Declaración del Comité Permanente entre Organismos sobre la situación en Afganistán

La población afgana necesita nuestro apoyo hoy más que nunca. Nuestras organizaciones tienen el compromiso de ayudarla y protegerla. Permaneceremos en Afganistán y actuaremos en consecuencia.

A principios de 2021, la mitad de la población del país ya requería asistencia humanitaria, con inclusión de cuatro millones de mujeres, y casi diez millones de niñas y niños. Un tercio de la población enfrentaba graves niveles de inseguridad alimentaria aguda, y más de la mitad de la niñez de menos de cinco años de edad padecía desnutrición.  

Estas necesidades han aumentado considerablemente a raíz de los conflictos, las sequías y la COVID-19. A raíz del conflicto, desde finales de mayo, se ha duplicado el número de personas desplazadas internas, las cuales suman 550.000 y requieren asistencia humanitaria de manera inmediata.

Nos unimos al llamado del Secretario General de las Naciones Unidas para que todas las partes (incluidos los talibanes) pongan un alto a la violencia, den cumplimiento al derecho internacional humanitario y respeten los derechos humanos. Las partes involucradas en el conflicto deben permitir y garantizar el acceso seguro, expedito y libre de obstáculos del personal humanitario (mujeres y hombres por igual) para que este pueda brindar asistencia a la población civil que la requiera, sin importar dónde se encuentre.

La operación humanitaria dependerá también del financiamiento, del tránsito dentro de Afganistán, del tránsito para entrar y salir del país, y del acceso a las instalaciones sanitarias. Las organizaciones humanitarias juegan un papel fundamental y requieren apoyo.

Todas las partes deben proteger a la población civil, así como respetar los derechos y libertades de todas las personas. Reiteramos nuestro compromiso hacia la promoción de los derechos de toda la población afgana, con inclusión de mujeres y niñas. En años recientes, se han alcanzado grandes logros – en materia de género y acceso a la educación de calidad para las niñas – que deben ser salvaguardados, junto con muchas otras necesidades que deben ser satisfechas para que las mujeres y las niñas gocen de derechos. Seguiremos actuando para que esto ocurra. La población civil debe estar en posibilidades de buscar protección y seguridad, lo que incluye el derecho a solicitar asilo.

Exhortamos a los gobiernos a no deportar y a mantener las fronteras abiertas para recibir a las personas refugiadas de Afganistán que huyen de la violencia y las persecuciones. La población afgana necesita y merece nuestro apoyo. Los Estados miembros deben brindar todo el apoyo posible a la ciudadanía afgana que se encuentra en riesgo; esto incluye suspender las repatriaciones. Hacemos un llamado para que los países vecinos garanticen que las personas afganas desplazadas a través de las fronteras recibirán protección.

Asimismo, exhortamos a que los donantes se mantengan firmes en el apoyo para las operaciones humanitarias en Afganistán y para medios de vida resilientes. La comunidad humanitaria logró llevar asistencia a casi ocho millones de personas en la primera mitad de 2021. Brindar y recibir financiamiento de manera oportuna salva vidas, protege medios de vida, alivia el sufrimiento e impide que haya más desplazamiento. Para llevar asistencia humanitaria a casi dieciséis millones de personas en Afganistán, se requiere un total de 1.300 millones de dólares (USD). Apenas se ha recibido el 37% de esos fondos, de manera que hay un déficit de 800 millones de dólares (USD).

La comunidad internacional ha dedicado décadas a la colaboración con la población afgana para lograr avances. Para evitar que tales avances se reviertan, la comunidad internacional debe seguir apoyando a la población de Afganistán. El financiamiento humanitario no debe menguar.

Hoy, como siempre, refrendamos nuestro compromiso hacia la población afgana, de manera que haremos todo lo posible por permanecer en el país para brindar asistencia, sobre todo a quienes se encuentran en mayor situación de vulnerabilidad.

Firman

Sean Callahan, Presidente y Director General, Catholic Relief Services (CRS)

Dominic MacSorley, Director General, Concern Worldwide

Qu Dongyu, Director General, Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)

Ignacio Packer, Director Ejecutivo, Consejo Internacional de Agencias Voluntarias (ICVA)

Samuel Worthington, Director General, InterAction

António Vitorino, Director General, Organización Internacional para las Migraciones (OIM)

Martin Griffiths, Coordinador de Asistencia de Emergencia y Subsecretario General de Asuntos Humanitarios (OCHA)

Michelle Bachelet, Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH)

Abby Maxman, Presidenta, Steering Committee for Humanitarian Response (SCHR)

Cecilia Jiménez-Damary, Relatora Especial sobre los derechos humanos de los desplazados internos

Achim Steiner, Administrador, Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)

Dra. Natalia Kanem, Directora Ejecutiva, Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA)

Filippo Grandi, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR)

Henrietta H. Fore, Directora, Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF)

David Beasley, Director Ejecutivo, Programa Mundial de Alimentos (PMA)

Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General, Organización Mundial de la Salud (OMS)