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Nuevo informe de ACNUR/OIM/MMC desvela los aciagos horrores que sufren refugiados y migrantes en el trayecto a las costas africanas del Mediterráneo

Comunicados de prensa

Nuevo informe de ACNUR/OIM/MMC desvela los aciagos horrores que sufren refugiados y migrantes en el trayecto a las costas africanas del Mediterráneo

4 July 2024
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La explotación, la violencia extrema y las violaciones a los derechos humanos que padecen las personas refugiadas y migrantes no cesan ni en el mar ni en las rutas terrestres que recorren, a lo largo y ancho del continente africano, para llegar a las costas del mar Mediterráneo. Estos son los hallazgos de un nuevo informe publicado el día de hoy por la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el Centro para la Migración Mixta (MMC); el informe se titula En este viaje a nadie le importa si vives o mueres (segundo volumen).

Dado que se estima que son más las personas que cruzan el desierto del Sahara que el mar Mediterráneo (de hecho, se presume que el número de personas refugiadas y migrantes que han perdido la vida en el desierto duplica el número de muertes que han ocurrido en el mar), el informe resalta los peligros a los que se enfrentan refugiados y migrantes en las rutas terrestres, que se conocen y se han documentado en menor medida.

Además, con base en datos recabados durante tres años, el informe advierte que ha aumentado el número de personas que ha intentado estos peligrosos cruces y, por tanto, han incrementado también los riesgos de protección a los que todas ellas se enfrentan.

Esto se debe, en parte, al deterioro de la situación en algunos países de origen y de acogida; por ejemplo, el estallido de nuevos conflictos en el Sahel y en Sudán, el devastador impacto del cambio climático y de los desastres en situaciones de emergencia nuevas y prolongadas en África oriental y el Cuerno de África, así como incidentes de racismo y xenofobia en contra de las personas refugiadas y migrantes.

El informe también señala que, cada vez con mayor frecuencia, las personas refugiadas y migrantes atraviesan zonas, en distintas partes del continente africano, en las que operan grupos insurgentes, milicias y otros agentes criminales. En dichas zonas son comunes la trata de personas, los secuestros extorsivos, el trabajo forzado y la explotación sexual. Por otra parte, con el afán de alejarse de zonas de conflicto o de controles fronterizos (sean o no del Estado), se han modificado algunas de las rutas que se usan para el tráfico de personas, que ahora pasan por áreas de difícil acceso; así, las personas en situación de movilidad humana se exponen a muchos más riesgos.

La letanía de riesgos y abusos que han reportado las personas refugiadas y migrantes incluye tortura, violencia física, detenciones arbitrarias, muerte, secuestro extorsivo, explotación y violencia sexual, esclavitud, trata de personas, trabajo forzado, remoción de órganos, robos, devolución y expulsiones colectivas.

Las bandas delictivas y los grupos armados han sido identificados como los principales perpetradores de estas vejaciones; sin embargo, también lo son los cuerpos de seguridad, la policía, el ejército, las guardias fronterizas y los oficiales migratorios.

En ese sentido, a pesar de los compromisos que, según el derecho internacional, ha asumido la comunidad internacional para salvar vidas y hacer frente a las vulnerabilidades, las tres organizaciones que publicaron el informe advierten que son insuficientes las acciones que hasta ahora se han emprendido a nivel internacional.

En la ruta del Mediterráneo central prevalecen grandes vacíos en la protección y la asistencia, lo cual obliga a las personas refugiadas y migrantes a emprender peligrosas travesías. Además, quienes han sobrevivido a distintas vejaciones rara vez reciben apoyo específico o acceso a la justicia en las rutas. Aunado a ello, la falta de fondos y las restricciones al acceso humanitario – incluso en lugares clave, como los centros clandestinos de detención – también obstaculizan el apoyo.

Por su parte, ACNUR, OIM, otros socios y varios gobiernos han ampliado el alcance de la asistencia y de los servicios vitales de protección, así como los mecanismos de identificación y canalización en las rutas; sin embargo, la labor humanitaria no basta.

Las organizaciones instan a que haya respuestas de protección concretas que consideren lo que ocurre en las rutas, no solo para salvar vidas y reducir el sufrimiento, sino también para abordar las principales causas del desplazamiento, así como los factores que originan los movimientos irregulares mediante acciones positivas para consolidar la paz, respetar los derechos humanos, impulsar la gobernanza, acabar con las desigualdades, hacer frente al cambio climático, y promover la cohesión social y la creación de vías regulares para personas refugiadas y migrantes. Todo esto debe ser transversal en los países de origen, asilo, tránsito y destino. 

Al respecto, las organizaciones esperan que los hallazgos que presenta el informe inspiren acciones para llenar los vacíos actuales en la respuesta a las personas en situación de movilidad humana.

Ver el informe

Para obtener más información, favor de contactar a: