazadas por la fuerza es más importante ahora que nunca: A casi dos años del inicio de la pandemia de COVID-19 a nivel mundial, que ha azotado a América Latina y el Caribe de forma particularmente brutal, la región ahora enfrenta el enorme desafío de reactivar sus economías y políticas sociales.
En una conversación de Miroslava Herrera, cantante panameña y colaboradora de ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, Casillas subrayó que los estimados 16 millones de personas refugiadas y desplazadas en Latinoamérica y el Caribe pueden jugar un papel importante en la recuperación pospandemia.
A continuación, encuentre extractos de su conversación:
Herrera: ¿Por qué es importante hablar de inclusión laboral de personas refugiadas?
Casillas: El tema de la inclusión laboral lo podemos ver como una óptica social o como una óptica de productividad y negocios. Desde la óptica social, cuando incluimos a las personas refugiadas en oportunidades laborales, les estamos dando la oportunidad de tener una mejor calidad de vida, estabilidad económica, una oportunidad de establecerse en un lugar, pero, sobre todo, una oportunidad de mejorarse.
Por otro lado, el 50 por ciento de las organizaciones indican no contar con el talento necesario para su negocio. Estamos buscando personas o talento con diferentes habilidades y, desde mi punto de vista, las personas refugiadas han desarrollado ciertas habilidades simplemente por el proceso y la travesía que hicieron en la salida desde su país, en el tener que haber dejado su casa y en el proceso de prácticamente tener que llegar a otro país a refugiarse.
De manera innata, en una persona que es refugiada, se dan tres cosas que son habilidades útiles para las empresas: la adaptabilidad y flexibilidad al cambio, la capacidad de servicio y su proactividad.
Herrera: ¿Cómo pueden los refugiados ayudar a reactivar las economías?
Casillas: Las personas refugiadas han desarrollado esa empatía con las personas y son buenos para el servicio al cliente. Si vemos países como Panamá o Costa Rica que tienen una importancia en el turismo, son personas que funcionan bien en este sector. Solamente hay que abrir la oportunidad. Soy un fiel convencido de que el talento está en las personas, independiente de su nacionalidad.
Herrera: ¿Cuáles son los retos que tienen las personas refugiadas?
Casillas: El primer reto que tiene el refugiado es recuperar la confianza. Fue tan complicado el proceso que vivió, tiene tantos miedos y esa incertidumbre de si llegó al lugar correcto. Recuperar la confianza, y luego que pueda recapitular en una hoja de vida cuáles son sus fortalezas como persona, independiente de la carrera profesional, experiencias laborales o estudios.
Herrera: ¿Cómo se pueden mejorar las buenas prácticas de inclusión económica en los países?
Casillas: La gran mayoría de las personas, empresas, entidades gubernamentales y la sociedad en general, hay un gran desconocimiento de lo que implica el estatus de refugiado. Las empresas no se atreven a contratar directamente refugiados porque desconocen, porque piensan que es un trámite especial – pero no hay.
Cuando una persona refugiada participa en el mercado laboral formal, también aporta a la sociedad en la que está. Va a pagar impuestos, va a salir a comprar y consumir en el país; es decir, se vuelve parte de la economía del país.