La violencia en Kasai obliga a 11.000 congoleños a buscar seguridad en Angola
La violencia en Kasai obliga a 11.000 congoleños a buscar seguridad en Angola
Un repunte de la violencia en la provincia de Kasai en la República Democrática del Congo (RDC) ha obligado a más de 11.000 congoleños a buscar seguridad en Angola. Los puntos fronterizos y los pueblos de esta nación del sur de África han experimentado un fuerte incremento de llegadas de refugiados, más de 9.000 solo en abril. Desde su comienzo a mediados de 2016, el brutal conflicto en la previamente pacífica región congoleña de Kasai ha desplazado ya a más de un millón de civiles dentro del país.
Quienes huyen a Angola continúan llegando principalmente a Dundo, la capital de la provincia nororiental de Luanda Norte.
Los refugiados señalan haber huido de ataques de milicias, que tienen como objetivo a policías y autoridades militares, así como a civiles de los que sospechan que están apoyando o representando al Gobierno. Tras huir de la lucha entre las fuerzas rebeldes y las gubernamentales, algunos refugiados tuvieron que esconderse en el bosque durante varios días antes de poder dirigirse a Angola. Los refugiados llegan en condiciones desesperadas, sin acceso a agua potable, alimentos o cobijo.
La situación entre los menores es crítica, dado que muchos llegan desnutridos y enfermos, padeciendo diarrea, fiebres y malaria. Dos menores habrían fallecido por malnutrición severa. ACNUR también muestra preocupación por el destino de muchos otros que padecen niveles preocupantes de inseguridad alimentaria y enfermedades.
Los recién llegados están aterrados, todavía temen por sus vidas y mencionan que no tiene planes inmediatos de regresar a su país. Se tiene constancia de que algunos padres han enviado a sus hijos a través de la frontera, temiendo que pudieran ser reclutados de forma forzosa por las milicias si se quedaban en la RDC.
ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, coordina la respuesta humanitaria en terreno junto al gobierno, autoridades locales y organizaciones socias. Además, se negocia con el gobierno la creación de lugares de acogida apropiados, ya que las localizaciones cercanas a la frontera están saturadas y carecen de las condiciones adecuadas. ACNUR enviará este sábado otro equipo de emergencias a Dundo para apoyar los esfuerzos humanitarios.
Asimismo, ACNUR está preparando un envío a la zona con tiendas de campaña de tamaño familiar, utensilios de cocina, mantas, mosquiteros, esteras para dormir y otros artículos de primera necesidad.
Se necesita urgentemente ayuda adicional, ya que los refugiados se ven obligados a permanecer en construcciones improvisadas en las aldeas fronterizas. La temporada de lluvias en Angola alcanza su punto álgido en abril y ACNUR está especialmente preocupado por las lluvias de estas fechas, que podrían complicar aún más las condiciones de vida y causar un deterioro del estado de salud de los refugiados, especialmente de aquellos más vulnerables como las mujeres, los niños, los ancianos y los discapacitados.
ACNUR celebra la respuesta del gobierno de Angola de mantener las fronteras abiertas ante la continua llegada de refugiados, y espera que este gesto de buena voluntad continúe mientras la situación siga siendo crítica en la región congoleña de Kasai. ACNUR subraya también la importancia de no retornar forzosamente a las personas procedentes de RDC en necesidad de protección internacional.