Forzados a huir de Nigeria, una joven pareja celebra su reencuentro en Chad
Forzados a huir de Nigeria, una joven pareja celebra su reencuentro en Chad
ASIENTAMIENTO DE DAR ES-SALAM, Chad, 16 de marzo de 2015 (ACNUR) – Era pronto por la mañana en Baga, Nigeria, cuando Zulaika, una madre de 22 años embarazada, oyó los disparos. Tuvo el tiempo suficiente para agarrar a su hijo de dos años y escapar por el bosque antes de que las milicias invadieran la ciudad masacrando a cientos de personas.
Le costó cuatro días encontrar un barco para cruzar el lago Chad. Su marido, un pescador de 34 años llamado Ali, estaba extendiendo las redes cuando ocurrió el ataque. Ella no sabía si había podido escapar.
"Pasamos varios días yendo de una isla a otra", recuerda. "Por la noche no teníamos nada para protegernos del frío y no había nada para comer. Lo más difícil para mí fue no saber donde estaba mi marido ni si le había pasado algo".
Con la ayuda de ACNUR, Zulaika encontró refugio en Chad en un asentamiento de refugiados llamado Dar Es-Salam, donde se acogen a varios miles de refugiados nigerianos como ella. Allí, ACNUR registra a los recién llegados, identificando a las personas más vulnerables, como adultos mayores, mujeres solteras y familias y niños separados.
Ali logró huir por otras vías y llegó a la isla de Kangalom, donde ACNUR recibe a los refugiados y los lleva en barco hasta la ciudad de Bagasola, donde les proporciona comida para el viaje y los prepara para el traslado al asentamiento de Dar Es-Salam. "Pasé casi tres semanas en el bosque antes de llegar a Kangalom, en Chad", recuerda Ali. "Pasábamos hambre casi todo el tiempo y solo comíamos cuando la población local nos daba algo de comida a lo largo del camino".
Un día a principios de febrero, ACNUR organizó el traslado de más de 80 refugiados nigerianos – entre los que estaba Ali. Zulaika recuerda ese día muy bien. "Me dijeron que había llegado gente de Kangalom, así que fui a la entrada del campamento a ver quiénes eran", dice, "no podía creer que mi marido fuera uno de los que se bajaban del camión".
Ali, que pasó muchísimas semanas preocupado por su mujer embarazada y su hijo pequeño, también se emocionó mucho al encontrarlos en Dar Es-Salam. "Estamos agradecidos con todos aquellos que nos han ayudado a llegar aquí y reencontrarnos", dice él, contemplando los ojos de su mujer.
Zulaika sonríe. "Estoy muy emocionada por haber encontrado a mi marido", dice. "Voy a agarrarme fuerte a él para que nunca más vuelva a desaparecer". Zulaika y Ali están celebrando su reencuentro y recientemente se han trasladado a un refugio familiar con su hijo pequeño, también llamado Ali.
Más de 3.800 refugiados nigerianos han sido trasladados hasta el momento al asentamiento de Dar Es-Salam. ACNUR prevé que muchos más optarán por ser trasladados a este asentamiento durante las próximas semanas.
Por Massoumeh Farman-Farmaian en el asentamiento de refugiados de Dar Es-Salam, Chad.
Gracias a la Voluntaria en Línea Sara Riesco Hernández por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.